Opinion

AMLOfobia

Pascal Beltrán Del Río

2015-10-06

Distrito Federal- A diferencia de quienes andan preocupados, y hasta aterrados, por la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador llegue a la Presidencia en 2018, lo que corresponde hacer al periodismo es cubrir la incesante campaña del tabasqueño como se cubre a quien lidera una contienda.

Si hemos de creer en las encuestas que lo ponen en primer lugar, López Obrador le ganaría hoy la elección a quien le pusieran enfrente.

Entonces, ¿no es tiempo de comenzar a tomarlo en serio, como a alguien que tiene posibilidades reales de llegar a Los Pinos –perdón, a Palacio Nacional– dentro de tres años?

Para comenzar, hablemos de su campaña mediática. No podemos dejar de mencionar que está haciendo un uso muy astuto de los tiempos oficiales a los que tienen derecho los partidos políticos en radio y televisión.

Astuto, porque aprovecha esta prerrogativa sin dejar de descalificar al sistema del que su partido, Morena, es parte.

Es decir, está adentro aunque da la impresión de estar afuera. Y ese es un acto de prestidigitación.

Desde dentro del sistema de partidos –cobrando las prerrogativas y demás subvenciones que proceden del erario–, López Obrador y Morena juegan la carta del outsider.

Siendo parte del sistema de partidos, han logrado presentarse como una alternativa “antisistema”. Y ese es un logro impresionante.

Su primer lugar en las encuestas se debe a varios factores: su liderazgo, que solamente alguien muy mezquino se atrevería a negar; el desprestigio de sus adversarios políticos; la inconformidad ciudadana con los tres principales partidos, y haberse mantenido fiel a su discurso y centrado en su objetivo –la Presidencia– desde hace más de un década.

Pero, también, a la persistente presencia de su imagen en los medios de comunicación –los mismos que, dice él, le han aplicado un “cerco informativo”– y en miles de spots y otros instrumentos de propaganda desde que Morena obtuvo su registro como partido político, e incluso antes, cuando era miembro del PRD.

El uso por parte de López Obrador de los tiempos oficiales a los que tiene derecho Morena ya ha sido materia de discusión en el Consejo General del INE, donde se determinó que no ha habido abuso de la pauta ni falta de apego a la ley.

Es válido pensar que la aparición de López Obrador en estos spots genera un clima de inequidad en la aún lejana contienda de 2018. Sin embargo, en un régimen de derecho –aunque sea regido por instituciones que AMLO no reconoce– lo que no está prohibido está permitido.

Nada impediría que los otros partidos y los potenciales aspirantes presidenciales hicieran lo mismo que está haciendo Morena, pero hay un problema: ninguno de los partidos tiene resuelta su contienda interna como ya la tiene Morena.

Nadie puede dudar que AMLO será candidato presidencial por tercera vez en 2018 (salvo que ocurra algo extraordinario). En cambio, ¿alguien podría decir, sin temor a equivocarse, quién será el abanderado del PRI, del PAN o del PRD?

Morena tiene la ventaja de haber ya resuelto eso porque es partido de un solo hombre. Ahí no hay corrientes ni disidencia. Se hace lo que López Obrador dice y punto. Nadie cuestiona.

Por eso AMLO puede hacer hoy lo que no podrían hacer, por ejemplo, Rafael Moreno Valle y Margarita Zavala en el PAN, porque probablemente ese partido vaya a tener una elección interna para definir a su candidato presidencial y, en todo caso, el nombre del aspirante no se conocerá por lo menos en los siguientes dos años.

Durante ese lapso, AMLO correrá solo. No tiene rivales internos ni los tendrá. Y sus contrincantes externos tardarán en aparecer.

Incluso una eventual entrada de El Bronco en la contienda dependerá de que éste haga un buen gobierno en Nuevo León. AMLO depende de sí mismo, de su salud y nada más.

Mientras unos se asustan por su eventual llegada a la Presidencia, y otros aseguran que eso será la salvación del país, lo que toca a los periodistas es examinar con lupa lo que López Obrador hace y lo que dice, como se hace con el puntero de cualquier contienda, especialmente la carrera presidencial.

X