Opinion

El regreso… a clases

Eduardo Borunda

2015-08-26

El espíritu del regreso a clases invade todos los ámbitos de la sociedad. Las fotografías de los pequeños reluciendo sus uniformes limpios y abotonados empezaron a relucir en los perfiles de las redes sociales. El griterío en aulas, pasillos y canchas deportivas retornaron en seco después de semanas de ausencia de los pupilos. El conocimiento y su lucha contra la ignorancia hacen que los niños desde el preescolar y hasta el último semestre de la carrera profesional reactiven en casa los horarios de entrada y salida. Las calles se vuelven a congestionar, la lucha por encontrar un espacio en un centro educativo, así como el orgullo de decir: “Mi hijo entró a la escuela”.

Cientos de miles de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria han de regresar con la esperanza de reencontrar al amigo y a la amiga. Momentos de reencuentro fraternal ante una sociedad que les repite en cada momento que son el futuro de México. Ellos son la realidad del presente no del futuro lejano. La etapa estudiantil los hace la histórica generación de la clase privilegiada, de la élite de la sociedad que a través de los procesos de enseñanza aprendizaje forman el espíritu de la masa crítica.

Lo emocional del reencuentro del regreso escolar tiene una versión en la numeraria educativa del estado de Chihuahua. En el caso del Colegio de Bachilleres, por citar un ejemplo, fueron aceptados el 95% de los solicitantes, con 31 centros pertenecientes a esta entidad descentralizada y 52 mil alumnos hacen que el orgullo del gobierno del estado se pavonee ya que no existe otro estado de la república mexicana con estas cifras. El número de alumnos inscritos en el presente semestre no implica que se descuide la calidad de su formación, ya que en números cerrados la eficiencia terminal sobrepasa el 70% de la matrícula con un promedio global de 8.2, que es superior a la media nacional. El Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua es sólo un botón de muestra de la calidad educativa que podemos presumir.

En el nivel universitario, el estado se ha caracterizado porque sus instituciones educativas sobresalen por sus indicadores de calidad, alta pertinencia y reconocimiento nacional por sus programas acreditados y evaluados. No es un secreto que tanto la Universidad Autónoma de Chihuahua y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez tienen una fuerte presencia en su desarrollo académico y que sus egresados obtienen reconocimientos a nivel profesional. Las otras instituciones no se quedan atrás, los institutos tecnológicos y las universidades tecnológicas son punta de lanza en cada una de las regiones que las albergan.

El ciclo escolar ha iniciado, el bullicio en las calles se manifiesta por el correr de los chamacos que gozan del receso, por las compras de uniformes, por la lista de los útiles, por las primeras tareas que son encargadas por el “profe”. Todos los procesos corren al cien por ciento, la faena no es fácil, nunca lo ha sido. En estos momentos debemos reconocer que la formación de los estudiantes para ser hombres y mujeres de éxito no son en exclusividad un trabajo del docente, sino que la formación integral es en la casa misma y los profesores solo mejoran los conocimientos y habilidades, pero es en casa en donde se forman los valores que se practican en la escuela y en el trabajo.

Si realmente queremos que nuestros estudiantes sean exitosos, entonces apoyemos los programas de los círculos de lectura, lo mismo que la asistencia a conferencias y coloquios académicos. No estaría mal un par de horas sin internet y dedicadas al estudio de las matemáticas. La lectura de un libro semanal o al menos diez páginas diarias sería un buen comienzo. No todo es estudio, debemos agendar un espacio de recreación, otro para la comida, sin descuidar el descanso de la siesta o el sueño nocturno. De las lecturas procurar a los clásicos de la literatura y de las ciencias.

En conclusión, una vez iniciado el ciclo escolar se transforma nuestro entorno social, las agendas cambian, la vida cotidiana vuelve a empezar. Los sueños empiezan a tomar rumbo, la clase privilegiada camina por las veredas del conocimiento y la rebeldía del estudiante empieza a señalar sus inquietudes. Si esas energías no se canalizan con una mano que los oriente los alentamos a volar por un sendero en caída libre. Aprovechemos la oportunidad de oro que muchos de nuestros padres no tuvieron.

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