Opinion

¿Y ahora, qué seguirá?

Luis Suárez Marcial
Analista

2015-07-24

Desde hace 23 años, los maestros de Oaxaca han sido dirigidos y gobernados por los líderes de la Sección 22. Todas sus prestaciones, nombramientos y avances no han dependido de su trabajo directo con los alumnos, sino de su  participación y habilidad en la grilla político sindical.
El 23 de mayo de 1992 fue firmado el decreto número 2 por el entonces gobernador Heladio Ramírez, con el que se le entregaba todo el control de los profesores de Oaxaca a los líderes de la disidencia del SNTE, concretamente en contra de Vanguardia Revolucionaria, creada por Carlos Jonguitud Barrios. Este decreto también sirvió para calmar los ánimos en el magisterio oaxaqueño, con el fin de que aceptaran la Federalización de la Educación. El PRI, no sólo fue uno de los principales negociadores sino el mejor beneficiado.
Desde entonces los sucesivos liderazgos de la Sección 22, han sido considerados por muchos sectores de Oaxaca como bandidos y caciques. Ellos han manejado a su antojo los recursos de los trabajadores de la educación, sin tener que rendirle cuentas a nadie, ni a sus propios compañeros que son los que aportan las cuotas.
Gobernadores y exgobernadores de Oaxaca han disfrutado las mieles de esos arreglos político-sindicales.
Han mantenido una buena comunicación. La cadena de intereses que se ha creado entre el gobierno en turno y la sección 22, tiene que estar bien aceitada para que unos y otros se puedan despachar con la cuchara grande. El dinero ha servido de grasa para que todo transcurra en paz y en silencio.
La Reforma Educativa del presente sexenio y de manera particular la Evaluación de los Maestros, está representando verdaderos obstáculos para los intereses corporativos de los dirigentes de esta sección oaxaqueña.
El pasado 20 de julio se derogó el decreto número 2, que fue respetado durante 23 años, dando de esta manera un duro golpe a la dirigencia sindical de la CNTE. No cabe duda que los tomó por sorpresa y las reacciones pueden ser muy radicales.
El profesor Rubén Núñez, líder de la Sección 22, ha llamado a los trabajadores afiliados a esta organización a cerrar filas y a no caer en provocaciones con las fuerzas de seguridad federal. Ha manifestado su interés en solicitar el apoyo de los maestros de otros estados a un paro indefinido.
En Ciudad Juárez como en otras partes del país, los profesores siguen con la incertidumbre sobre la Evaluación, nadie les informa con precisión cuándo y quiénes van a ser evaluados. Sigue patente la desconfianza y se preguntan si su evaluación será realmente imparcial, o si seguirán las irregularidades como ocurrió con Carrera Magisterial.
Por su parte, el secretario de Educación Publica Emilio Chuayffet Chemor, como dice una cosa dice otra. Él tomó la decisión de suspender la Evaluación  por tiempo indefinido (porque así convenía al sistema político), ya que se estaban dificultando las elecciones del 7 de junio, pero apenas concluyeron, anunció que la Evaluación se haría, lloviera o tronara.
En el estado de Chihuahua se tomó la decisión de adelantar el período de descanso de los maestros, para evitar que se organizaran y se unieran a la protesta de los estados del centro y sur del país.
Los niños y jóvenes estudiantes del estado de Oaxaca siguen en una total indefensión por las protestas magisteriales.
Nuestros niños y jóvenes correrán la misma suerte si los maestros no son escuchados, si no son atendidas sus demandas.
Antes  de que se generalicen los movimientos de los maestros, urge que se establezcan canales de comunicación entre ellos y el gobierno para evitar que se siga dañando a la población estudiantil y se siga enlodando la imagen de México ante el mundo.
Mientras esto ocurre sólo nos queda preguntarnos: ¿Y ahora, qué sigue? ¿Qué nuevas sorpresas nos esperan?

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