Opinion

Defenestremos la corrupción

Luis Suárez Marcial

2016-02-08

Defenestrar es arrojar por una ventana, según lo establece el Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Selecciones del Reader’s Digest. El término se ha usado desde 1414 en que los husitas checos, en un acto violento, arrojaron por los balcones de la municipalidad de Praga al burgomaestre y a 30 senadores.
La iglesia husita fue un movimiento reformador revolucionario surgido en Bohemia en el siglo XV.
En la Edad Media, cuando las comunidades aún carecían de sistema de drenaje (como ahora lo conocemos), los habitantes arrojaban por las ventanas los orines, deshechos fecales y alimentos podridos.
Según el diccionario ya mencionado: corruptela (del lat. Corruptela.) f. corrupción. 2. For. Mala costumbre o abuso introducido contra la ley o el derecho.
La corrupción es entonces una mala costumbre que está contra la ley, que viola todos los derechos del ser humano.
La corrupción es la madre de la impunidad, del secuestro, de la violencia, de la desaparición forzada, de la miseria y de cientos de etcéteras.
La indecencia política siempre ha existido, pero en los últimos sexenios se ha puesto en práctica de una manera cínica y descarada.
Los que hemos tenido la fortuna de vivir en Ciudad Juárez durante los últimos treinta o cuarenta años podemos recordar con nostalgia la tranquilidad con que podíamos caminar por las calles durante el día o la noche. La mayor parte de la población carecía de automóvil, las casas no tenían rejas ni barandales, las puertas eran simples mosquiteros; las viviendas que tenían barandales, eran de madera y el propósito era evitar que se metieran los perros.
El policía del barrio o de la colonia era un simple ciudadano al que le dábamos unas monedas los fines de semana (cuando nos pagaban), pero todos lo conocíamos, lo saludábamos, y si requería apoyo para detener al ladrón de tanques de gas o de carteras, salíamos a brindarle auxilio.
Ahora los jóvenes me preguntan:
–¿Hace 40 años ya había corrupción?
La respuesta es contundente: sí.
La corrupción ha sido la característica principal de nuestro sistema de gobierno a lo largo de todo el siglo XX y lo que va del presente siglo.
El presidente Lázaro Cárdenas fue uno de los que más se identificaron con la gente humilde, y quedó demostrado con el apoyo que le brindó el pueblo en la nacionalización del petróleo.
En los otros períodos presidenciales es difícil encontrar buenas acciones y desinteresadas. La clase política ha tenido como objetivo principal: el poder, enriquecerse de una manera fácil y rápida; incrustar en el sistema a sus familias, amigos, compadres y prestanombres.
Cuando se proyectan y realizan obras, siempre están diseñadas de manera que beneficien a los amigos, socios o cómplices. Se realizan también como pago por deudas de campañas políticas.
Esto le da sentido al cacicazgo que ha existido en cada una de las entidades de la república, parece como si unas cuantas familias fueran las únicas ungidas para gobernar, por eso algunos apellidos son muy repetitivos.
El gobernante en turno sólo le cede su lugar a la persona que garantice que va a cubrirle todos sus errores o actos de corrupción.
¿Sólo en el PRI ha existido la corrupción? La respuesta es: no. No conozco algún partido que no sea corrupto.
¿También el PAN? Sí. El PRD, el Verde, Morena, todos se han visto envueltos en actos de depravación política. El Partido Acción Nacional ha estado menos tiempo en el poder federal y por eso parece menos corrupto, pero sus gobernadores, presidentes municipales, diputados y senadores se han visto en serios problemas de deshonestidad.
Nuestro sistema de gobierno ha sido calificado como uno de los más corruptos a nivel internacional.
Los empresarios que antes apoyaban con su dinero a los partidos políticos, ahora le están apostando a los supuestos “independientes” que regularmente son salidos de algún partido político tradicional (como el Bronco).
Antes, la derecha y la izquierda eran como el aceite y el agua, que no se podían juntar, pero si se ponen a hervir en la olla de la corrupción todo es posible. Ahora depende de nosotros si lo consumimos o lo defenestramos…

X