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Con fin de sanciones, buque petrolero de Irán espera compensar tiempo perdido

Thomas Erdbrink / New York Times News Service

2016-01-30

Teherán, Irán— Hasta 2012, los dirigentes de la Compañía Nacional de Buques Cisterna de Irán disfrutaban de su trabajo, jugando al gato y el ratón con autoridades occidentales a medida que intentaban mantener una porción de su flota en los mares, pese a una diversidad de sanciones económicas.
“Nosotros nos sentimos como la última línea defensiva de la economía del país”, dijo Nasrolá Sardashti, el director comercial de la empresa. “La nación dependía de nosotros para sacar el petróleo a los pocos mercados que aún teníamos.
En esa época, Irán descartó desdeñosamente las sanciones de Occidente, diciendo que los obstáculos que las medidas buscaban erigir eran evadidos con facilidad. Pero, a partir de 2012, cuando entró en vigor una nueva ronda de extensas sanciones, el comercio con buena parte del mundo fue sofocado. Repentinamente, la compañía de buques cisterna terminó con dificultades para sacar el petróleo iraní.
Horas después de que las sanciones más restrictivas fueran levantadas este mes como parte de un reciente trato nuclear, Sardashti, vistiendo un traje azul claro, entretuvo a cientos de invitados extranjeros, en su mayoría europeos, mientras corredores de barcos, aseguradores y periodistas celebraban el 60 aniversario de la empresa.
“Estamos en contacto cercano con nuestra Cancillería”, dijo Sardashti, explicando cómo la fiesta pudo ser organizada con tan corto aviso previo. “Les dijimos a nuestros contactos: ‘Vengan. Vengan a Irán. Las sanciones serán levantadas justo antes de nuestra fiesta’. Fuimos afortunados. Así ocurrió”.
Partidos y conferencias de negocios están ocurriendo con mayor frecuencia en Irán actualmente, en particular en lo que a empresas europeas respecta. Ese punto fue dejado en claro en el viaje del Presidente Hassan Rouhani a Europa esta semana, donde los vínculos comerciales fueron el elemento central y de mayor importancia.
Pero, en mucha formas, la celebración por la Compañía de Buques Cisterna de Irán, conocida como NITC, fue más una reunión que una sesión para conocerse, ya que la industria global de embarques dio la bienvenida a un socio… no de la bancarrota, sino de una de las series más estrictas de sanciones en la historia.
A lo largo de las décadas la empresa, que posee 69 buques cisterna, embarcó crudo por todo el mundo para casi todos los grandes y productores. Sus integrantes del personal, de habla inglesa, estaban diariamente en contacto con intermediarios en los principales mercados financieros, orgullosos de los altos estándares de la empresa y excelente reputación en una industria altamente competitiva.
“Nosotros realmente los perdimos con respecto al mercado”, dijo Edwin Remeeus, uno de los líderes de equipo en Vopak, agente de embarques con base en Róterdam, Países Bajos, que también almacena y maneja petróleo crudo y gas natural. Vopak fue obligada a cortar lazos con NITC en 2012, después de haber sido su agente durante más de 30 años.
“Cada año, ellos solían enviarnos tarjetas de Navidad”, dijo Remeeus. “Se creería que ellos estarían molestos, pero entendieron que no era personal”.
En 2012, el Departamento del Tesoro de EU identificó 58 de las embarcaciones de la empresa y 27 de sus afiliados corporativos como extensiones del estado iraní, y amenazó con sanciones en contra de empresas occidentales que usaran cualquiera de esos servicios.
Para NITC, con el negocio largamente sólido, las cosas se vinieron abajo en un par de meses. Primero, los aseguradores empezaron a dar excusas, diciendo que ya no podían trabajar con la empresa iraní. Grandes empresas petroleras entre las que están Royal Dutch Shell, Total de Francia y Repsol de España, todos clientes de largo tiempo atrás, dijeron que necesitaban autorizar pagos antes de dar nuevas órdenes, pero se quejaron de que los bancos les estaban impidiendo hacerlo así.
En las oficinas centrales de NITC aquí, se formaron comités para concebir formas de evadir las sanciones. En primer lugar, cambiaron a los aseguradores, usando más bien a intermediarios locales, pero sus clientes extranjeros se negaron a tener tratos con ellos. Entonces Malta, una de las banderas más complacientes en navegar*, cortó lazos, y la compañía tuvo dificultades para encontrar nuevos socios. Al principio trabajó{o con el micro estado de Tuvalu, y con el tiempo cambió a la flota entera bajo la bandera de Tanzania, considerada ampliamente una “bandera de conveniencia” por debajo de la norma.
También fueron cambiados los nombres de los barcos, dejando referencias a su país de origen. El Astané Irán se convirtió en Neptuno, el Damavand Irán solo Damavand. No pasó mucho tiempo antes de que el orgullo de la flota iraní estuviera navegando con nombres del tipo de Ámbar, Horizonte y Éxito.
Irán fue acusado de otros métodos más nefastos para evitar la detección, como apagar sistemas de señales en sus embarcaciones y hacer transferencias de barco a barco estando en el mar.
Sardashti no quiso entrar en detalles, pero descartó todo el periodo bajo las sanciones por considerarlo “injusto” e “infame”.
“Tuvimos que cambiar nuestras normas; fue doloroso”, recordó, agregando que se sentía agradecido con los países y las empresas que habían estado dispuestos a ayudarle a NITC en esos duros tiempos. Pero incluso así, reconoció, “perdimos gradualmente a nuestros mayores clientes”.
El gobierno empezó a interferir en la empresa, y muchas personas enteradas en la industria fueron tomadas por sorpresa cuando Hamid Behbahani, un ex ministro de caminos y transporte fue nombrado director ejecutivo; aún cuando había sido destituido por falsificar un título universitario. Fue reemplazado tras un año por Ali-Akbar Safaei, quien sigue en la cumbre.
En 2014, cuando la compañía estaba atendiendo exclusivamente a China y otras cinco naciones asiáticas que aún compraban un poco de petróleo iraní –bajo las sanciones, se permitían ventas limitadas–, tuvo un rayito de éxito cuando una corte de la Unión Europea falló que las sanciones en contra de la compañía eran ilegales. De cualquier forma, hasta que las sanciones fueron levantadas, NITC no ganó un solo cliente nuevo.
Este sábado, Irán hizo su primera venta de petróleo a una empresa europea desde que se levantaron las sanciones. Sin embargo, Sardashti dijo que él aún no había recibido una llamada del comprador, Hellenic Petroleum, para embarcarlo a Grecia. Cuando eso ocurra, dijo, él tendrá abundante petróleo a la mano. Con la contracción actual del petróleo en el mundo, varios de sus buques están siendo usados como almacenamiento flotante, a la espera de compradores.
Pero, hasta ahora, ni un solo barco ha zarpado para Europa. “Estamos esperando nuestra primer encargo”, dijo Sardashti.
En la celebración por el 60 aniversario de la compañía, todos daban la impresión de querer ver adelante, no ahondar en desagradables sucesos como la caída de los precios del petróleo o la menguante demanda. En un almuerzo de arroz con azafrán, estofados con sabor de granada y nuez, y kebabs, sonrientes funcionarios de NITC estaban sentados con sus invitados occidentales, mostrando fotografías de celular de sus hijos, ya adultos, y hablando de negocios.
“Todos abrigábamos la esperanza de que un día, las sanciones desaparecerían”, dijo Wictor Mansson de la empresa de embarques Affinity, en Londres. “Otras compañías tomaron su parte, pero a final de cuentas tenemos menos tonelaje para transportar el petróleo, así que su remuneración pudiera causar que los precios bajen”.
Sin embargo, persisten algunos obstáculos. A pesar de que se están levantando sanciones, el financiamiento se ha vuelto más lento por los temores de bancos internacionales de penalizaciones del Departamento del Tesoro de EU en torno a sanciones que impuso varias décadas atrás por el patrocinio que el estado tuvo en el terrorismo de Irán.
Todas nuestras cuadrillas fueron actualizadas, nuestros estándares aún son altos y estamos listos para trabajar”, dijo Sardashti. “Ahora, esperemos que también lo estén los demás”.

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