Opinion

De política y cosas peores

Catón

2015-08-26

Sor Bette, linda monjita del convento de la Reverberación, llegó muy agitada al claustro. Traía los hábitos en desorden, llevaba la cofia por un lado y calzaba sólo una sandalia de las dos que prescribe la severa regla de su orden. Llorosa y gemebunda le dijo a la abadesa: "Reverenda madre: un hombre faltó en mí al sexto mandamiento". La superiora profirió una jaculatoria muy de su época: "¡Mano Poderosa!". "Usó las dos" -precisó ruborosa la novicia, que nunca había oído tal invocación. Inquirió la religiosa: "Y dime, hija: ¿qué hizo contigo ese menguado?". (Ya se ve que por falta de contacto con el mundo no había tenido ocasión de actualizar sus adjetivos). Contestó sor Bette: "Primero me puso la mano aquí". "¿Y luego?" -quiso saber la madre. Prosiguió la monjita: "Luego me puso la mano acá". Preguntó la superiora: "¿Y después?". Respondió la joven: "Después ya no supe de mí, madre. Me abandonaron los sentidos; me desvanecí; me desmayé". "¡Qué lástima! -exclamó sinceramente contristada la abadesa-. ¡Te perdiste lo mejor!"… Los eufemismos son una bella parte del idioma. No representan una forma de falso pudor o hipocresía: son en verdad delicadezas, ora sutiles, ora rebuscadas, para decir las cosas sin lastimar a los demás. Un señor declaraba: "No me atrevo a asegurar que Fulanito es gay, pero sí puedo decir que es heterosexual flexible". Nuestro idioma es rico en eufemismos, y más abundoso en ellos es el español que se habla en México, quizá debido a lo reticente y cortesano de las expresiones que por fuerza tuvo que usar un pueblo conquistado. ¿Cuántas formas tenemos, por ejemplo, para decir -para no decir- que alguien se murió? No sólo decimos: "dejó de existir", "pasó a mejor vida" o "se fue al Cielo". Decimos también: "anda de minero"; "colgó los tenis"; "fue a abonar las margaritas"; "ya nos lo cafeteamos" (por el café que se bebe en los velorios); "chupó Faros" (por los cigarros que solían fumar los fusilados antes de recibir la descarga); "entregó la zalea al divino curtidor", y muchas frases más igualmente peregrinas e ingeniosas. Pues bien: digamos que la nefasta CNTE está en vías de colgar los tenis, chupar Faros, etcétera. Al habérsele quitado el control del instituto estatal de educación se le arrebató también el dominio caciquil que ejercía sobre los maestros oaxaqueños. Sus líderes, amenazados de cárcel por los abusos que han cometido, muchos de los cuales constituyen delitos graves, se ven apazguatados y empavorecidos. Los profesores, libres ya de la opresión que ejercía sobre ellos esa mafia, están acudiendo cada vez en mayor número a regularizar su situación laboral. La sección 59, de maestros que sí han trabajado, no sufre ya el acoso y hostigamiento de aquella banda de delincuentes. Lo mismo que sucede en Oaxaca habrá de suceder en Chiapas, Guerrero y Michoacán. Que todo sea para bien de los educandos y de los mismos maestros… Un hombre joven acudió a la consulta de un médico de fama. El muchacho se veía agotado, desmadejado, gastado, acabado, desmayado, apagado, aniquilado. Lo interrogó el facultativo a fin de conocer la causa de su febledad. "Tengo una novia muy ardiente, doctor -dijo el muchacho con voz casi inaudible-. Me obliga a hacerle el amor dos veces cada día, y a veces hasta tres". "No me extraña su estado de debilidad, infeliz joven -responde con gravedad el médico-. Únicamente las miríficas aguas de Saltillo le permiten a un hombre resistir sin agotarse tales jornadas de sensualidad. El caso de usted es lamentable. De seguir con esas efusiones la vida se le acabará antes del próximo cumpleaños de su madrecita. Seguramente no querrá usted privarla del juego de seis vasos pintados con claveles rojos que cada año le regala". "De ninguna manera, doctor -declaró el joven-. Soy firme partidario de las tradiciones". "Entonces -dictaminó el galeno- es absolutamente necesario hacer que su novia pierda todo interés en el sexo". Preguntó el lacerado: "Pero ¿cómo puedo conseguir tal cosa, doctor?". Respondió sin vacilar el médico: "Cásese con ella"... FIN

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