Arrendavit: una gran solución

Miriam A. Ornelas

El problema de las casas abandonadas que sus propietarios dejaron por el clima de violencia que se aposentó en nuestra ciudad, la baja de fuentes de empleo, porque los esquemas crediticios fueron demasiado bravos y otras causas que sería muy farragoso desmenuzar, encuentra al fin una ruta de solución viable y utilitaria para la clase depauperada y para el estado mexicano: El arrendamiento social con opción a compra.

La idea fue implementada por el Gobierno del Estado y el Infonavit y aunque no sea un gran filón de ganancias para el gobierno, da cauce a un patrimonio inmobiliario social que estaba desperdiciado, macerándose y propiciando la proliferación de viciosos y malvivientes que las convirtieron en sus covachas de drogadicción y delincuencia, picaderos infames que ponen en grave riesgo la paz y tranquilidad de muchas colonias donde proliferaron.

Este inteligente programa ha arrancado con la renta de nueve casas recuperadas en el fraccionamiento Las Haciendas, pero el plan es muy ambicioso y el señor Alejandro Murat Hinojosa informó a El Diario de Juárez que en dicha colonia existen un aproximado de doscientas viviendas arrumbadas pero que en realidad se contempla rehabilitar un universo de ochocientas, lo cual va a tener buenas y serias repercusiones en nuestra sociedad.

De acuerdo a varias notas publicadas por El Diario de Juárez, el costo de las mensualidades de renta de dichas casas oscilará entre los doscientos y quinientos cincuenta pesos, de acuerdo al tamaño de la vivienda en cuestión, informó el Infonavit con cierta contradicción, pero cualquiera que sea entre ese rango el precio individualizado, es evidente que ninguno de los citados importes es caro y no supera el importe de una semana de salario, de acuerdo a lo que se paga en la industria maquiladora, lo cual constituye un elemento de capitalización de parte de los usuarios para el caso de que se decidan a aprovechar la cláusula de opción de compra.

Como quiera que se le vea, el programa es de alto beneficio social y se parece mucho al esquema que tiene el gobierno de los Estados Unidos para dotar de alojamiento a las familias y personas de muy escasos recursos, con el plus de la opción de compra que no existe en aquel país. Esto es muy positivo y permitirá que infinidad de familias dejen de pagar los dos o tres mil pesos de renta que muchos arrendadores están pidiendo por viviendas de más baja calidad. El programa de arrendamientos gubernamental tiene todos los elementos necesarios para constituirse en un éxito que deberá ser imitado a nivel nacional.

De acuerdo a datos estadísticos de corte inmobiliario, una persona que habita una vivienda tiende a permanecer en ella un lapso promedio de diez años y solo la deja por razones de gran peso, entre las que se encuentra el hecho de cambiar de residencia a otra ciudad. Luego entonces, en ese periodo la pura renta a un promedio de trescientos cincuenta pesos habrá generado unos cuarenta y dos mil pesos, y si la persona decide dejarla el esquema jurídico de recuperación para seguirla rentando es infinitamente más sencillo que el de rescisión de un contrato de compra-venta con garantía hipotecaria. Con el simple abandono, los jueces pueden dictar un acuerdo de restitución inmediata que no tarda más de una semana.

Un problema adicional será el de hacer efectiva la renta a inquilinos morosos pero para ello pueden pedirse fiadores y hasta fianzas que le garanticen al arrendador el pago de esas rentas. Esto tendrá su propia problemática, pero lo cierto es que con este programa de vivienda en renta se están atacando muchos problemas que ha ocasionado a nuestra ciudad la existencia de miles de viviendas abandonadas sin beneficio para nadie. Felicidades.