Opinion

Ostalgie

Sergio Sarmiento

2015-08-31

“Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”.

Jorge Santayana

BERLÍN, Alemania- Las cicatrices aún son visibles casi 26 años después. Muchos de los edificios de Berlín oriental siguen mostrando el pesado funcionalismo de la arquitectura soviética que contrasta con el modernismo de Berlín occidental. Las imágenes de satélite muestran una iluminación distinta en Alemania oriental. Masas de turistas acuden al fragmento de muro que se mantiene en pie como testimonio histórico y al Checkpoint Charlie por el que políticos y diplomáticos cruzaban de un Berlín al otro, o de un mundo a otro. No hay forma de escapar en la capital alemana a los vestigios del muro que dividió la ciudad entre 1961 y 1989 y que fue símbolo de una separación interna en Alemania y Europa de 1945 a 1990.

Las cicatrices están presentes también en la Ostalgie, la nostalgia del este, la nostalgia por el viejo régimen. Si bien la República Democrática Alemana se desplomó por una rebelión ciudadana, el viejo partido comunista ha logrado sobrevivir aliado con otros grupos en Die Lenke, La Izquierda, que obtuvo el cuarto lugar, con 8.2 por ciento de los votos, en las elecciones federales del 22 de septiembre de 2013. En diciembre de 2014, por primera vez un militante de La Izquierda, Bodo Ramelow, se convirtió en jefe de gobierno de un estado alemán, Turingia.

La enseñanza de la dolorosa historia nacional es obligatoria, pero un estudio en 2012 de Klaus Schroeder de la Universidad Libre de Berlín (“¿Tardía victoria de las dictaduras?”) señalaba que la mitad de los alumnos alemanes de 15 años no saben que el Tercer Reich de Adolfo Hitler fue una dictadura. Más de la mitad tampoco están conscientes de que Alemania oriental tuvo un régimen autoritario. Sólo la mitad piensan que la antigua Alemania occidental era una democracia y apenas un 60 por ciento están seguros de que el actual gobierno alemán es democrático.

Las encuestas señalan que la mayoría de los germano-orientales recuerda de manera positiva a la vieja RDA. La memoria tiende a borrar lo negativo: las carencias, el autoritarismo, las limitaciones a las libertades. La economía de Alemania oriental se desplomó tras la reunificación, pero muchos culpan no a la falta de competitividad de las empresas estatales comunistas sino a una invasión de los grandes consorcios de Alemania occidental. Los germano-occidentales fueron generosos al cobrarse impuestos para subsidiar el seguro de desempleo y las inversiones en infraestructura en el este, pero los germano-orientales se sintieron humillados por aquellos que con aires de superioridad los ayudaban.

A pesar de los billones de euros en ayuda, los estados orientales siguen siendo más pobres que los occidentales por el enorme atraso en los 45 años de comunismo. Una consecuencia de la reunificación ha sido la pérdida de población. Los jóvenes, particularmente los de mayor preparación, se van a Alemania occidental donde las oportunidades son mejores. Los que se quedan suelen caer en los dogmas del neonazismo.

Los estados ricos de Alemania occidental, que siguen pagando los costos de la reunificación, están buscando hoy por medios legales dejar de hacerlo. La canciller Ángela Merkel, que nació en Hamburgo pero creció y se formó en Alemania oriental, realiza cuidadosos malabarismos políticos para evitar que un recorte en los subsidios resulte en una enajenación mayor de los germano-orientales.

La Ostalgie, sin embargo, tiene aspectos divertidos. Los viejos Trabant, diminutos automóviles germano-orientales con ineficientes motores de dos cilindros y dos tiempos, se han convertido en objeto de culto. Hoy se puede alquilar uno, al igual que una calandria con caballos, para un paseo por el centro de Berlín. Pero al bajar del Trabbi está un taxi Mercedes en el que puede uno regresar al hotel.

Gas egipcio

La empresa italiana ENI ha descubierto un nuevo y gigantesco campo de gas en aguas egipcias del Mediterráneo. Esto le dará a Europa una nueva fuente de aprovisionamiento que reducirá su dependencia del gas ruso.

Twitter: @SergioSarmiento

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