Opinion

La responsabilidad de la paz pública

Miriam A. Ornelas

2016-02-04

No es posible saber si el esquema de policía única o unificada, será la solución a los problemas de alta credibilidad y delincuencia organizada que aún subsisten a más de tres años de haber abandonado la Presidencia del país el licenciado Felipe Calderón Hinojosa. Lo que sí es un intento para lograr la pacificación de México y como tal debe tomarse. Algunos presidentes municipales se sienten desprotegidos con este plan de seguridad y se resisten a que la policía unificada bajo el mando del gobierno de sus estados se implemente. No es el único, pero el caso de Cuauhtémoc Blanco en Cuernavaca sí es el más sonado.
Erróneamente algunos presidentes municipales han sido renuentes a ceder en adoptar y replegarse al esquema de policía única o unificada y motivados por eso es que la Conago ha presentado una iniciativa de reforma constitucional para elevar al grado de norma primaria la adopción de policía unificada en toda la república, la cual seguramente será aprobada por las dos cámaras y las legislaturas de todos los estados, con lo cual sólo los gobernadores y el presidente de la Republica tendrán mando inmediato sobre las policías preventivas que operen en el país.
De hecho existen en Chihuahua y en muchos estados, infinidad de municipios que no cuentan con los recursos para operar una policía municipal en condiciones aceptables, sino pequeños cuerpos de gendarmes que en poco o en nada garantizan la paz y el orden público y que, muchas de las veces, no son capaces de cuidarse a sí mismos.
Lo que muchos ciudadanos intuyen es que ésta es una lucha por el control y contubernio con ciertas bandas del crimen organizado, de cuyas cuotas proviene la mayor parte del llamado presupuesto negro y ahora quieren ser los gobiernos estatales los que controlen ese rico filón de riqueza mal habida, sin compartirles un céntimo a los presidentes municipales porque ese celo por la seguridad y la paz públicas no se les conoce hasta ahora.
Pero como quiera que sea es una intentona más para aparentar que trabajan en beneficio de todos los ciudadanos aunque primero que nada esté su beneficio personal. Un solo mando, una sola cuota y una protección más amplia al crimen organizado. Pero démosles primero el beneficio de la duda.
Si de servir al pueblo se trata los presidentes municipales deberían ver en este proyecto de la policía unificada un respiro para sus abultadas nóminas pues el pago de los haberes de esta gendarmería unificada correrá a cargo de los gobiernos de los estados y así podrán sanear sus deterioradas finanzas.
Además, si consideramos que es precisamente la policía municipal la corporación o secretaría que más problemas y críticas ácidas atrae a las administraciones municipales, pues entonces esta iniciativa les quitará de las manos esa auténtica papa incandescente y esa fuente inagotable de problemas que es la policía. Como quien dice, matarían dos pájaros de un solo tiro, menos gastos, menos problemas y menos responsabilidad porque de aquí en delante, la paz y la seguridad pública, desde su arranque con la prevención del delito, será responsabilidad y culpa únicamente del gobierno del estado.
¿Por qué se quejan tanto algunos presidentes municipales? Si aparentemente todo les beneficia. ¿Seré entonces por la parte del presupuesto negro que se les escapa de las manos? Es difícil saberlo pero parece que así es pues de otra manera ellos mismos serían los que repudiarían espontáneamente tal gasto y tal responsabilidad.
Pero hasta ahora la culpa de la inseguridad pública se ha arrojado encima de los gobiernos municipales, ya veremos ahora que esta obligación recaiga en los gobiernos estatales si en realidad cumplen con ella. Y si resulta que no, como es de esperarse, sólo tendremos en cada estado un responsable del clima delictivo y de los asesinatos, robos y secuestros. Los señores gobernadores y nadie más.
Como dicen por ahí, ¡pago por ver! Dejemos a los gobernadores que asuman toda la responsabilidad en el mantenimiento del orden, la paz y la seguridad de todos los ciudadanos y si no dan resultado pues es que sencillamente tampoco sirven.

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