Opinion

La granizada de octubre

Sergio Conde Varela

2015-10-08

Muchos juarenses recibieron en días pasados los efectos perniciosos del granizo, que es un meteoro caracterizado por caídas de bolas de hielo de tamaño variable.

Sin embargo, una granizada no solo es la precipitación de granizo de diferentes calibres, sino también como lo dice María Moliner, maestra en lenguas, se puede recibir una granizada de malas noticias.

Este tipo de granizadas no nos gustan, pero esto no lleva a que desaparezcan. Son muchas malas nuevas que han circulado y que juarenses y chihuahuenses hemos recibido y, francamente, para que se esfumen faltan hechos y no palabras. Solo los primeros harán que las malas se conviertan en buenas nuevas.

Son tantas las inquietudes que se nos han trasmitido que solo las respuestas serias y concretas a nuestros problemas, que deben dar los responsables, son las que los pueden acallar.

Solo a algunos partidarios de Goebbels en informática y comunicación se les ocurrió decir que el Papa vendrá a México en 2016. El año que entra habrá elecciones y hay muchos interesados que, sin interesarse por el pueblo, quieren que los ánimos encontrados de la gente mexicana se aplaquen por la presencia del Pontífice en nuestra tierra y piensan que todo será miel sobre hojuelas.

Sin embargo, un número considerable de católicos sabemos que en Yucatán, con metralletas y amenazas vaciaron un templo cuyo sacerdote había estado en sus homilías señalando con índice de fuego las injusticias que se cometen en contra de los migrantes que por necesidad atraviesan nuestra república. En este caso el oficialismo guardó silencio de sepulcro egipcio.

Quienes anuncian que viene el Papa no se dan cuenta de su formación jesuita, conectada desde los tiempos de Ignacio de Loyola hasta nuestros días con la justicia distributiva, o sea, aquella de la cual trata Santo Tomás de Aquino y que se refiere a dar a cada quien lo que necesita.

También parece que no se dan cuenta de los problemas sin resolver, como la inseguridad que priva en nuestra entidad, que sigue siendo la 3ª en homicidios dolosos en el país.

El senador Javier Corral, en la edición de El Diario del pasado domingo, consigna en buena parte de su colaboración datos sorprendentes. Además de los relativos a la inseguridad, señala que Chihuahua tiene el 3er lugar en materia de deuda de todo el país, con 41,991 millones de pesos.

De lo dicho, la granizada de las malas noticias es más dura que la del martes en nuestra ciudad y lo es porque los gobernantes se han olvidado del pueblo.

Lo han hecho unos por la falta de preparación e incapacidad para la función pública. Otros, por la prepotencia de llegar a un cargo público buscando que el puesto les quite su falta de autoestima. También porque creen que Midas, el rey legendario de Frigia es su ideal, sin saber que por haber pedido que todo lo que tocara se convirtiera en oro, quedó en situación de muerto de hambre, arrepintiéndose dolorosamente de su enfermiza petición.

Antes de visitar nuestra Patria, el Papa debe conocer a fondo lo de Ayotzinapa, lo de Tlatlaya, lo de  Iguala, porque el Pontífice viene, si es que nos visita como turista. Lejos de eso. Su formación no acepta ni casacas de terciopelo ni abrigos de oso negro. En el caso del prelado, sus vestidos hablan no como símbolos sino con palabras. Hay que descifrar su lenguaje y escucharlo atentamente.

México debe recibirlo sin presiones electorales, muchos pensamos que lo recibiremos haciendo un esfuerzo para tener una decisión de conciencia profunda, una claridad verdadera de lo que ha sucedido, de las injusticias que hemos vivido por actos de gobernantes sin escrúpulos y de un estado de cosas que lesiona la dignidad y la buena vida a la que todos tenemos derecho. No queremos pues la granizada de noticias falsas. No la queremos.

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