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Por zika, Brasil reevalúa estrictas leyes sobre aborto

Simon Romero / New York Times News Service

2016-02-06

Recife, Brasil— El aumento en los informes médicos de bebés que nacen con cabezas inusualmente pequeñas durante la epidemia del zika en Brasil están encendiendo un feroz debate sobre las leyes de aborto del país, que vuelven ilegal el procedimiento bajo la mayoría de las circunstancias.
Prominentes jurisconsultos en Brasilia, la capital, están preparando un caso para acudir ante la máxima corte de Brasil, argumentando que mujeres encinta deberían ser capaces de someterse a abortos cuando se descubre que sus fetos tienen cabezas anormalmente pequeñas, condición conocida como microcefalia que, dicen investigadores brasileños, tiene un vínculo con el virus.
Un juez en el centro de Brasil ha dado el inusual paso de proclamar que él permitirá que las mujeres se sometan a abortos legales en casos de microcefalia, preparando el camino para una lucha con respecto al tema en partes del laberíntico sistema legal del país.
Además, aquí en Recife, la ciudad brasileña que más fuerte impacto sintió por el aumento en bebés nacidos con microcefalia y el daño cerebral que frecuentemente va de la mano, activistas por los derechos al aborto están aprovechando la crisis para devolver el ataque en contra de legisladores conservadores que quieren volver más restrictivas leyes del aborto en Brasil, donde hay ya algunas de las más estrictas en América Latina.
El nexo científico entre el zika y el daño cerebral a infantes aún no se ha demostrado. Sin embargo, el aumento en los informes de microcefalia en partes de Brasil golpeadas por el zika han causado suficiente alarma para que la Organización Mundial de la Salud declarara una emergencia internacional de salud pública este lunes, notando que sus “expertos coincidieron en que había fuertes sospechas de una relación causal entre la infección con zika durante el embarazo y microcefalia”.
Algunos médicos brasileños ya están encontrando a mujeres embarazadas buscando abortos debido al marcado aumento de casos de microcefalia. El Dr. Artur Timerman, especialista en enfermedades infecciosas en Sao Paulo, dijo que dos pacientes habían hablado con él en semanas recientes con respecto a ponerle fin a sus embarazos porque habían dado positivo al virus del zika.
“Vienen a mi oficina y preguntan: ‘¿Hay probabilidades de que mi bebé nazca con microcefalia?’” dijo Timerman. “Necesitamos informarles que sí las hay. Ellas preguntan si las probabilidades son grandes o pequeñas. Yo les digo: ‘No lo sé’. Ellas preguntan qué haría yo en su posición. Les digo que esa es una decisión personal, solo que la probabilidad es real”.
“Más adelante, dijo Timerman, ambas pacientes me informaron que se habían practicado abortos”.
El debate sobre si las mujeres deberían o no tener autorizado someterse a abortos en casos de microcefalia pudiera tener reverberaciones a lo largo de la región. Se cree que el brote en el Hemisferio Occidental empezó en Brasil, el país con la mayoría de infecciones por zika hasta ahora. Sin embargo, la epidemia se ha extendido a más de 25 países y territorios en el Continente Americano, algunos de los cuales tienen leyes sobre aborto tan restrictivas como las de Brasil, si no es que más.
El impulso por el relajamiento de restricciones sobre el aborto en Brasil saca a colación temas difíciles con respecto a muchos aspectos de la discusión. Los casos más severos de microcefalia pueden detectarse por lo general con escaneos de ultrasonido cerca del final del segundo trimestre, o casi 24 semanas. Partidarios de las leyes existentes sobre aborto en Brasil arguyen que ese tipo de abortos en etapas tan avanzadas intensifican una decisión de por sí desgarradora.
“Con la microcefalia, el menor ya está prácticamente formado y los padres están conscientes de esto”, dijo la Dra. Lenise Garcia, profesora de biología en la Universidad de Brasilia y la presidenta de Brasil Sin Aborto, organización en contra del relajamiento de leyes sobre el aborto. “Practicarse un aborto crea culpabilidad que permanecerá en la mujer por el resto de su vida”.
El juez Jesseir Coelho de Alcántara, quien ha afirmado que el aborto debería ser permitido en caso de microcefalia, reconoció la complejidad del tema.
“Sé que esto es muy difícil porque el tema es nuevo, requiere una discusión a fondo y persiste abundante influencia religiosa”, dijo Coelho de Alcántara, juez en el estado de Goiás. “Sin embargo, mi posición es que se debería permitir el aborto por microcefalia”.
Proponentes de modificar la ley de aborto aducen un fallo de 2012 por parte del Tribunal Supremo Federal de Brasil que permite los abortos cuando el feto tiene anencefalia, serio defecto congénito en el que partes del cerebro o cráneo están ausentes. Casi todos los bebés con anencefalia mueren poco después del nacimiento, informa el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EU.
Sin embargo, la microcefalia es mucho menos predecible. Incluso cuando se detecta antes del nacimiento, los médicos con frecuencia no pueden precisar cuáles serán los efectos, potencialmente complicando mucho más la toma de decisiones sobre el aborto.
Los estimados sobre el número de abortos ilegales en Brasil varían ampliamente. Apoyándose en registros hospitalarios que muestran que alrededor de 150,000 mujeres buscan atención médica cada año por complicaciones derivadas de abortos ilegales, académicos brasileños estiman que se practican casi 850,000 abortos ilegalmente en el país sobre una base anual.
Si bien las leyes cariocas sobre aborto son menos estrictas que aquéllas de algunos otros países latinoamericanos –en El Salvador, por ejemplo, el aborto no está permitido bajo ninguna circunstancia–, los procedimientos ilegales no son tratados a la ligera.
Una mujer brasileña fue esposada a una cama de hospital y arrestada luego que buscara atención médica por un aborto fallido. Un juez sentenció a otras mujeres en la ciudad de Campo Grande que se habían sometido a abortos ilegales a que hicieran servicio comunitario en centros de cuidado infantil, argumentando que eso les enseñaría a amar a los niños. Una niña de 9 años de edad que dijo haber sido violada por su padrastro fue autorizada a someterse a un aborto en Recife, pero solo después de una acalorada batalla nacional en la que funcionarios superaron objeciones de líderes religiosos.
Débora Diniz, antropóloga e investigadora en Anis, grupo por los derechos al aborto que planea entablar una demanda en busca de legalizar el aborto en casos de microcefalia, equiparó la crisis del zika con la larga lucha para permitir el aborto en casos de anencefalia, que duró alrededor de una década.
“Tenemos una epidemia, una emergencia, y el sector de salud pública no está cuidando apropiadamente de los derechos de la mujer”, dijo. “Tenemos derechos constitucional en riesgo, el derecho a cuidado de salud y dignidad humana”.
Dirigentes religiosos están jurando resistir cualquier esfuerzo por modificar las leyes brasileñas sobre aborto.
“Nada justifica un aborto”, dijo el reverendo Luciano Brito, portavoz de la Arquidiócesis Católica de Olinda y Recife, ante reporteros. “Solo porque un feto tiene microcefalia no nos volverá favorables” a modificar la ley.

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