Opinion

Fondo Juárez

Carlos Murillo M./
Abogado

2016-02-06

Esta semana, con la visita del presidente Enrique Peña Nieto, se cumplió una vieja demanda de los juarenses: el dinero de los puentes se quedará aquí, en la frontera, para atender el rezago en infraestructura, un hecho que todos aplauden, hasta los opositores más radicales.
La gestión para contar con un presupuesto extraordinario fue un esfuerzo articulado de los empresarios, así como los gobiernos estatal y municipal, que han puesto en primer nivel de prioridad la justicia tributaria para Juárez pero, sin duda, en casos trágicos como este, la decisión final es del presidente de la República.
La frontera es un polo de desarrollo económico que aporta al gasto público más de la mitad de los ingresos del Gobierno del Estado y aparece en los diez municipios a nivel nacional que más aportan a la federación, esa es la mejor razón para argumentar el incremento del presupuesto en nuestra ciudad.
A pesar de las estadísticas, la respuesta del gobierno central es dogmática y autómata, responden con el mismo guión, dicen que la aportación de zonas económicas fuertes como Juárez, debe redistribuirse en las geografías que cuentan con más carencias de acuerdo a los principios de la política económica adoptada por México, que tienen como objetivo aparente corregir desigualdades.
Ese discurso nacional de la tributación y el gasto público del Gobierno Federal suena ajeno de la realidad ya que, en zonas como Oaxaca, Guerrero o Chiapas, considerados los más pobres por la Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), tienen medio siglo en la misma situación, mientras que en el ranking de crecimiento que elabora la asociación “México, ¿cómo vamos?”, aparecen en primer lugar de crecimiento Aguascalientes, Coahuila y Nuevo León, estas entidades también han aparecido en los primeros lugares, junto con el Estado de México, Sonora, Chihuahua, Baja California Norte y otras economías emergentes como Querétaro y Quintana Roo.
Los desequilibrios entre regiones son evidentes y tienen estancada la movilidad social del país, los mexicanos no hemos podido desconcentrar el poder económico que sigue creciendo en las manos de unos cuantos mientras que el número de pobres es cada vez mayor.
En ese sentido, debemos hacer un recuento de los avances pero también de los grandes pendientes, entre ellos, el tema fronterizo que parece estar en otro idioma, porque ha resultado inentendible para los funcionarios federales que dirigen las políticas económicas, quienes son indolentes ante la batalla diaria que dan los empresarios fronterizos en un mercado altamente competitivo.
Para los funcionarios federales es incomprensible que Juárez sea una región con un crecimiento económico sobresaliente, pero al mismo tenga un rezago en infraestructura tan acentuado, al mismo tiempo que tiene una población en alto grado de marginación.
Como en todo, no hay absolutos, en Ciudad Juárez hay lugares que no le piden nada al primer mundo que colindan con decenas de colonias sin servicios públicos que parecen sacadas de un documental filmado en la República del Congo, estos desequilibrios, aunque no son privativos del tercer mundo, sí son más notables aquí, que en los países industrializados.
Las reglas de la economía clásica están superadas por esta realidad, donde los mercados internacionales lo que menos conservan son paradigmas, es por esa razón que, en las fronteras, es necesario hablar otro lenguaje, el que permita a los empresarios enfrentar a una de las economías más fuertes del mundo, Estados Unidos, que hoy tiene un nuevo repunte gracias a la crisis de los demás países que dependen del precio del petróleo, como México. Esa es la razón por la que el dólar está fuerte (ya le llaman el súper dólar).
La fortaleza de unos es la debilidad de otros. Pero el hecho de que las demás monedas entren en crisis, aunque parezca absurdo, no es culpa del Estado mexicano, más aún, los expertos coinciden en que la devaluación del peso frente al dólar no significa que se haya debilitado la economía, que hasta ahora parece seguir igual según los indicadores macroeconómicos, entonces, el precio del dólar es más un síntoma de que Estados Unidos regresa a ser la primera potencia y China tendrá que esperar para reconfigurar su economía.
Con el peso barato se incrementan las inversiones en Ciudad Juárez, por eso estamos en una nueva primera donde alcanzamos el empleo pleno, lo que aumenta también la derrama económica.
El desarrollo económico atrae la mano de obra que viene en búsqueda de oportunidades de empleo, esa migración genera necesidades de infraestructura, desde escuelas, hospitales, servicios públicos y, en general, lo necesario para sobrevivir, esto provoca mayores demandas para los gobiernos locales. Es el costo del crecimiento, pero los gobiernos deben resistirse al simple dato cuantitativo y convertir esa inercia en desarrollo.
En este escenario, Ciudad Juárez es la que sale bailando, porque el rezago que tenemos no es de un año, ni de una década, podemos contar al menos cuatro décadas esperando que el Gobierno Federal escuche las demandas, desde el famoso Programa Nacional Fronterizo (PRONAF) en 1961, no había una política pública dirigida a reorientar las prioridades del gasto público en Ciudad Juárez, en este caso, el siguiente gran momento para el tema de justicia fiscal se marca en los libros de historia el 4 de febrero de 2016, cuando el presidente Enrique Peña Nieto entrega a los juarenses los ingresos de los puentes internacionales. Sin duda es un gran paso.
Aunque es evidente el logro, hay personas que siguen buscándole “chichis a las liebres”, se preguntan cuál será el destino de la inversión en infraestructura y dudan sobre la correcta aplicación de los recursos, pero se les olvida que el comité para la inversión de este recurso está integrado pluralmente, con juarenses comprometidos con la comunidad que garantizan la debida inversión.
Además, nadie se conforma con esto, todavía falta más por hacer. A nivel nacional los grandes pendientes son gravar más la riqueza y la propiedad, y por el contrario, se debe desgravar el consumo y el salario, además de ampliar la base gravable para, una efectiva recaudación para combatir la evasión, son algunos de los retos que siguen pendientes.
En Juárez, hay que seguir trabajando, para eso la Mesa Interinstitucional ha sido pieza clave, en ese ejercicio de articulación está el futuro, donde están inmersos los empresarios y los gobiernos uniendo esfuerzos, quienes ahora pueden celebrar el resultado de esta etapa y seguir trabajando para impulsar la economía fronteriza.

X