Opinion

Los intereses y la dispersión

Javier Cuéllar
Analista político

2015-11-28

Las cosas en el campo de la planeación y desarrollo de Ciudad Juárez han seguido la ruta del cangrejo y cada vez estamos peor. Tal parece que la tendencia promovida por algunos grupos de constructores-políticos o políticos-constructores, es deteriorar todavía más esta comunidad al impulsar su expansión prácticamente hacia la nada, sin detenerse en miramientos acerca de si es lo más conveniente para la salud urbana de esta población.
En el documento del Plan de Desarrollo Urbano más reciente se indica que en 1960 nuestra frontera tenía una densidad de 215.08 habitantes por hectárea, pero para el 2008 – el dato público más reciente– cayó a  40 habitantes por hectárea.
En términos urbanísticos eso constituye una catástrofe que a todos nuestros gobernadores, presidentes, diputados, senadores y regidores – independientemente del signo político de quienes han pasado por el poder– nada les ha importado en los últimos 50 años.
Lo peor es que sigue tolerándose. Hace unos días se aprobó en el Cabildo, con el aval del presidente municipal Enrique Serrano, llevar hacia el vil desierto la construcción de más de 2 mil viviendas, pese a que actualmente ya existen 4 mil casas allá, en el extremo suroriente, fuera de la mancha urbana y a la existencia de cerca de 10 mil hectáreas de terrenos baldíos, cuyos dueños, según datos documentados por El Diario, no pagan ni el Predial ni alumbrado público.
Es mucha pues la infraestructura y el equipamiento urbano desperdiciado, dilapidado porque la dispersión de la mancha urbana incrementa la delincuencia, el robo de tapas de alcantarillado y de equipamiento en general, la proliferación de alimañas y plagas, la insalubridad y la desolación, sobre todo cuando la tercera parte de la mancha urbana está formada por lotes baldíos que sus propietarios maceran sin otro beneficio que la esperanza de que en un mañana suban de precio.
Ciudad Juárez no puede seguir creciendo hacia y como quieren unos cuantos. ¡Ya basta! Esto se tiene que acabar.
No debe tolerarse la especulación inflacionaria con terrenos ociosos que subsistan dentro de nuestra ciudad y debe encontrarse una fórmula jurídica que permita la desamortización de esos bienes inmuebles en desuso para incorporarlos al desarrollo de nuestra comunidad.
El gobernador César Duarte Jáquez debería intervenir y gestionar acciones para meter freno a este crecimiento desordenado de esta comunidad y mostrar así que primero está el bienestar presente y futuro de los chihuahuenses.
Lo procedente es emprender inmediatamente una labor administrativa y legislativa que promueva únicamente la utilización de esos miles y miles de lotes vacíos con estímulos y facilidades crediticias antes de seguir creciendo hacia la nada.

¿Y el IMIP?

Ante este panorama del crecimiento desordenado de la ciudad, una preocupante opinión que se está generalizado en nuestra comunidad es que cada día es más evidente que para los gobernantes en turno el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) sirve para dos cosas: para nada y para pura nada.
¿Cómo es posible que el presidente municipal Enrique Serrano, que actualmente anda muy encampañado para la gubernatura, avale una decisión de Cabildo sobre el crecimiento y desarrollo urbano sin atender un diagnóstico de los expertos del IMIP sobre el tema?
El instituto ha sido claro en exponer que antes de aprobar la expansión de la mancha urbana con nuevos fraccionamientos se lleven servicios, como son los educativos, de salud, deportivos y hasta de esparcimiento.
No se puede desdeñar esa gran cantidad de datos que atesora el IMIP sobre el desarrollo o la realidad urbana de nuestra ciudad. Pero los hechos muestran que los expertos en materia urbana del instituto no son consultados siquiera por las autoridades a la hora de tomar decisiones y simplemente su opinión jamás es requerida para orientar pláticas de urbanismo, con lo que convierte a esta institución, por así decirlo, en una dependencia pública inútil pese a que nos cuesta un dineral.

Quien no respeta la vida, amenaza

“Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida”: Juan Pablo II.
En un preocupante video difundido por El Diario de Juárez esta semana, el Estado Islámico (EI) lanzó una enésima amenaza de muerte contra las poblaciones de alrededor de sesenta países del mundo occidental liderados por los Estados Unidos entre las que se encuentra México, etiquetándolos como el enemigo, su enemigo,  en esta guerra generalizada por ellos contra naciones que ningún agravio les han hecho en su mayoría, prometiendo dejarnos “sin respiro”, lo cual actualiza la necesidad de una postura defensiva y preventiva para poder lidiar con la amenaza que constituye el Estado Islámico para la humanidad.
Dados los términos en que está confeccionado ese mensaje terrorista creo que no atiende a encontrar un camino para la paz mundial sino todo lo contrario, porque muestra posturas asesinas fundamentalistas que atizarán la desconfianza perpetua en cualquier acuerdo de sosiego que pudiera lograrse o intentarse para que cesen las hostilidades. En el mensaje, los terroristas incitan a los ejércitos de la coalición a combatir contra ellos: “las llamas de la guerra les encontrarán en las colinas de la muerte”.
Ante tan grande amenaza el Gobierno Mexicano ha entablado platicas más serias con los gobiernos amigos, especialmente Estados Unidos y Canadá, para tomar las debidas precauciones para conjurar el peligro que nuestra inclusión obligada en esa guerra implica y me pregunto, dada la modalidad terrorista de los ataques del Estado Islámico ¿No habrá llegado ya el momento de tomar medidas efectivas e incluso punitivas contra esta invasión hormiga, incesante y paulatina que revela el EI? Al fin de cuentas, “la amenaza es el arma del amenazado”. (Leonardo Da Vinci)
Lo cierto es que los caminos de la paz con estos hombres se están cerrando o bien, ahora podemos estar en la cuenta de que siempre han estado cerrados. Lo que si debemos considerar seriamente es que estos señores no están jugando. Tenemos demasiados puntos vulnerables que pueden ser elegidos como blancos civiles de sus ataques prometidos. De plano el EI nos está subiendo forzosamente al ring de esta conflagración mundial.
En nuestra ciudad, la gente teme que por una acción terrorista de esta guerra que no buscamos, la visita del Papa Francisco a nuestra comunidad se suspenda por las grandes multitudes que se formarán y lo endeble de los recursos preventivos con que contamos. No lo quiero ni imaginar, sería una catástrofe. Por lo pronto, las revisiones norteamericanas en los puentes internacionales se han endurecido y en el estado de Tamaulipas se ha dado ya una alerta relacionada con un posible atentado.

Acabando con el efecto de hormiguero

En un tema más agradable nos resulta positivo que el Gobierno municipal haya trasladado las oficinas de las direcciones de Desarrollo Urbano y Obras Publicas al edificio de la antigua maquiladora Nielsen de la avenida Lerdo del centro de nuestra ciudad. De plano el hacinamiento que prevalecía en el edificio administrativo Benito Juárez, sede de la Presidencia Municipal, era insoportable, ni siquiera se podía trabajar ni arreglar maldita sea la cosa.
Se informó que ese mismo camino seguirán las oficinas de Catastro y de la Operadora Municipal de Estacionamientos de Juárez que por ahora trabajan en un pequeño local frente al actual edificio de la Alcaldía.
Esto permitirá que se optimice el servicio público que se presta a la comunidad sin dejar de advertir que frente a la nueva sede de esas oficinas y al lado izquierdo ya existen dos estacionamientos públicos que tal vez resulten insuficientes para el flujo ciudadano que se espera. Las cosas funcionarán mejor y de inmediato se quitará a la presidencia el aspecto de hormiguero que actualmente presenta.

En el PRI: suelo parejo y estaturas diferentes

El proceso interno en el PRI para la selección de su candidato a la gubernatura del estado cada vez se caracteriza más como un choteo que como un evento electoral serio, que atienda a la gravedad de la decisión que se debe tomar. El destape que se hiciera de la senadora Lilia Merodio en el programa que dirige Brozo, El Payaso Tenebroso, esta semana parece contribuir más a esa percepción.
De por si las multitudinarias pretensiones que se han visto donde son casi una docena los suspirantes, lejos de enriquecer la contienda interna le han restado seriedad y lo único que podemos concluir es que mucha de la bola es de papel y aunque en el PRI se hicieron esfuerzos para poner el suelo parejo para todos los aspirantes, lo cierto es que hay algunos con más estatura que otros.
En un aventurado resumen que hacen algunos priistas, con base a sus encuestas, sólo existen tres precandidatos sólidos: Graciela Ortiz, Enrique Serrano y Héctor Murguía Lardizábal.
Lo demás, dice, únicamente tendrá como resultado abultar el currículo político de los participantes, alentar sueños y enrarecer el ambiente aunque en ese trasiego mucha gente puede resultar con lesiones anímicas que tardarán más de quince días en sanar, atizarán enemistades y desconfianzas y dejarán resentimientos y complejos de discriminación política difíciles de superar. Para que no se me agüiten les quiero notificar una cosa: En este mundo sólo hay dos personas que verdaderamente los quieren. ¿Adivinen? ¡Falso! Ellas no son. Los únicos que los quieren son su mamá y Dios. Y a los que ya no tienen madre, pues sólo Dios. Como dijo Charles de Gaulle: los demás únicamente los necesitan.

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