Opinion

Convertirlos en honorarios

Luis Javier Valero Flores

2016-02-10

¿Por qué no aprovechar la ola “independentista” que nos asuela para echar los cimientos de una nueva forma de concebir el trabajo de un buen número de funcionarios de elección popular que ahora han tomado esos puestos como si fueran el botín de guerra?
¿Por qué no convertir en casi honorarios los cargos de diputados locales y regidores?
¿Cuáles fueron los criterios que llevaron a la autoridad municipal de Juárez para entregarles, a cada regidor, una “ayuda de transporte” por 13 mil pesos mensuales cuando éstos sólo tienen como obligación la asistencia a dos sesiones mensuales del cabildo y alguna participación a las comisiones de las que forman parte?
Los regidores del ayuntamiento del antiguo Paso de Norte, con esa compensación extra “alcanzan un ingreso neto de 64 mil 700 pesos, casi igual al salario que tiene en nómina el presidente municipal suplente, que es de 65 mil pesos”. (Nota de Juan de Dios Olivas, El Diario, Juárez, 10/II/16).
En ellos, el ayuntamiento de Juárez “eroga mensualmente 504 mil pesos en compensaciones y ayuda para transporte, sin contar el presupuesto de viáticos del que disponen”.
No son los únicos funcionarios públicos que se encuentran en tal situación de privilegio, pero sí son los que menos argumentos tienen para justificarlo; por lo menos los diputados locales deben cumplir con el protocolo de su asistencia a las sesiones del Congreso del Estado, o los federales a las realizadas en el Congreso de la Unión.
¿Por qué no imaginarnos que los regidores de los ayuntamientos chihuahuenses sólo perciban una modesta compensación por su asistencia a las sesiones del ayuntamiento y su participación en las comisiones de las que formen parte?
¿Por qué debemos pagarles, como si fueran funcionarios de tiempo completo, ya que en realidad sólo algunos de ellos realizan actividades cotidianas, pero que generalmente son quienes ocupan cargos partidarios, o que lo hacen en función de la búsqueda de otros puestos de elección popular?
Y no hay diferencias en el origen partidario, los regidores de todos los partidos acreditados en los cabildos chihuahuenses actúan de la misma manera, creen que ese salario se lo ganaron gracias a los “servicios prestados a la patria”, o que su mamá se los regaló.
Son becas para continuar ejerciendo las tareas políticas propias de cada agrupación partidaria, donde la característica principal es la de contar con políticos profesionales cuya principal preocupación es la de mantener la actual hegemonía política.
Y lo mismo debiéramos hacer en el caso de los diputados locales.
¿Para qué necesitamos a los diputados “trabajando” todo el año –y, por supuesto, pagándoles con excesos– si se la pasan inventando –y no es una frase– nuevas leyes, en tanto realizan todo tipo de actividades político-partidarias a costa del erario?
¿Por qué no cambiar la legislación para que sólo acudan al Congreso del Estado una parte del año –y cuando se requiera extraordinariamente– y que reciban, por esa razón, sólo una compensación, por los meses que acudan a sesionar, al fin y al cabo que el marco legal existente no requiere de su actividad permanente?
Por supuesto que tales propuestas chocan, de inmediato, con las posturas de quienes son los beneficiarios de tales privilegios, porque si lo que ahora abordamos es en el ámbito municipal, en el federal igualan a las cortes de los monarcas absolutistas de la edad media.
Son insultantes.
Los diputados federales gozan de al “menos 14 prebendas” extras: Seguro de gastos médicos mayores –que cubre a los legisladores y familiares ascendentes–; seguro de vida –con coberturas que van de los 5 a los 15 millones de pesos–; ingresos por 74 mil 558 pesos al mes, sin obligación de comprobar –45 mil 786 por “Asistencia Legislativa”, y 28 mil 772 de “Atención Ciudadana”–; gastos funerarios –equivalentes a un mes de dieta–; atención dental gratuita; 40 días de aguinaldo (del que la Cámara cubre el pago del Impuesto Sobre la Renta); devoluciones del ISR, (por el concepto de “Aportaciones a Fondo de Ahorro”); aportación de la Cámara por una cantidad igual al monto ahorrado por cada legislador; peluquería gratis; 58 mil pesos anuales para financiamiento del informe de labores –y que no requieren comprobación del destino del dinero–; ayuda para transportación a la Cámara desde sus lugares de origen (a los que viven a menos de 300 kilómetros, de 3 mil 540 pesos hasta 12 mil pesos y a los que viven más allá de los 300 kilómetros 40 mil pesos al mes); tarjetas IAVE; 2 mil 780 pesos en vales de alimentos y 170 pesos de vales de comida cuando haya sesión.
¿Podrán renunciar a todo ello? Por supuesto, no.
asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

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