Opinion

Ciudadanización en extinción

Luis Javier Valero Flores

2015-11-05

El martes anterior se instaló el nuevo Consejo del Instituto Estatal Electoral, la adecuación de la legislación electoral chihuahuense a la reforma electoral aprobada casi dos años atrás, en el curso de las reformas impulsadas a partir del Pacto por México, signado por el PRI, PAN y PRD.
Al acto protocolario no acudió la representación del PAN de Chihuahua.
Importa detenerse en ésta reforma por el brutal choque entre la realidad política y los arreglos de las cúpulas partidarias.
Prácticamente en todas las entidades sucedió lo mismo. La oposición protestó por el cuasi avasallamiento en la designación de los nuevos consejeros estatales. El priismo se sirvió con la cuchara grande.
¡Ah, pero cuando se discutía la posibilidad de efectuar las reformas electorales, la dirigencia del PAN, encabezada por Gustavo Madero, alegaba que al otorgarle al nuevo Instituto Nacional Electoral (INE) la facultad de conducir los procesos electorales locales se le quitaría a los gobernadores lo que entonces, decía, era una realidad, que éstos tenían bajo su control a los órganos electorales estatales!
Bueno, pues ahora sufrimos, no la centralización de las cúpulas partidarias, sino la del gobierno de la república, fruto de las gravísimas equivocaciones cometidas por las dirigencias de panistas y perredistas.
No le fue bien a Madero. A pesar de que sus más allegados ejercen el control sobre su partido, aparentemente ha sido defenestrado. En los tiempos que se discutían las reformas del Pacto por México la opinión generalizada era la de que, al llegar las elecciones del 2013 se convertiría en el líder de los diputados federales del PAN y de ahí a la candidatura presidencial.
Se le veía fuerte en esa trayectoria, a pesar de las no pocas críticas internas.
Contra todos los pronósticos, el PAN no pudo convertirse en el mejor receptor de la caída del gobierno de Peña Nieto en las encuestas. El PRI, a pesar de todo, con sus aliados, tiene una magra mayoría en la Cámara de Diputados.
Y eso le fue cobrado al ex dirigente nacional.
No ocurrió lo mismo con Jesús Zambrano, a la sazón dirigente del PRD en los momentos de la firma del Pacto por México. A esa dirigencia y partido les cayó la noche de Iguala. Increíblemente los rescató el PRI. Hoy, Zambrano es el flamante presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados.
La reforma electoral local de 1997, impulsada por el PRI y el PRD, criticada severamente por el PAN y el gobernador Francisco Barrio, entre otras cosas, aportó una extraordinaria y esperanzadora manera de designar a los integrantes del organismo electoral.
En lugar de que el gobernador enviara una propuesta al Congreso del Estado, para que éste eligiera a los nuevos consejeros, la reforma estableció -eran los tiempos en que florecían los ímpetus ciudadanizadores- que los propios ciudadanos se propusieran.
De ellos el Congreso elegía.
Por supuesto que no era idílica la realidad; los partidos buscaban, y obtenían, imponer a los suyos, preponderantemente, en esta intención, como hoy, el PRI y sus gobernantes, pero algo se podía rescatar, gracias, paradójicamente, al mismo priismo.
Hoy, los aspirantes a los cargos en el organismo electoral deben hacer la procesión a la vieja Tenochtitlán.
¿Qué ciudadano común y corriente puede hacer cosa semejante?
Solamente quienes reúnan diversos perfiles, como los de quienes fueron seleccionados, que puedan, por esa razón, efectuar las actividades necesarias  para concretar los requisitos solicitados, es decir, básicamente funcionarios gubernamentales, la mayoría con antecedentes partidistas, que más allá de las calificaciones obtenidas en las evaluaciones se alejan del ánimo ciudadanizador que se aspiraba inundara los órganos electorales.
Así, Claudia Espino fue hasta hace poco, colaboradora cercana de la senadora Graciela Ortiz, públicamente aspirante a la candidatura al gobierno de Chihuahua; Gilberto Sánchez Esparza era hasta recientemente funcionario de Coparmex. Se puede suponer que por esa vía, ligado al PAN, o a una parte de ese partido.
En ese sentido abonan María Elena Cárdenas, hasta ahora funcionaria del Ichitaip y ex asesora del Congreso del Estado y Julieta Fuentes, a quien se le ubica como cercana al Secretario de Gobierno, Mario Trevizo.
¿Por qué no les pusieron las mismas trabas que a los candidatos independientes, como por ejemplo, no haber sido miembros de partido alguno en los últimos tres años?
Digo…
Twitter: /LJValeroF

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