Opinion

Los “Chuchos”, dioses

Luis Javier Valero Flores

2015-11-11

¿Cómo puede tomarse en serio a un partido –hasta muy recientemente, el más grande que haya construido la izquierda mexicana– si nombran como presidente del Comité Nacional a alguien que ingresó apenas 71 días antes?
El sábado anterior, el Consejo Nacional del PRD “eligió” como su dirigente a Agustín Basave, un expriista ligado, en aquellos años, a Luis Donaldo Colosio. Llegó, como él mismo lo sostuvo, “arropado” por las corrientes políticas internas del perredismo.
Si la patética situación en la que se encuentra el PRD de Chihuahua fuera exclusiva de la localidad, pudiera llegarse a la conclusión de que podría mejorar, pero si el espectáculo lo protagonizan los dirigentes nacionales, que no son cualquier cosa, sino los dirigentes de la agrupación interna más importante –Nueva Izquierda, coloquialmente conocida como “Los Chuchos”, por ser Jesús Ortega y Jesús Zambrano sus principales dirigentes– entonces no queda más que certificar que el PRD no tiene compostura.
Gracias a la crónica publicada en Reforma –bendito género periodístico, hoy tan olvidado por la parafernalia digital– pudimos asomarnos a los entretelones de la cúpula del perredismo, a su gigantesca frivolidad y a su no menor cinismo.
Fernando Belaunzarán, antiguo integrante de “Los Chuchos”, se atrevió a postularse como candidato a la presidencia del Comité Nacional. Para que no hubiese elección, algo que le habían prometido a Basave, “Los Chuchos” le propusieron que se integrara en la planilla como candidato a secretario general. No aceptó.
Al iniciar la reunión del Consejo Nacional del PRD, al frente y al centro, en la primera mesa, se colocaron Francisco Martínez Neri, líder de los diputados del PRD; Beatriz Mojica, candidata a la secretaría general, excandidata al gobierno de Guerrero y antigua colaboradora del exgobernador Ángel Aguirre. “A su lado, Jesús Zambrano, de ‘Los Chuchos’, y el otro dirigente de ese grupo, Carlos Navarrete.
“Me da gusto saludar a la elegida por los dioses”, saludó Belaunzarán a Mojica. Luego, a los demás sentados a la mesa. Cuando se va (Jesús) Zambrano comentó, burlón, a sus camaradas de Nueva Izquierda: “Iba a decirle: ‘los dioses te saludan, Fernando”. (Nota de Reforma, 8/XI/15).
Y es que esos dioses, responsables de la postulación de Ángel Aguirre a la gubernatura de Guerrero, seis años atrás, y de José Luis Abarca como candidato a la alcaldía de Iguala, habían determinado antes que, para salir de la crisis creada por su desempeño al frente del PRD, llamarían a un ciudadano ajeno a ese partido a fin de que lo dirigiera.
Lo podían intentar al fin y al cabo que entre ellos y el grupo dirigido por René Bejarano tienen el control del máximo órgano de dirección del PRD, por eso, desde el día anterior a la elección, Jesús Ortega y Carlos Navarrete (el líder defenestrado), líderes de Nueva Izquierda, “confirmaron la cargada: el nuevo presidente del PRD” sería Basave.
Más “comprometido” con las formas democráticas, Bejarano le dijo a sus huestes de Izquierda Democrática Nacional (IDN) que: ”No hemos resuelto, pero yo quiero adelantar y sugerir que podamos votar a favor de la fórmula que encabeza Agustín Basave, que actuemos con unidad”. (Ibídem).
No hay necesidad de más, no hay discusión, no hay votación, una dos horas después, todos, pero absolutamente todos, votan por alguien a quien no conocen para que los dirija en todo el país.
Pero para que funcione esa democracia, los perredistas recurren a algo que repudiaron durante décadas, que costó decenas de muertos en las luchas sindicalistas. No hubo urnas para que los consejeros votaran en secreto, no, “los consejeros se deben parar ante el micrófono y votar a un metro de distancia de la mesa de ‘Los Chuchos’ y el ungido Basave”.
¡Ay de aquél que se atreva a desafiar a los “dioses”!
¡Tan eficiente es el control en el PRD que algunos consejeros ni siquiera hablan, con el dedo señalan por quien desean votar!
Exultante, el nuevo “dirigente” perredista pregona que es el momento “de llevar al partido a ser de verdadera oposición al régimen priista. Que ya no habrá pactos con el Gobierno y que no le temblará la mano para señalar la corrupción”.
Y la “cargada” también se manifiesta en negro y amarillo: “Nosotros fuimos los primeros que le dimos el apoyo a Basave”, presume Jesús Valencia, exdelegado de Iztapalapa, obligado a renunciar por usar y chocar la camioneta de uno de sus proveedores.
Es tan eficiente la democracia perredista que Fernando Belaunzarán alcanza ¡cero votos! Ni él vota por sí mismo.

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