Opinion

Dos asuntos importantes

Sergio Conde Varela

2015-11-12

Dos temas interconectados trataremos en esta colaboración, relacionada con juarenses, chihuahuenses y connacionales.
El primero de ellos fue que el pasado sábado 7 del corriente, aproximadamente a las 9 de la noche, un gran resplandor apareció al poniente de la ciudad, con una dimensión difícil de calcular. Fue visto por muchos juarenses y campesinos avecindados en el norponiente del estado, carretera a Casas Grandes.
El fenómeno lo podríamos describir como un inmenso arco o medio círculo, dentro del cual, dos líneas con destellos blancos se movían con lentitud en el gran firmamento.
La manifestación estelar duro aproximadamente 15 minutos y luego desapareció causando desconcierto y miedo en las personas que lo presenciaron. El mayor nerviosismo se notó en los campesinos que no acataban interpretar la apariencia del suceso, pues en esas zonas se han dado hechos de los cuales no se ha dado una sola razón de su existencia.
De todas maneras, para calmar la perturbación del ánimo, se sugirió por algunas personas y se propuso que se buscara un estado de ánimo tranquilo, sereno y calmado.
Sin embargo, al día siguiente o sea el domingo 8 de este mes, recibimos información de que una estación de radio de Washington, la National Public Radio (NPR) informó a los habitantes de los estados de California, Arizona y Nuevo Mexico del vecino país, que no tuvieran temor, pues lo que vieron en los cielos, similar a lo visto por juarenses y campesinos chihuahuenses el día  anterior, eran dos misiles enviados al espacio aéreo que no provocarían ningún daño, puesto que a dichas bombas se les aseguró para que no explotaran y no causaran destrucción alguna.
Nuestro gobierno desde la fecha indicada no ha hecho referencia alguna al hecho, ni ha sacado boletín oficial alguno y sin embargo medios de no mucho impacto en la opinión publica se han referido a él, tratando de hacerlo cómico diciendo que era una contraofensiva mexicana para que huyera el huracán Patricia.
Sin embargo, sirvan estas líneas para pedir de la manera más respetuosa a las autoridades responsables, que informen a la brevedad al pueblo qué fue lo que sucedió en el espacio aéreo de México y si no tienen antecedentes, les narramos el siguiente tema, cobijado por el tiempo pero no aclarado por nuestro gobierno.
Sucedió hace poco más de 50 años en un día tranquilo, cuando nuestra hoy metrópoli tenía según el censo 121,515 habitantes. Se escuchó primero un ruido ensordecedor y luego un estruendo bajo tierra acompañado de un temblor, que fueron base para que cundiera el pánico entre los tranquilos moradores de esta no tan tranquila tierra de nuestros días. Salíamos por el hecho, asustados de las casas y a campo traviesa por las terrosas calles, parecidas también a algunas de nuestros días.
Resulta que una bomba llamada B2, cayó en las inmediaciones de la colonia Palo Chino, hoy Azteca, y produjo un boquete profundo y además muchos, pero muchos metros de amplitud. Curiosamente el proyectil no cayó en terreno residencial de aquella época, ni produjo muertos ni heridos por su explosión y estruendo.
Pasaron muchos días después del bombazo y no se dio ninguna información. Nuestro gobierno críptico, callado de una mudez insoportable, hasta que las autoridades estadounidenses comunicaron que lamentaban el accidente, porque el proyectil se desprendió de una base militar y que dicho artefacto no llevaba la carga explosiva que acompaña a tales bombas y colorín colorado, con nuestro gobierno callado.
Hoy queremos información fidedigna, en una época que presume de ser la mejor informada de la historia. Esperamos los moradores de estas tierras, las noticias gubernamentales del desprendimiento de los misiles que iluminaron no sólo a los estados de la nación vecina, sino a nuestro estado y buena parte de sus moradores que se quedaron o quedamos con una agitación de pronóstico reservado. Punto.

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