Opinion

La Columna

De Los Reporteros

2015-10-04

-Inyecta el IEE de Fernando Herrera vida a lo que quedaba del Partido del Trabajo; el PRI busca todas las alianzas posibles en el 2016, incluidos los del PT para no dejar un solo resquicio que pudiera llenar el PAN… o Morena

-Divide a la fracción del PAN en el Congreso estatal la intención de solicitar al gobernador César Duarte su renuncia; César Jáuregui y Maru Campos dicen no a Rogelio Loya

En franca contradicción a la voluntad popular, el Instituto Estatal Electoral (IEE) de Fernando Herrera reagrupó los despojos del Partido del Trabajo, organización de franquicia familiar a la que los electores negaron el registro en las elecciones federales pasadas. Hay quien pragmáticamente dice que no importa, que los votos de ese partido son de utilidad para un PRI inseguro de ganar.

El reconocimiento como partido político con registro estatal, que le hizo bueno el IEE, restituye a la familia de Rubén Aguilar las posibilidades de negociar una alianza ventajosa con el tricolor. Venidos a menos desde que no alcanzaron el tres por ciento para mantener el registro nacional, los Aguilar garantizan en la entidad otra campaña que les permita consolidar los intereses de su emporio económico y cebar sus ambiciones políticas.

El reconocimiento del PT como partido político estatal, representa en los hechos la primera aplicación práctica de la reforma electoral proclive a los minipartidos, aprobada hace sólo un par de meses por los diputados locales.

El Congreso del Estado, en contradicción a la ley federal en la materia, dejó en dos por ciento la votación para que un partido ingrese a la distribución de diputados, matizándola con el tres por ciento para obtener prerrogativas.

Vea la ruta trazada para las alianzas: primero la ley a modo de los partidos parasitarios, también llamados “nanos” o “mini”; después el reconocimiento al PT –con el registro nacional perdido– como partido estatal; luego una alianza con el Revolucionario Institucional que le permita acceder a uno o dos diputados, dependiendo del negociador priista; y finalmente la restauración definitiva de la franquicia. En esa dinámica se cuelgan los partidos nuevos y los que no perdieron el registro.

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En el juego de las alianzas, en Chihuahua el único partido ganador será el PRI. No reformaron una ley electoral a contentillo de los partidos chicos sólo por ocurrencia, desde un principio pensaron en sí mismos, a pesar de los acuerdos cupulares que en la escena nacional tengan las dirigencias partidistas, en la entidad las alianzas corren a favor del tricolor, es donde está el poder.

En la próxima elección estatal apunte usted a un PRI dominante, acompañado por su aliado favorito, el Verde, un acuerdo fáctico con el PRD, asumiendo que desde el CEN frustren una alianza formal, a ellos sume los tres votos del PT, el siempre fiel Nueva Alianza, el nuevo Partido Encuentro Social, si es que no consigue un candidato que le granjee votos, y probablemente hasta Movimiento Ciudadano, a pesar de que Dante Delgado diga que no y mil veces no, también él es sensible a los cañonazos de millón.

Morena será el único partido satelital que resista ingresar a la órbita del PRI. López Obrador es un dictador, quiere mostrarse como el gran opositor a lo que llama “La mafia Prian”, jamás permitiría que su representante en Chihuahua, Víctor Quintana, se avenga a juguetear con el PRI. Eso será un activo electoral para Morena, presentarse como la única oposición de izquierda siempre es bueno, aunque insuficiente en la entidad.

Desde luego que el otro partido en ir sólo sería el PAN, único con la suficiente base social para enderezar una campaña política con posibilidades de éxito. El escenario se pinta, como puede usted ver, para una coalición de partidos nanos en torno al PRI, con un PAN solitario pero con oportunidades de ganar, y la incógnita que representa Morena, que muy seguramente no tendrá votaciones significativas. Falta mucho para firmar vísperas, pero al menos hasta ahora así pintan las cosas.

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César Jáuregui Moreno, y Maru Campos, le dieron la contra a su colega Rogelio Loya Luna cuando éste les planteó su intención de acudir a Palacio o interceptar a la comisión de Secretarios que acompañó a Mario Trevizo en el Informe, para pedir la renuncia de César Duarte al gobierno del Estado.

Jáuregui y Maru saben que esa exigencia tiene fines mediáticos, ni modo que Duarte les responda: “Sí, señores diputados, tienen razón, me separaré del cargo a fin de que prosperen todas las investigaciones que se les han ocurrido en mi contra…”.

Sin embargo ni así, sabiendo que esa demanda es una vacilada, el coordinador y la subcoordinadora de la fracción panista se avinieron con el resto de sus compañeros –Ana Lilia Gómez, Daniela Álvarez y Rogelio Loya– para entregar el documento.

El ejercicio demostró que la del PAN es una fracción partida a la mitad, al menos pueden decir que en eso ganan a sus colegas del PRI, ellos también tienen dos opositores, los legisladores Eloy Díaz Tarín y Tania Teporaca Romero Del Hierro, el resto han sido institucionales a ojos cerrados, sólo que son muchos más y eso sin contar a los diputados de los mini partidos, también muy obedientes al poder.

Las contradicciones de la política, Teporaca Romero, de sólida formación priista, ha exhibido una independencia inusual en diputados de este partido; mientras su esposo, Fernando Reyes, de formación panista y actualmente instalado en la izquierda de Movimiento Ciudadano, rivaliza con César Jáuregui para ver quién es más útil a las exigencias de Palacio. La oposición queda invertida y eso que son familia.

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Octavio Acosta dejó a partir de este domingo la Subsecretaría de Administración de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte estatal.

Durante la ceremonia de Honores a la Bandera en la explanada de los Servicios Educativos de Chihuahua, que se realizó por la mañana de ayer, el secretario de Educación mencionó, “Octavio Acosta nos ha pedido construir una nueva etapa en su carrera profesional y a quien le estoy profundamente agradecido por todo lo que nos ayudó en construir etapas y gobierno, en el paso por la Secretaría a mi cargo”.

De inmediato hubo quienes ubicaron a Acosta como una de las primeras víctimas del choque entre de los dos priistas chihuahuenses con mayor poder, el gobernador César Duarte y el director general del ISSSTE, José Reyes Baeza.

Otras más especularon que las cosas bien pudieron ser de diferente manera, que siendo Acosta mucho más cercano a Reyes que a Duarte, el primero decidió sacarlo de la esfera de Gobierno estatal por si las cosas se radicalizan aún más entre los dos antes citados, y por ello lo invitó a unirse a la dependencia a su cargo.

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El fraccionamiento Eco 2000 parece tierra de nadie. Al menos 6 de cada 10 vecinos están conectados ilegalmente a la red de agua potable o a la de energía eléctrica o a ambas, y tal parece que no hay quien meta orden en ese lugar.

Los residentes que sí están conectados a esos servicios de manera legal, y que pagan por ellos, dicen que constantemente denuncian a sus vecinos “colgados” ante la Junta Municipal de Agua y Saneamiento y la Comisión Federal de Electricidad, por los riesgos que representan para ellos y sus familias las conexiones ilegales, sobre todo las de la luz, ya que hay cables por todos lados y sin el aislamiento adecuado y temen que se pueda presentar un accidente de consecuencias fatales, ya sea por electrocutamiento o que se genere un incendio.

Mientras que las conexiones a la red de agua potable las hacen las personas a como se les da a entender y presentan serias deficiencias, por lo que son constantes las fugas y los acumulamientos del líquido, que luego se pudre y apesta a rayos, y sirve como criadero de moscos y otras alimañas.

El hartazgo de los vecinos cumplidos es tal, que ya están pensando en organizarse para acudir ante el presidente municipal a solicitarle su intervención para solucionar esa situación que, aseguran, es verdaderamente insoportable.

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