Opinion

El Papa y los pobres

Sergio Sarmiento

2016-02-11

“Si das pescado a un hombre hambriento, lo nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, lo nutrirás toda su vida”
Lao Tse

Ciudad de México— Admiro del Papa Francisco su capacidad de ser quién es, de expresar opiniones con libertad. Aplaudo cuando reflexiona: “Si una persona es gay y busca a Dios, y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”. Me entusiasma cuando dice: “Cómo quisiera una Iglesia pobre para los pobres”.
El Papa, sin embargo, rechaza el mecanismo más eficaz para reducir la pobreza. Viene de una Argentina, de una América Latina, en que muchos sacerdotes, especialmente jesuitas, se entusiasmaron por la teología de la liberación. Por eso, quizá, desprecia el mercado.
Antes de ser Papa, en 1998, Jorge Bergoglio escribió en Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro: “Lo que la Iglesia critica es el espíritu que el capitalismo ha promovido, utilizando el capital para atener y oprimir al hombre”. El capitalismo, argumentaba, “desarrolla las características del individualismo, en una vida donde los hombres buscan su propio beneficio en lugar del beneficio colectivo” (CNNMoney.com).
Como cabeza de la Iglesia católica señaló en la exhortación Evangelii Gaudium: “Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. Estoy lejos de proponer un populismo irresponsable, pero la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral”.
El pontífice habla de “la necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza” y añade: “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales”.
En la encíclica Laudato Si acusa al mercado de ser el responsable de la contaminación: “Los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente. Hoy ‘cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta”.
Este 10 de febrero el Papa recordaba que para el pueblo judío el jubileo marcaba el perdón de las deudas cada 50 años: “Con el jubileo, quien se había convertido en pobre regresaba a tener lo necesario para vivir, y quien se había hecho rico restituía al pobre lo que le había quitado.” En otras palabras, el pobre es pobre porque el rico le ha quitado algo. El fin del jubileo era lograr “una sociedad basada en la igualdad y la solidaridad, donde la libertad, la tierra y el dinero se convirtieran en un bien para todos y no sólo para algunos”. Es la utopía igualitaria del marxismo.
En su catequesis del miércoles el Papa recordaba el Levítico: “Si tu hermano se queda en la miseria, no le prestes dinero a interés, ni le des comidas para sacar provecho” (25: 35-37). Estas palabras las utilizó la Iglesia durante siglos para restringir el crédito, lo que provocó el largo estancamiento económico del Medievo que no se superó hasta que el crédito y el comercio resurgieron en el Renacimiento.
“Contribuir en realizar una tierra sin pobres –dice Francisco– lleva a compartir cuanto se posee, en una distribución de los recursos fundada en la fraternidad y en la justicia.” Yo creo, por el contrario, que para “realizar una tierra sin pobres” necesitamos un mercado libre en el que todos podamos trabajar en libertad para construir prosperidad.

Peso depreciado
El peso mexicano se sigue depreciando y ya no sólo frente al dólar. Los cientos de millones de dólares diarios que inyecta el Banco de México no tienen efecto. El mercado nos está diciendo que el peso no ofrece un premio suficiente para el riesgo que implica. La solución es subir las tasas de interés.
Twitter: @SergioSarmiento

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