Opinion

La reforma educativa

Javier Cuéllar

2015-07-28

Uno de los problemas más recurrentes y agudos que le ha tocado enfrentar al régimen del presidente Enrique Peña Nieto ha sido la oposición política de corte comunista encabezada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca, Guerrero y Chiapas, por mencionar tan sólo los estados donde ese movimiento se encuentra más difundido, principalmente en la sección 22 de dicha coordinadora, sin olvidar que a ese movimiento agitador se han adherido algunos otros grupúsculos. Y ¿por qué se han amalgamado a la CNTE y no a otro conjunto? ¡Simplemente porque tiene dinero! Fortuna que le saca al mismo gobierno según ha quedado probado con ese guardadito de cientos de millones de pesos que les fue incautado por el gobierno federal. Del mismo cuero deben de salir las correas.

Sin embargo, van poco más de tres años de gobierno del licenciado Peña Nieto y todo había sido actuar a la defensiva, aguantando estoicamente los garrotazos y hasta ahora podemos ver unos cuantos signos de contraofensiva del régimen priísta. La respuesta del secretario de Educación en el sentido de que “la SEP garantizó el inicio del próximo ciclo escolar, luego de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación amagara con impedirlo,” es un buen principio. Pero no sólo eso, ya encarrilado el ratón se apuntó una frágil amenaza de despido cuando el secretario dijo: “Habrá que mezclar los buenos maestros que existen en Oaxaca con maestros que sustituyan a otros que no deseen permanecer en clases y también expuso que no habrá algún tipo de negociación con la CNTE”. Y por si eso fuera poco, abundó: “pliegos petitorios laborales sólo los recibimos del SNTE, así es que categóricamente les digo que el titular de la relación laboral es el SNTE. No puede haber negociación con alguien que no es el titular de la relación laboral”.

En cualquier empleo, si un trabajador falta a sus labores más de tres días (que deben ser cuatro) en un periodo de un mes, es despedido sin miramientos. Más si se trata de un trabajador contestatario y alborotador, sembrador del caos y la rebeldía laboral, y en el caso de la SEP la costumbre guerrillera ha sido tolerar a la CNTE todo tipo de faltas, agresiones, lapidaciones, incendios intencionales, vandalismo, extorsiones y conductas claramente delictivas, sin consecuencia alguna para los trabajadores maestros, lo que trajo como resultado que se les treparan a las barbas y recibieran de ellos el permiso de vivir. La CNTE ha tenido al estado mexicano prácticamente de rodillas, por no decir empinado.

Ahora parece que por fin en el Gobierno se han decidido a actuar, ahora que recibieron del pueblo de México en las pasadas elecciones una señal clara de respaldo institucional y que se han dado cuenta que mucho más de la mitad del conglomerado ciudadano se encuentra irritado contra esa agrupación por sus constantes desmanes y vandalismos.

La Ciudad de México Distrito Federal ha sido víctima de la mayoría de las correrías de esta organización sediciosa revolucionaria con las innumerables marchas y plantones escenificados por la coordinadora. Pero no sólo ella, muchas ciudades del país han sido duramente lapidadas y muchísimos edificios públicos han sido incendiados por esta recua de delincuentes en que se han convertidos las huestes de la Coordinadora. Si la Secretaría de Gobernación no se quiso enterar que todo esto forma parte de un plan para derrocar al gobierno constitucional, sembrando el caos en el país, eso fue una irresponsabilidad muy grave.

De hecho, en Ciudad Juárez existe una pequeña célula guerrillera de la CNTE que opera con señalados maestros incrustados en varias escuelas y en los colegios de bachilleres, especialmente en el número 6, que como revolucionarios trotskistas tienen el defecto de ser chambistas y de depender de sus puestos magisteriales pagados por el gobierno para obtener un comodino nivel de vida. Con ese simple defecto tiene el gobierno para emprender una embestida por medio de despidos más que justificados y necesarios para meterlos al orden o sacarlos del medio magisterial.

No aguantan un ayuno de una quincena porque son muy desordenados en sus gastos. Es bueno pues que las autoridades de la SEP ejecuten de una buena vez los planes que dicen tener y pongan orden en el sistema educativo de México. La reforma educativa no puede prosperar en el caos.

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