Opinion

SOS al campo

Fernando Chacón Corral

2016-02-05

Hoy, al ver algún tomate, cebolla, pedazo de carne o cualquier producto que requiera cuidado en el campo, tómese unos minutos para reflexionar el camino y las personas que se necesitaron para que usted pueda tener en la mesa un pico de gallo que le dé sazón a sus tacos al pastor.
Esas personas que se encargan de sol a sol de la siembra, cosecha, riego y producción de la canasta básica, herederos de la revolución mexicana, necesitan hoy más que nunca, nuestra ayuda. Y ellos la pidieron de la siguiente manera:
“Sr. Presidente Enrique Peña Nieto, los agricultores del Valle de Juárez le damos la bienvenida y le solicitamos que haga efectivo el estímulo al diésel para el campo”. Lo anterior, lo expresaron en una manifestación pacífica, encabezada por Juvenal Rodela, ex presidente municipal de Práxedis G. Guerrero, donde los campesinos esperaron la llegada del mandatario, que por primera vez estuvo presente en esta comunidad azotada por la violencia que trae consigo la permanente disputa entre grupos de la delincuencia organizada.
La inauguración del puente internacional Guadalupe-Tornillo celebrada la mañana del jueves pasado, y que reunió a altos funcionarios de México y Estados Unidos en un municipio que ha sufrido la desarticulación de su policía municipal, al ser asesinados sus directores, activistas y oficiales, fue el leitmotiv de la colocación de dicha manta.
Cuando un país tiene problemas por un sistema que implica injusta distribución de la tierra rural y un régimen de explotación de la misma, que no compensa dicha injusticia, nos encontramos frente a un pueblo que tiene problema agrario.
Si a estos tacos de injusticia social le agregamos una salsa picante de violencia estructural, por encontrarse sin los recursos, la seguridad y políticas neoliberales que merman cada vez más nuestro incipiente sector agrario, es necesario tomarse un refresco bien helado de impulsos al campo, si no, de lo contrario el sabor puede ser muy desagradable. La Reforma Agraria de 1992 no trajo más que precariedad a este sector de la población que es nuestro sostén diario.
Los precios de algunos productos agropecuarios de la canasta básica se han disparado durante este primer trimestre a más de 100 por ciento, informó la Alianza Nacional Agropecuaria, Comercializadores y Consumidores AC.
Este incremento en los precios de la canasta básica y la depreciación de los barriles de petróleo son dos factores importantes a tomar en cuenta para que México regrese a sus orígenes rurales y el apoyo al campo se incentive para no depender solamente de nuestros hidrocarburos como salvavidas de la economía nacional.
La visita papal ya ha ido trayendo milagros a nuestra frontera mucho antes de su llegada. Rebacheo, limpia de calles, nuevas lámparas led, rehabilitación de espacios olvidados que nunca son tomados en cuenta. Ahora, por obra y gracia del señor, esperemos que también el campo, con la visita de nuestro  presidente les haga su milagrito.
El Plan de Ayala no sólo recogió las aspiraciones de los campesinos de Morelos (y podría decirse que de todo el país) sino también, colocó a la problemática agraria en el centro del debate nacional. Asimismo, marcó una ruptura, un distanciamiento entre los revolucionarios que habían iniciado la lucha en 1910. Madero fue el primero en sentir, en carne propia, el choque de percepciones sobre el significado de la palabra Revolución.
El PRI, como hijo de aquella revolución, tiene una deuda con el campo muy grande. Si quieren reivindicar su “espíritu revolucionario” deberían de atender y volver a ver al sector agricultor hoy refugiado en los confines de la marginalidad y traerlos de nuevo a las prioridades del presidente de la república.

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