Opinion

La especulación del pánico Trump

Javier Cuéllar

2016-05-24

Los ciudadanos juarenses contemplan con cierto azoro la escalada que ha tenido el dólar norteamericano en los últimos días donde llegó a cotizarse en el mercado libre de las casas de cambio a 17.31 pesos por unidad, contra un mercado que hace unos días se mantenía estable a los 16.30.
Estas variaciones afectan principalmente en una forma directa a quienes tienen deudas en el vecino país del norte y a quienes dependen de insumos de importación para realizar sus trabajos y en una forma indirecta, les perjudica también porque se atiza la inflación en nuestro mercado que depende de muchas mercancías adquiridas y comercializadas de los Estados Unidos.
Lo sorprendente es que expertos economistas del Grupo Bancomer declaren que esta nueva volatilidad del mercado cambiario obedece al temor que genera en los mercados internacionales la candidatura del señor Donald Trump a la Presidencia de la Unión Americana, abanderado por el Partido Republicano. Si a esas vamos, tal candidatura es un hecho como lo es el que Hilary Clinton sea la candidata del Partido Demócrata a ese mismo puesto, y eso no implica que cualquiera de ellos ya tenga el triunfo en la mano, por mucho que el señor Trump alardee de que nadie le gana a él en cualquier cosa, lo que implica también la elección.
De acuerdo a una nota periodística publicada por El Diario de Juárez “El economista de BBVA Bancomer dijo que las medidas proteccionistas propuestas por Donald Trump implicarían que Estados Unidos saliera del Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos y de la Organización Mundial de Comercio”. Y tal consecuencia no puede tolerarla el sistema económico norteamericano porque llevaría a muchísimas de sus empresas a la quiebra y las sobrevivientes quedarían muy maltrechas, sería peor que una gran depresión y eso no puede aprobarlo el Congreso.
Los Estados Unidos ahora, como los fenicios en la antigüedad, son un pueblo de comerciantes y para desempeñar su labor requieren de un comercio exageradamente libre porque son muchas las mercaderías y servicios que ellos mueven cada segundo en el mundo entero.
Se habla que la administración de Trump, en el caso que ganara la elección, prohibiría el envío de remesas de paisanos a México y a otros países de Latinoamérica y a mi juicio ese es un espantapájaros que tiene como objetivo el crear un ambiente de animadversión en su  contra, pero que no tiene ningún aterrizaje en la realidad porque esas remesas de papel moneda no afectan al mercado estadounidense porque son dineros bien ganados, son recursos limpios que pertenecen a su legítimo propietario y éste puede hacer con ellos y destinarlos a lo que quiera sin que nadie pueda impedírselo. Sería tanto como evitar que los miles y miles de empresas extranjeras dispusieran libremente de sus ganancias. Sería una medida técnicamente expropiatoria de los capitales y tal disparate no lo permitiría bajo ningún argumento el congreso.
Se crearía un ambiente de terror expropiatorio como el que existió en México en los tiempos de José López Portillo o actualmente en Venezuela o en la misma Cuba de Castro y eso es impensable.
Lo que sí ha afectado el empleo en los Estados Unidos es la salida irrestricta de empresas que luego se instalan en el resto del mundo y producen sus mercancías aprovechando la barata mano de obra de sus países huéspedes y cerrando puestos de trabajo en Norteamérica.
Estados Unidos era el país más industrializado del planeta y poco a poco, con el fenómeno maquilador ha dejado de serlo en gran medida, concentrándose nada más en la actividad comercial lo cual sí es riesgoso, sobre todo si los países productivos o maquileros, fabricantes de los productos se deciden a implementar programas de comercialización dejando fuera del negocio a los mercaderes americanos. Eso sí les afectaría muchísimo porque primero los enseñaron a pescar y luego estos les expropiaron el barco con todos los instrumentos de la pesca. Es a eso a lo que se refiere Trump, no a una expropiación o confiscación de dinero internacional. Creo que, una vez más, el tipo de cambio peso-dólar está siendo víctima de especulaciones y de una alarma irracional. No sería novedad.

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