Opinion

Habla Murillo (III)

Pascal Beltrán del Río

2015-11-12

Distrito Federal— “A mí nadie me ha ofrecido irme de embajador a Portugal”, dice, tajante, Jesús Murillo Karam. “¿Por qué voy a comentar algo que no es?”
El exprocurador general de la República asegura que no quiere la misión diplomática en Lisboa, considerada, desde años, como un sitio al que se envía a personas incómodas o amenazadas.
“Ya lo hice saber a quienes deben saberlo. No me interesa ser embajador”, afirma.
Le pregunto por qué no ha respondido a tantas cosas que se han dicho de él en los dos meses y medio que lleva fuera del gobierno. Como esa.
“No he querido convertirme en centro de la discusión. Yo ya salí de la PGR. Me complace haber dejado una Procuraduría con alta capacidad de investigación. No necesito decir más”.
Aun así, el hidalguense desmiente la versión de que haya discutido con alguien la expresión “verdad histórica” antes de decirla en una conferencia de prensa el 7 de noviembre del año pasado.
“Me equivoqué en usar esa expresión, pero es falso que alguien me haya advertido que no debía hacerlo”, sostiene Murillo. “Eso nunca ocurrió”.
Aquel joven que se ocultó en un bote de basura en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, cuando huía de la represión contra los asistentes mitin de la Plaza de la Tres Culturas, hoy es señalado por haber inventado la versión de que a los normalistas de Ayotzinapa los asesinaron y los calcinaron en el basurero de Cocula.
“Lo que dice el expediente no es mi opinión”, aclara. “Es lo que se reveló en las declaraciones de los presuntos autores materiales. Yo tomo las declaraciones, pero no las induzco”.
–Algunos de los detenidos aseguran haber sido torturados para decir lo que dijeron.
–Hay forma de probar eso. Si no se ha hecho, por algo será. No es extraordinario que un detenido se diga inocente o torturado. Es de lo más común.
Lo que sí es extraordinario, en opinión del exprocurador, es un caso de homicidio en el que haya tantos testimonios de los que pueda echar mano el Ministerio Público.
“Los presuntos autores materiales se contradicen en algunas cosas, pero coinciden en lo fundamental: participaron en el traslado, asesinato e incineración de personas. Si yo hubiera inventado las declaraciones, las hago igualitas”.
Pese a que hoy es blanco de los informes de las organizaciones internacionales que él mismo convocó, Murillo dice no arrepentirse de haber solicitado apoyo en la investigación.
“El informe del Grupo de Expertos coincide en lo sustancial con las conclusiones de la investigación que realizamos. Ellos no tienen duda, igual que no la tengo yo, de que detrás de los hechos estuvo el crimen organizado”.
Sobre la principal discrepancia entre los hallazgos del Grupo de Expertos y los de la PGR –el peritaje sobre el basurero de Cocula–, Murillo se limita a mostrar dos fotografías.
Se trata de dos imágenes del basurero tomadas desde el mismo ángulo. La primera corresponde al día en que él estuvo ahí por primera vez, y se ve un terreno ennegrecido. La segunda es del momento en que estuvo ahí el experto peruano José Luis Torero, y en ella se observa el lugar cubierto de vegetación. La inferencia es que el segundo peritaje se hizo en condiciones que no correspondían a las que encontró en su momento la PGR.
Para quienes dudan que un cadáver pueda desintegrarse por el fuego hasta volverse materia inútil para las pruebas genéticas, Murillo aporta una historia: ocho cazadores guanajuatenses desaparecieron en Zacatecas a finales de 2010 cuando se dirigían a la sierra. Fueron detenidos, torturados y asesinados por policías municipales de El Plateado. Meses después se localizaron restos humanos calcinados. ¿Dónde? En un basurero, en Calera. Sólo los restos de uno de los desaparecidos han podido ser identificados por análisis de ADN.
–¿Estás tranquilo, Jesús?
–Absolutamente tranquilo. Consignamos a un buen número de personas. No creo que haya alguien de buena fe que quisiera que esas personas anduvieran hoy libres.
–Te acusan de querer dar un carpetazo.
–Es falso.
Como prueba de que no miente, me muestra la transcripción de sus palabras al final de la conferencia del 7 de noviembre del año pasado.
“Esto fue lo que dije entonces: ‘Reitero que la investigación queda abierta hasta agotar todas las posibilidades que permitan identificar los restos humanos encontrados en la barranca y en las bolsas localizadas en el río San Juan.
“‘Mientras tanto se seguirán considerando como desaparecidos los estudiantes de Ayotzinapa para efectos de la investigación’”.

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