Nicholas Confessore / New York Times News Service
2015-09-05
Nueva York— En las últimas semanas se han llevado a cabo reuniones entre algunos de los principales donantes del Partido Republicano y sus fracciones normalmente en pugna, unidos en torno a una sola pregunta: ¿Cómo detener a Donald Trump?
Estrategas y donantes republicanos han formado grupos de muestreo para poner a prueba mensajes negativos sobre el magnate. Han armado dossiers sobre su anterior apoyo a la atención médica universal e impuestos más altos. Incluso han discutido la creación de un súper Comité de Acción Política para convencer a los conservadores de que Trump no es uno de ellos.
Pero la enorme red de recursos que han forjado los republicanos en los últimos años está dividida con respecto a cuál es la mejor forma de desactivar la amenaza que Trump representa para su partido, y teme que cualquier intento de ataque resulte contraproducente.
Durante llamadas telefónicas, cenas privadas y consultas locales con grupos externos normalmente rivales, muchos concluyeron que la rudeza de Trump y sus constantes ataques contra inmigrantes y mujeres ponían en peligro los esfuerzos del partido por competir en las elecciones generales. Sin embargo, tras destinar cientos de millones de dólares para dar forma a las elecciones primarias republicanas y preparar a un candidato que pueda retomar la Casa Blanca, los donantes conservadores se están percatando de que el dinero –incluso en una época de súper Comités de Acción Política y campañas presidenciales multimillonarias– es una moneda devaluada para el tipo de campaña –tempestuosa y más allá de las políticas– que ha forjado Trump, impulsada no por campañas de publicidad de siete cifras sino por reyertas en Twitter y una publicidad gratuita sin final.
“La gente está un tanto perpleja por todo el fenómeno que es Trump”, comentó Ray Washburne, empresario de Dallas que funge como director de finanzas del gobernador Chris Christie de Nueva Jersey.
De acuerdo con el Grupo de Análisis de Medios en Campaña y de un comprador de medios republicanos, prácticamente no ha surgido un solo anuncio en contra de Trump. De los 90 millones de dólares en anuncios reservados o adquiridos para las elecciones primarias republicanas, tan sólo se han gastado $1,300 en atacar a Trump –en un anuncio en español que fue brevemente transmitido en California y que estuvo financiado por un canal de televisión de habla hispana.
El Club para el Crecimiento, el cual ha gastado millones de dólares en enérgicas campañas para atacar a candidatos republicanos que se alejan de la ortodoxia conservadora en cuanto a economía, parece ser el más próximo en actuar contra Trump, pues ha solicitado asesoría entre sus miembros y está investigando posibles líneas de ataque. El grupo ayudó a echar por tierra la campaña presidencial populista de Mike Huckabee, el ex gobernador de Arkansas, en 2008, y desde hace tiempo ha sido la piedra en el zapato de líderes republicanos, lo cual, según miembros del partido, lo vuelve ideal para hacer fracasar a Trump.