Opinion

Cambio de tipo

Sergio Sarmiento

2015-08-23

“Jesus, help me please! Pero ¿por qué rezas en inglés? Es que la ayuda la necesito en dólares”.

Anónimo

ENSENADA, Baja California- La depreciación en la frontera es un asunto mayor. Aquí el dólar y el peso conviven de manera cotidiana y abierta. Es de hecho una economía que vive con dos divisas. Cada movimiento del tipo de cambio, hacia un lado o hacia el otro, tiene consecuencias inmediatas e importantes.

El precio del dólar en pesos ha aumentado 29 por ciento en los últimos 12 meses (de 13.095 el 21 de agosto de 2014 a 16.9115 en la misma fecha de 2015, tipo de cambio interbancario 48 horas, Banxico). Esta alza duplica la de 15 por ciento que el gobierno decretó el 20 de diciembre de 1994, el “error de diciembre” según Carlos Salinas, y que provocó el desplome de la economía nacional en 1995.

Si bien el tipo de cambio flexible ha impedido que esta depreciación dé lugar a un pánico como el de 1994, hay consecuencias en la vida cotidiana en la frontera norte. Los trabajadores del lado mexicano sufren una reducción inmediata de su poder de compra. Quienes trabajan del otro lado y gastan en México gozan de un aumento automático. Las empresas que venden en dólares y pagan sueldos en pesos mejoran su flujo de efectivo. Las que compran insumos en dólares y venden en pesos sufren un golpe brutal que puede acabar con su existencia. El comercio mexicano logra una tregua ante la caída en sus ventas por el aumento del IVA, pero no suficiente para tener mejores precios que sus competidores del otro lado.

La caída del peso provoca una redistribución inmediata de la riqueza. Hay en efecto un aumento de la desigualdad. Quienes más tienen sacan en general mejor partido del ajuste abrupto mientras que los trabajadores, por ejemplo los de las maquiladoras, pierden poder de compra.

Un factor que matiza el golpe es que el precio del dólar en efectivo es más bajo en la frontera norte. A pesar de las restricciones impuestas por el gobierno al uso de dólares, o quizá por ellas, el tipo de cambio en efectivo es siempre inferior en la frontera. Este viernes pasado Banamex anunciaba un tipo de cambio en efectivo de 17.28 pesos en sus ventanillas de la ciudad de México. En el aeropuerto de Tijuana, sin embargo, era posible comprar dólares a 15.99. En la frontera se ha generado un mercado verdaderamente libre con una mayor oferta de dólares en efectivo.

En el centro del país el Banco de México ha estado arrojando de 200 a 400 millones de dólares diarios al mercado cambiario oficial sin estabilizar el peso. Las reservas internacionales, que el 30 de abril eran de 195,340 millones de dólares, se encontraban el 14 de agosto en 188,347 millones de dólares (Banxico). Habría sido más eficaz para estabilizar el peso, me parece, quemar estos 6,993 millones de dólares en la punta de la pirámide del sol.

Ante las propuestas de subir ya las tasas de interés en México, Hacienda responde que esta medida sería la última opción. Los problemas por el alza en las tasas de interés en Estados Unidos serán profundos y pueden durar muchos años. Hay que guardar las alzas de interés para las batallas posteriores. El Banco de México, mientras tanto, argumenta que su mandato no es proteger el tipo de cambio sino mantener la inflación bajo control. Y en julio ésta se ubicó en un nivel sorprendentemente bajo de 2.74 por ciento anual.

Quizá. Pero por lo menos en la frontera la depreciación del peso ya ha significado un incremento en los precios de hasta 30 por ciento para algunos, mientras que quienes viven aquí afirman, con la sabiduría que da la experiencia de décadas, que no pasará mucho tiempo para que los precios en pesos se ajusten a la nueva realidad de un tipo de cambio más caro.

Conflicto de interés

Se equivoca la Secretaría de la Función Pública cuando afirma que no hay conflicto de interés en la relación del presidente con Grupo HIGA. Quizá no se haya otorgado un contrato indebido, lo cual habría sido un acto de corrupción y un delito. Pero conflicto de interés es estar simplemente en una posición de beneficio que pudiera motivar ese acto.

Twitter: @SergioSarmiento

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