Opinion

Defender lo nuestro

Francisco Ortiz Bello/Analista político

2015-10-03

Cuántas veces nos ha pasado que confundimos una cosa con otra, a veces por distracción, en otras por falta de información, o las más de las veces porque nos dejamos ir con la primera impresión que tenemos de algo, sin profundizar más sobre los detalles y el contexto.
Hablando de imágenes, actualmente el Internet y las redes sociales, nos han demostrado que la frase aquella de que “una imagen vale más que mil palabras”, ya no es más que una simple frase, porque no siempre lo que parece que vemos es la realidad. Se ha demostrado en infinidad de series fotográficas que circulan en la red de redes que, lo que capta el lente de una cámara, no es más que el fugaz instante de un hecho, pero desprovisto del contexto, de la dimensión, del fondo y, sobre todo, de la circunstancia.
Esta confusión, la mayoría de las veces, persiste aunque nos hayan aclarado ya el tema o de lo que realmente se trataba, más influidos ya por una natural inercia a no reconocer un error, o a persistir en ideas o prejuicios. Y si esto ocurre con la interpretación de imágenes, la situación se agrava aún más con la lectura y comprensión de textos.
En este orden de ideas, es que planteo una de estas “falsas apreciaciones” que tiene mucho de fondo, pero que corre el serio riesgo de ser mal entendida, mal interpretada y, por consecuencia, mal recibida.
Recientemente, en nuestra ciudad, el presidente municipal Enrique Serrano Escobar, realizó algunas manifestaciones a propósito del estreno, en El Paso, Texas, de la película “Sicario”, producto de la molestia que le generó el contenido de dicho filme.
Tan sólo como apunte, yo creo que no sólo el alcalde debería estar molesto por esta película. Deberíamos estar indignados todos los juarenses bien nacidos, porque es una cinta que, además de referirse a nuestra ciudad en forma imprecisa, ni siquiera fue filmada aquí, pero sí utiliza referencias claras y directas sobre supuestos hechos ocurridos en Ciudad Juárez.
Y pasando de nuevo al hecho en sí mismo, si bien es cierto que las primeras manifestaciones de Serrano fueron en el sentido de “invitar” a los juarenses a no ver la cinta, al transcurso de los días el discurso se fue asentando y precisando hasta encontrar, a mi modo de ver, el enfoque adecuado y justo ante un tema como el que nos ocupa.
El jefe de la comuna juarense dijo a El Diario el viernes 25 de septiembre: “Yo invito a los juarenses a que no la vean, es algo que habla mal de la ciudad, sin que estemos negando lo que haya sucedido, no tenemos por qué hablar mal de la propia familia cuando se tiene un problema adentro y en este caso somos la propia familia juarense la que se siente agraviada con ese tipo de películas”.
Y remató señalando: “Queda en libertad de verla quien así lo quiera, pero yo invito a la ciudadanía juarense a que no apoyemos un trabajo cinematográfico que desprestigia en forma lastimosa la imagen de nuestra ciudad”. (Nota de Juan de Dios Olivas, titulada Pide Serrano evitar ver película que ‘denigra a Ciudad Juárez’)
El pasado viernes, y a nombre del gobierno municipal de Juárez, se publicó en El Paso una carta abierta dirigida al productor, al director, y al elenco artístico que participaron en el mencionado filme, en el que es el propio presidente Serrano quien les hace una serie de consideraciones y precisiones, a las cuales tenemos derecho los juarenses ya que en su película se habla de nuestra ciudad, sin pasar ya en ningún momento por la exigencia de retirar de la exhibición la cinta.
Pero aún en su discurso inicial, un tanto más visceral y radical, por calificarlo de alguna manera, Serrano jamás sugirió siquiera que la película se dejara de exhibir, que no dudo que ese fuera su deseo, pero se mantuvo siempre en el límite de la libertad de expresión porque, finalmente, ese es el punto central de todo esto.
Del mismo modo que productores, realizadores, directores y actores, tienen todo el derecho de realizar una obra cinematográfica, enmarcada dentro de las leyes respectivas, y de exhibirla, también quienes la vemos tenemos todo el derecho a expresar nuestra opinión sobre la misma. Más aun cuando, dicha obra, toca fibras sensibles de una ciudad como la nuestra.
Y creo que eso fue lo que hizo, y es lo que ha hecho hasta el momento el Presidente Serrano, expresar su malestar y su inconformidad, en su calidad de jefe de la comuna juarense, por una obra cinematográfica que nos presenta como una ciudad llena de violencia, asesinatos, droga y gente de malos sentimientos. En Juárez, no todos somos sicarios, definitivamente.
También creo que eso mismo, reclamar y expresar nuestra inconformidad, deberíamos de estar haciendo muchos juarenses que, por diversas circunstancias, tenemos espacios de difusión o influencia en la opinión pública, porque la libre manifestación de las ideas es una garantía y un derecho que tenemos todos los mexicanos, tanto en un sentido como en otro.
En la carta abierta, publicada el pasado viernes y dirigida al elenco de la producción, Serrano empieza diciendo: “Este mes se estrena en los Estados Unidos de América la película que Ustedes han producido y protagonizado denominada ‘SICARIO’; desafortunadamente para abordar el tema de lucha entre carteles de droga han utilizado la imagen de ‘CIUDAD JUÁREZ’, y la proyectan a nivel internacional como una ciudad peligrosa, sin Ley ni orden.”
“Es lamentable que lucren con la nobleza de una comunidad binacional, donde efectivamente las puertas están abiertas al intercambio comercial, turístico y cultural, como región, El Paso, Texas y Juárez, representan el 20% del comercio en general entre Estados Unidos y México.” Fin de la cita.
Serrano reconoce a lo largo de la misiva que, en Juárez, tuvimos episodios oscuros, en los cuales desafortunadamente juarenses y paseños inocentes perdieron la vida, pero señala que desde hace tres años las estadísticas criminales se vinieron a la baja, y que actualmente vivimos tiempos mejores.
Luego, en otra parte de la carta, Serrano explica que, en la actualidad Juárez es de la ciudades que más inversión extranjera recibe en el país, tenemos industria automotriz y próximamente aeroespacial, goza de pleno empleo y la mano de obra juarense es de clase mundial, que los comerciantes han reportado en los últimos años ventas históricas, la ocupación hotelera está por encima de la media, las Universidades están abiertas a todos los jóvenes que deseen estudiar, y que está justo en el centro de la frontera con Estados Unidos, sin duda Juárez una gran Ciudad. Y nada de esto se aprecia en la película, pero sí puede ser distorsionado por el filme.
Serrano concluye la misiva invitando al elenco de la cinta a Juárez, para que realmente la conozcan, caminen por sus calles, saluden a su gente y aprendan su historia, y puedan dar fe que su película no es un retrato del Juárez de hoy.
Y luego, precisa que los juarenses exigimos respeto, porque hemos superado muchas dificultades para reivindicar el valor e imagen de nuestra Ciudad Juárez, todos los días buscamos un mejor porvenir, lo que hoy nos hace fuertes como comunidad para competir en el contexto global.
Al respecto, el edil juarense ha manifestado que, mediante una demanda en las Cortes estadounidenses, buscará insertar un mensaje previo a la exhibición del filme en las salas cinematográficas de la ciudad y hasta del país, en el que el Municipio de Juárez pueda hacer las precisiones correspondientes. Es nuestro derecho.
A diferencia de la tibia reacción del Gobierno federal, a las groserías e insultos del magnate Donald Trump, me parece que la de Serrano es la actitud correcta de un gobernante que sale en defensa de sus gobernados y de su ciudad. Y me parece además que lo hace en el tono adecuado, en el momento oportuno y con las herramientas jurídicas y políticas a su alcance, sin atropellar ninguna libertad o derecho, pero sí defendiendo los nuestros.
Creo que la postura de Serrano, lejos de ser criticada, merece una respuesta más solidaria de los juarenses, porque lo que está defendiendo es, precisamente, la dignidad de quienes vivimos en esta gran ciudad.

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