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Virus del zika podría relacionarse con raro síndrome en Brasil

Simon Romero y Donald G. Mcneil / New York Times News Service

2016-01-23

Río de Janeiro— Un virus transmitido por un mosquito que ha sido vinculado con severo daño cerebral en infantes pudiera estar causando también otra seria crisis de salud, advierten funcionarios y médicos: cientos de casos de un inusual síndrome en el que los pacientes pueden quedar paralizados casi por completo durante semanas.
El virus, llamado zika, se abrió paso hasta Brasil recientemente pero se está propagando rápidamente por América Latina y el Caribe. Casi 4,000 casos de daño cerebral, en los que nacen bebés con cabezas inusualmente pequeñas, fueron registrados en Brasil durante el año pasado, y este mes oficiales estadounidenses aconsejaron a mujeres encinta que demoren viajes a casi 20 países en el Hemisferio Occidental y Puerto Rico, donde hay mosquitos propagando el virus.
Sin embargo, especialistas de enfermedades en Brasil dicen que el virus también pudiera estar causando un repunte de otra rara condición, conocida como Guillain-Barré, síndrome con potencial de amenazar la vida en el que el sistema inmunológico de la persona ataca a parte del sistema nervioso, dejando a algunos pacientes incapaces de moverse y dependiendo de soporte vital.
Hasta hace poco, la enfermedad era tan inusual que el ministerio de Salud de Brasil no requería que oficiales regionales informaran al respecto. Pero, el año pasado, las autoridades en el norte de Brasil, la parte del país más afectada por el virus zika, contaron cientos de casos de Guillain-Barré, llevando a médicos a sonar la alarma.
“Guillain-Barré puede ser una pesadilla para quienes la presentan”, dijo el Dr. Wellington Galvao, hematólogo en la ciudad de Maceió en el nordeste de Brasil que atendió a 43 pacientes con Guillain-Barré en 2015, aumento respecto de un promedio de 10 a 15 casos en años anteriores. “Estimo que el zika aumenta en alrededor de 20 veces la probabilidad de que un individuo pueda presentar Guillain-Barré”.
Poco después de que un mosquito infectó a Patricia Brito con el virus zika, ella supo que algo estaba terriblemente mal. Al poco tiempo ya no podía mover las piernas, la cara y el resto del cuerpo, al grado que médicos la pusieron en un ventilador de una unidad de cuidado intensivo durante 40 días.
“Fue más aterrador que cualquier película de horror”, dijo Brito, de 20 años de edad, quien trabaja como cajera en una panadería en Delmiro Gouveia, ciudad en el nordeste de Brasil. Meses después de su alta del hospital, Brito aún hace terapia física en un esfuerzo por no terminar en silla de ruedas.
Algunos investigadores advierten que se necesitan más estudios para demostrar el vínculo entre el zika y Guillain-Barré. Un portavoz de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (conocido por su sigla en inglés, CDC) dijo que los “informes deben considerarse anecdóticos porque hay escasa información pertinente que apoye el diagnóstico”.
De cualquier forma, los CDC confirmaron la presencia del virus zika en un bebé nacido con una cabeza y cerebro inusualmente pequeños en Hawái: el primer caso de daño cerebral vinculado con el virus en Estados Unidos. (La madre había visitado Brasil estando embarazada). Sin embargo, el CDC agregó que no había encontrado un aumento en casos de Guillain-Barré en un solo territorio estadounidense, incluido Puerto Rico.
Camila Bogaz, una portavoz del ministerio de Salud de Brasil, citó un reciente estudio de la Universidad Federal de Pernambuco mostrando que algunos pacientes con el síndrome de Guillain-Barré habían sido infectados previamente con zika. Sin embargo, ella también advirtió que aún se estaba investigando la conexión entre zika y Guillain-Barré.
Fuera de Brasil, otros países alrededor de América Latina donde el sika se está propagando están informando de un aumento en casos de Guillain-Barré, incluyendo Colombia y Venezuela. Este mes, El Salvador informó que estaba registrando un repunte en casos de Guillain-Barré. Normalmente promedia alrededor de 14 por mes, pero entre el 1 de diciembre de 2015 y el 6 de enero de 2016, registró 46, de los cuales dos pacientes habían muerto.
De los 22 pacientes para los cuales había historiales médicos disponibles, alrededor de la mitad recordaba haber tenido la fiebre y salpullido que son los síntomas más comunes del zika, entre una y dos semanas antes de que empezara su parálisis.
La mayoría de la gente que sufre el Guillain-Barré se recupera, pero su lucha a menudo es desgarradora. Pacientes en Brasil describieron una paralizante incapacidad en sus extremidades para sentir texturas, calor y dolor, a la par de sensaciones de cosquilleo en partes de su cuerpo. En casos severos, pueden quedar casi totalmente paralizados –conscientes pero incapaces de hablar o moverse, como si estuvieran atrapados dentro de sus cuerpos– y pueden sufrir paros cardiacos o caer en coma.
“Sentía como si me estuviera ahogando en un mar de lodo”, dijo Geraldo da Silva, de 43 años de edad, trabajador de la construcción en el poblado de Murici en el noreste de Brasil, quien fue hospitalizado durante 10 días en una unidad de cuidado intensivo luego que médicos descubrieran que tenía Guillain-Barré. “Quedé inmóvil y pensé que moriría. Todo esto ocurrió apenas unos cuantos días después de que tuviera sika”.
Se ha diagnosticado el síndrome de Guillain-Barré como una de las consecuencias de diversas infecciones virales, incluyendo otras enfermedades transmitidas por mosquitos como la fiebre del dengue, chikungunya y virus del Nilo Occidental.
“El aumento en los casos de Guillain-Barré es muy similar a lo que ocurrió cuando el dengue se propagó rápidamente aquí en 2003 y 2004”, dijo la Dra. María Lucia Brito, neuróloga en Recife, en el noreste de Brasil, quien atendió a 50 pacientes con Guillain-Barré en 2015, por arriba de 14 en 2014 y 13 en 2013. “Esto hace que las campañas de erradicación de mosquitos a lo largo de Brasil sean incluso más urgentes”.
Los pacientes con Guillain-Barré a menudo son tratados con extracciones de sangre del organismo, separándola, regresando los glóbulos rojos y blancos, y descartando el plasma. Los científicos no están seguros de por qué eso ayuda a pacientes con Guillain-Barré, pero creen que pudiera deberse a que remueve anticuerpos hechos por el paciente que están atacando los nervios del paciente en una reacción autoinmune.
El síndrome de Guillain-Barré ocurre típicamente a los pocos días o semanas después de que la persona ha tenido síntomas de una infección respiratoria o viral gastrointestinal, con base en el Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos y Embolia en Estados Unidos.
Casi cada país tiene algunos caos de Guillain-Barré cada año; ataca más o menos a 1 de cada 100,000 personas. Si bien se desconoce su causa, a veces sigue brotes de influenza, infecciones bacterianas, cirugía o incluso vacunas. En 1976, una campaña de vacunación de emergencia en contra de la influenza porcina fue cancelada luego que algunas personas presentaran parálisis, aunque eso, decidieron más tarde científicos, pudiera haber sido mera coincidencia.
Antes de la llegada del virus sika en Brasil, otra variedad del virus empezó a saltar de isla en isla a través del Pacífico Sur en 2007. Pequeñas pero intensas epidemias brotaron cada vez que llegó a una nueva isla en la que sus residentes no tenían inmunidad al virus. Durante un brote que empezó en 2013 en la Polinesia francesa, que incluye Tahití y más de otras 30 islas, los científicos notaron que se dispararon casos del síndrome de Guillain-Barré.
Con base en científicos franceses y polinesios que investigaron el brote, hospitales locales vieron a 74 personas con síntomas de Guillain-Barré y un historial reciente de haber presentado la fiebre, salpullido, dolor articular y ojos rojos que son típicos del sika; de los casos, fueron confirmados 42 como Guillain-Barré. Típicamente, la Polinesia francesa había tenido un promedio de cinco casos al año.
El primer caso conocido de Guillain-Barré en una víctima del sika fue de una mujer polinesia de alrededor de 40 años de edad. Fue hospitalizada en Tahití con parálisis de brazos y piernas que se extendía lentamente, parálisis parcial de la cara y dolor articular. Ella fue tratada con inmunoglobulina –anticuerpos tomados de la sangre de gente que había sobrevivido a infecciones similares. La parálisis nunca alcanzó sus músculos respiratorios, y la dieron de alta dos semanas después de que regresara la mayoría de su tono muscular.
Trabajo avanzado en laboratorio en un hospital militar de Marsella, Francia, mostró que ella había sido infectada no solo con el virus sika, sino también con cuatro variedades diferentes del virus del dengue, aunque conteos de anticuerpos sugirieron que al menos dos de las infecciones de dengue no eran recientes.
Los autores del documento dijeron que no era claro si el sika solo había causado la parálisis, o si lo había hecho la combinación de dengue y zika.
Para complicar el tema, la Polinesia francesa también sufrió un brote de chikungunya, poco después de la cúspide de su brote de zika. Para finales del año pasado, los científicos notaron otro aumento en casos de Guillain-Barré –aunque uno menor– que atribuyeron al chikungunya.
El chikungunya es un virus diferente, pero su proliferación se da a través de los mismos mosquitos. Al igual que el dengue, produce normalmente fiebres más altas y peor dolor que el zika, lo cual es una de las razones por las que brotes de zika a veces han pasado desapercibidos cuando dengue y chikungunya estaban circulando al mismo tiempo.
Los investigadores aún no están seguros de cómo el virus del zika se abrió camino a Brasil. Algunos dicen que pudo haber llegado durante la Copa Mundial de fútbol en 2014, cuando Brasil dio la bienvenida a jugadores, hinchas y otras personas de todo el mundo. Otros piensan que el virus pudiera haber llegado durante una carrera de canoas a las pocas semanas, cuando llegaron remadores de Polinesia francesa a Río de Janeiro.

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