Opinion

La lista de Facebook

Jesús Antonio Camarillo

2016-02-05

La impronta mediática del tema de los candidatos independientes cobró vigor en días recientes al llevarse a cabo la comparecencia de los aspirantes a diversos cargos de elección popular ante la Asamblea Municipal Electoral en aras de su registro.
En un primero y endeble enfoque, el desfile de personajes que se dieron cita en el galerón ubicado en el eje vial Juan Gabriel evidenciaría el pluralismo político e ideológico que la mera existencia de las candidaturas independientes presuntamente garantizaría; sin embargo quizá la realidad sea otra. Una, por cierto, muy ajena al plano de la idealización en que ha caído la figura de los “independientes”.
Esa idealización se nutre de la construcción, casi mítica, de la figura del prohombre que habrá de venir a salvar a nuestra ciudad de todos sus males. Se trata de la irrupción de unas imágenes que se quieren vender como asépticas, puesto que “no están contaminadas de la podredumbre de los partidos políticos”, cuando algunos de ellos todavía no cortan, sustancialmente, el cordón umbilical que ideológicamente los une a su genética partidista.
Otros, los más, hacen de la improvisación y de la ocurrencia hojas de ruta por donde habrá de transitar su campaña. Alguien amanece con el optimismo a flor de piel y de pronto se convence de que es el mártir, o en su caso, el héroe que la ciudad necesita para superar los serios problemas que la aquejan desde hace décadas. Se trata del Batman que emerge de la opacidad de la noche. Se enfunda en su sofisticado disfraz y busca, en la lista de sus amigos de facebook, a su pareja atómica. Así, de botepronto, ya tiene a su suplente. El Robin que lo acompañará en su lucha contra los enemigos de la humanidad. Enemigos que, por cierto, se atrincheran tramposamente en las filas de los partidos políticos.
El partido político deviene, entonces, en una organización maléfica en sí misma. No hay matices, todos los partidos son iguales. La evaluación moral y política se polariza, todos están cortados con la misma tijera. El juicio sumario se verifica en la mente del independiente y de los suyos.
De pronto, al impetuoso, que ya tiene a su Robin, alguien le recuerda que debe llevar también una planilla con los que serán “sus regidores”. De vuelta al Facebook. Los tiempos de la secundaria se evocan, ahí habrá varios dispuestos; la exnovia nunca bien correspondida; algún viejo profesor al que se le agarró aprecio; uno que otro amigo famoso, que siempre los hay; el médico de la familia; las madrinas de bautizo y de primera comunión; la chica guapa del bar, quién quita y también se anime; el vecino que siempre tuvo aspiraciones políticas, pero la corrupción no es lo de él; el compadre bonachón que siempre acumula muchos “likes”. Y así, sudando la gota gorda pero se va completando la lista. Gracias Facebook, qué sería de algunos candidatos independientes sin ti.
Nota: a la par de la elaboración de la planilla, a los enlistados el independiente los imagina con la investidura de secretarios de Estado, no de regidores, porque el “proyecto” es de largo alcance y no parroquial.
Cumplidos todos los requisitos y portando hasta su cartilla de vacunación, el independiente se prepara para lo que vendrá. Logra su registro preliminar. Ahora el problema serán las firmas que tiene que juntar. Caramba Robin, y de dónde agarramos tantas rúbricas. Eso no estaba planteado en el Bati-plan. No te preocupes Batman, ahorita agarro algún manual de Paulo Coelho. Algo ha de decir al respecto. Lo importante es combatir a nuestros enemigos. Deja le echo cabeza.
En realidad, nuestros impetuosos, salvo quizá un par de excepciones, no tienen ningún plan de trabajo. La directriz ideológica brilla por su ausencia. La noción de la cosa pública está anémica en sus proyecciones. A algunos, la chispa de la intuición los puede salvar, pero todo depende de su combustible; sin embargo, todo puede suceder. Hartazgo, decepción, miseria. Todo ello hay en nuestra gente. Un Batman, salido de las sombras, puede cambiar el que parece ser el inminente final de la película.

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