Sobrevigilancia al dólar

Miriam A. Ornelas

La labor empresarial está siendo cada vez más acotada y obstaculizada por el sector gubernamental, tanto en México como en los Estados Unidos y esta sobrevigilancia puede ocasionar un cierto grado de inmovilidad entre los empresarios de ambas naciones que son quienes realmente generan la riqueza nacional de ambos países.

En nuestra fronteriza Ciudad Juárez, esta nueva amenaza va a causar cierto temor al grado que nuestros empresarios se inhibirán de realizar sus actividades legítimas cual si se tratara de trasiego de narcóticos u otras actividades delictivas, pues la posibilidad de una acusación criminal siempre estará latente.

Pensamos que ante los férreos controles implementados por el gobierno mexicano respecto al manejo y transacciones denominados en dólares estadounidenses, que son muy comunes en la franja fronteriza, nuestros empresarios han optado por abrir cuentas de depósito en los bancos de la vecina ciudad de El Paso Texas, a fin de agilizar sus compras en el comercio de esa ciudad para darle continuidad y abasto a sus negocios en Ciudad Juárez. Pero eso, lejos de constituir un delito, es una acción empresarial legítima y razonable para construir el progreso de sus empresas y, por ende, la riqueza nacional.

Según una amplia nota publicada por El Diario de Juárez, “El intercambio de información fiscal y económica entre México y Estados Unidos afectará a todos aquellos contribuyentes y empresarios que tengan cuentas de ahorro, inversiones e incluso donaciones o herencias recibidas en el vecino país, advirtieron contadores y abogados fiscalistas”.

Originalmente estos controles podían enderezarse contra cuentahabientes que depositaran en cualquiera de los países cantidades de efectivo superiores a los diez mil dólares, pero con las nuevas regulaciones que entrarán en vigor en unos cuantos días, las autoridades de ambos países pueden sobrevigilar depósitos hasta de un sólo dólar, lo cual constituye una exageración que convierte la indagatoria en un recurso muchísimo más caro que el interés hacendario que se pretende cuidar. Ante esta actitud gubernamental, muchos empresarios tenderán a guardar sus excedentes en el colchón con incremento del riesgo y provocación delictiva. Los asaltos se incrementarán.

Si tomamos en cuenta que más del 30 por ciento de los empresarios juarenses utiliza el sistema bancario estadounidense para resguardar y movilizar comercialmente sus activos circulantes, entonces podemos decir que toda la actividad empresarial medianamente significativa resultará afectada. Esto creará un gran temor entre los cuentahabientes y este pánico puede desembocar en el drenaje de recursos de los bancos de El Paso Texas, cosa que afectara a las propias instituciones financieras de esa comunidad hermana pues el conjunto de depósitos puede ser importante. No creo que lo permitan los norteamericanos, por muchos tratados y convenios que existan entre México y los Estados Unidos.

Sin embargo, es muy sabido que existen muchos funcionarios públicos mexicanos que depositan en los bancos estadounidenses los productos de sus acciones ilícitas que implican corrupción, porque en el sistema bancario mexicano puede rastrearse fácilmente su ilícito dinero en el caso de que el gobierno se dispusiera a realizar una investigación en su contra.

Gente como el ex gobernador Moreira sería desnudada y además confiscados su capital de mal origen. Pero esto no sucederá porque dentro de las corruptas camarillas políticas de México se protegen puntualmente entre ellos, así es que los citados convenios de sobrevigilancia fiscal internacional tienen dedicatoria especial para los empresarios honestos y no para la pillería.

Tal vez lo correcto sería aplicar una legislación que pudiera fomentar la confiscación de depósitos de políticos ladrones como la maestra Gordillo y un sinfín de fauna de ese tipo que existe en nuestro país y que, ellos sí, constituyen un daño para la sufrida patria mexicana. Pero no, el sistema político mexicano no está dispuesto a autocortarse sus largas uñas.

El convenio como está confeccionado actualmente puede llegar a provocar una huida de empresarios productivos a otra región donde no los exploten injustificadamente y que los dejen trabajar en sus empresas con eficacia. De por sí, resulta muy difícil hacer operar satisfactoriamente una empresa como para todavía soportar los embates de nuestro gobierno que ahora confunde peligrosamente a los delincuentes con los empresarios. Eso es muy grave y siembra un clima de temor que no favorece en nada al progreso del país.