Jennifer Steinhauer y David M. Herszenhorn / New York Times News Service
2015-10-09
Washington— El representante Kevin McCarthy de California decidió retirarse abruptamente ayer de la contienda para suceder a John A. Boehner como presidente de la Cámara de Representantes, dando una sorpresa a sus colegas republicanos de la Cámara y llevando a una tumultuosa cámara a un caos mayor sin un liderazgo claro a la vista a sólo semanas de una serie de batallas fiscales de alto riesgo.
Mientras los legisladores preparaban carne asada y bebían refrescos en lo que parecía ser una votación pro forma para elegir a McCarthy como su nominado, éste hizo un cambio radical, sosteniendo que llegó a la conclusión de que no podría unir a la cada vez más fracturada mayoría republicana.
“No soy esa persona”, indicó McCarthy, con su esposa y familia a su lado, de acuerdo con personas que se encontraban en el lugar. Momentos después, Boehner, quien se enteró de la decisión de McCarthy a sólo minutos de su anuncio, declaró que se pospondría la votación y la junta aplazada a pesar de que hay otros dos contendientes, resaltando la debilidad del terreno.
Algunos republicanos, incluyendo Boehner y McCarthy, están presionando al representante Paul D. Ryan de Wisconsin, el nominado por el partido a la vicepresidencia en 2012, para que entre a la contienda. No obstante, Ryan ha sostenido en varias ocasiones que no le interesa el puesto, un punto que reiteró ayer incluso antes de que sus amigos salieran de la junta.
“He pasado más tiempo tratando de convencerlo que el que usé con mi esposa para que se casara conmigo”, señaló el representante Trey Gowdy de Carolina del Sur. “Veintiséis años después, ella sigue conmigo. Sólo le pido a Paul 14 meses”.
La salida de McCarthy deja sin timón a la Cámara a semanas de que el Departamento del Tesoro encare una moratoria de pagos que podría agitar a los mercados, y dos meses antes de la fecha límite para un acuerdo del presupuesto que evitaría otra parálisis gubernamental. Pero también representaba otra victoria para el brazo fuerte de una línea dura de conservadores a quienes se les vinieron abajo las ambiciones de otro miembro del liderazgo del partido.
La agitación en la Cámara sólo agregó incertidumbre al Partido Republicano, que parece estar lidiando con una contenciosa campaña primaria presidencial en la que un elemento externo agitador continúa subiéndose al Tea Party contra el establishment político. Aunque aún quedan varios meses para la contienda presidencial, los republicanos de la Cámara tienen poco tiempo para restablecer el orden.
Después del anuncio de McCarthy, varios republicanos visiblemente afectados y casi atónitos salieron de una sala de audiencias en el complejo del Capitolio. La acústica en el interior era tan mala que algunos no pudieron entender lo que había pasado: el hombre con la mayor cantidad de votos para convertirse en el próximo presidente de la Cámara había dejado pasar el que alguna vez fuera el puesto más codiciado de aquel recinto.
“Mi primera reacción fue de un completo asombro”, señaló el representante Jeff Fortenberry, republicano por Nebraska.
En lugar de mover la votación hacia los otros candidatos anunciados, el representante Daniel Webster de Florida y el representante Jason Chaffetz de Utah, Boehner señaló que la votación debería ser pospuesta y solicitó un consenso unánime para el aplazamiento –sin un camino obvio mientras el Congreso se dirige a un receso de una semana.