Opinion

El sano de Europa

Sergio Sarmiento

2015-08-30

“No puedo dejar que las decisiones importantes de política dependan del hecho que viene una elección cada 90 días”.

Gerhard Schröder

BERLÍN, Alemania- A fines de los noventa y principios del siglo XXI se puso de moda llamar a Alemania “el enfermo de Europa” (véase The Economist, “The Sick Man of the Euro”, 3.6.99). Entre 1995 y 2001 Alemania registró un crecimiento promedio de 1.6 por ciento anual, casi un punto porcentual menos que los países europeos de desarrollo similar (Comisión Europea, Germany's Growth Peformance in the 1990s, 2002). El desempleo, ya alto en 8 por ciento en 2000, se elevó a 11 por ciento en 2005 (destatis.de). Parte del problema era el costo de absorber a Alemania oriental tras la reunificación de 1991, pero de cualquier manera la situación era complicada.

Como tantas veces en el pasado, sin embargo, Alemania se reinventó. Su tasa de crecimiento ha sido en los últimos años superior al promedio europeo. Su superávit de cuenta corriente se eleva a 8 por ciento del PIB “como consecuencia de su fuerte competitividad” (Comisión Europea, Macroeconomic Imbalances, Country Report--Germany, 2015). El desempleo bajó a 6.4 por ciento en julio de 2015 (The Economist), el nivel más reducido desde diciembre de 1991. Christian Dustmann del University College de Londres y otros economistas se preguntaban hace poco: “¿Cómo pudo Alemania, con la cuarta economía del mundo, transformarse del ‘enfermo de Europa’ a una ‘superestrella económica’ en menos de una década?” (Journal of Economic Perspectives, invierno de 2014).

Una parte del crédito corresponde a las reformas impulsadas en 2003 por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröeder. Éstas se conocieron como Agenda 2010 e incorporaron propuestas de una comisión encabezada por Peter Hartz, entonces ejecutivo de Volkswagen. En particular, flexibilizaron la economía y el mercado laboral al recortar impuestos, facilitar el despido de trabajadores, consolidar subsidios federales y locales, disminuir la protección social, bajar la duración de los pagos por desempleo y obligar a los desempleados a aceptar puestos de trabajo para no perder beneficios.

La Agenda 2010 generó una lucha política intensa en el Partido Social Demócrata en el poder. Muchos militantes abandonaron la organización ante lo que consideraron un debilitamiento del sistema de bienestar. Schröder logró la aprobación de las reformas, que entraron en vigor en enero de 2005, pero perdió parte del voto de izquierda y fue derrotado por la democratacristiana Ángela Merkel en julio de 2005.

Die Linke (La Izquierda), sucesora del Partido Socialista Unificado de Alemania (el partido comunista de Alemania oriental), y otras organizaciones siguen peleando por la revocación de las reformas que dicen han pauperizado a Alemania e incrementado la desigualdad. La Organización de Equidad del Bienestar (Paritätische Wohlfahrtsverban) afirma que la pobreza ha aumentado, pero con una definición que considera pobres a las familias que ganan menos del 60 por ciento del ingreso promedio, por lo que si sube el ingreso promedio, aumenta el número de pobres aunque éstos ganen más.

Según el Banco Mundial el producto interno per cápita de Alemania se elevó 14.1 por ciento entre 2010 y 2014 (de 41,725.9 a 47,627.4 dólares pese a la depreciación del euro). Es una tasa vigorosa para un país desarrollado en un tiempo de estancamiento internacional. La vecina Francia subió sólo 5 por ciento (de 40,708.5 a 42,736.2 dólares) pero con una tasa de desempleo de 10.2 por ciento (junio).

Los electores han mantenido a Merkel 10 años en el poder porque sienten que su economía ha mejorado. Lo paradójico es que Schröder perdió el poder porque sus reformas no tuvieron tiempo de mostrar su capacidad de sanar al enfermo de Europa.

Mínimo sin desempleo

Alemania estableció por primera vez un sueldo mínimo de 8.50 euros por hora el 1ro de enero de 2015. Hasta ahora no ha aumentado el desempleo porque ese mínimo es bajo para Alemania y porque las reformas de Schröder disminuyeron los costos laborales.

Twitter: @SergioSarmiento

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