Opinion

La sucesión en Chihuahua (Primera Parte)

Sixto Duarte

2015-10-02

Uno de los temas que más se ha tocado recientemente por los analistas políticos es el de la sucesión en el Estado de Chihuahua. No iba a ser un servidor una excepción en tocar este tema, y creo que así será en las siguientes semanas. El Gobernador llega a su quinto informe y con esto la carrera para sucederlo empieza de forma más clara. Digo que empieza de forma más clara porque muchos de los aspirantes llevan ya meses en los trabajos políticos previos para conseguir la nominación de sus respectivos partidos políticos. El proceso de preparar una elección no empieza una vez que haya candidatos. El proceso (si se quiere que sea un proceso exitoso para determinado partido) toma más tiempo que un par de semanas o meses solamente.

El ambiente electoral en términos generales en el país no es sencillo. El alto abstencionismo en el pasado proceso electoral nos refleja un hartazgo social respecto a los procesos de renovación política. Las figuras de los candidatos independientes (que la ciudadanía veía como una alternativa a los partidos políticos) quedaron mucho a deber a los ciudadanos, en especial en esta frontera donde el único candidato independiente mostró muchos vicios que la ciudadanía originalmente atribuía a la política partidista. Sin embargo, como dijo el Primer Ministro británico Winston Churchill, la democracia es la peor forma de gobierno con excepción de todas las demás. Por tanto, el proceso electoral 2016 se empieza a conformar con los actores y actrices protagonistas del quehacer político preparándose para la elección el año que viene.

En Chihuahua hemos vivido un entorno político de alternancia toda vez que en 1992 Acción Nacional llega a gobernar el Estado. Desde entonces en Chihuahua hemos vivido prácticamente en un entorno político bipartidista. Quiero aclarar que de ninguna forma estoy menospreciando a otros partidos políticos. Mi dicho va en función de un análisis pragmático de quién es la primera fuerza política en el Estado y quién es la segunda fuerza. No es secreto que las principales ciudades del Estado estén siendo gobernadas por solamente dos fuerzas políticas. De ahí que se considere que solamente dos fuerzas tienen la capacidad de vencer en una elección. Al afirmar esto, me arriesgo a que la izquierda radical haga referencia a lo que ellos dolosamente llaman el “prianismo”. Tal figura no existe más que en la mente de quienes todo descalifican.

Hoy hablaré primeramente de Acción Nacional. Han sido varios los aspirantes que han manifestado su interés de participar en el proceso electoral. Sin embargo, quien en apariencia tuviera la trayectoria para poder aspirar es el diputado Gustavo Madero, aunque él insista que aspira a ser Presidente de México. Menciono la trayectoria porque es innegable que la tiene: Diputado Federal en dos ocasiones, Presidente del Senado, Presidente del PAN, etc. No obstante, el hecho de que tenga trayectoria de ninguna manera implica que tenga la capacidad. Al contrario, basta ver su forma de expresarse y recordar algunas de sus frases célebres, y la profundidad de las mismas para darse cuenta que es una persona poco preparada para tan alta responsabilidad: “nos aventamos un tirazo”, “ni maiz, estos son de mentiritas”, “este bato sí representa” (entrevista con Adela Micha); “el secretario se puso de pechito”, “ah que la chingada” (comparecencia del Secretario de Hacienda a la Cámara de Diputados); “estos batos me quieren sopear”, “ya me chupó la bruja” (entrevista con Denise Maerker). Muchos pudieran pensar que es una forma de hacerse pasar por una persona “genuina”, cercana a la gente, populachera. Y en realidad considero que no es así. En primer término porque pertenece a la élite económica de Chihuahua, por tanto no es tan populachero. Y en segundo término considero que se expresa de esa forma porque no tiene otra forma de hacerlo, reflejando que es una persona con visión y formación política corta. Fox fue un candidato atractivo ante los ojos del electorado por populachero, pero su ejercicio de gobierno dejó muchas deudas para con la sociedad.

En el caso de otro aspirante, Juan Blanco, parece ser una persona más seria en las funciones que ha desempeñado. Ha sido un empresario reconocido y un alcalde recordado con cierta estima por los capitalinos. Sin embargo, los escándalos de corrupción derivados de su ejercicio como alcalde le cobrarán factura al momento de que su partido tome una decisión.

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