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Sin autorización, aliados de EU participaron en decisiones sobre Afganistán

Rod Nordland / New York Times News Service

2015-09-05

Kabul, Afganistán— Dos aliados europeos de Estados Unidos han estado participando en forma directa en decisiones para abatir a insurgentes en Afganistán pese a las reglas que les prohíben hacerlo, de acuerdo con dos funcionarios occidentales de alto nivel enterados respecto a las operaciones.
Las acusaciones tienen que ver con ataques aéreos, en su mayoría con drones, que funcionarios estadounidenses han justificado como parte de la prolongada misión de contraterrorismo acordada con el gobierno afgano. Sin embargo, algunos ataques han sido cuestionados por ser mucho más agresivos de lo que permite el trato sobre seguridad.
Tanto los dos países que se dice están involucrados indebidamente en la aprobación de las decisiones de atacar –Alemania, miembro perteneciente a la OTAN de la coalición en Afganistán, y Suecia, que no es integrante de la OTAN– como un portavoz de la coalición militar encabezada por Estados Unidos negaron que alguna otra fuerza militar que no sea la estadounidense haya estado involucrada en los ataques contra los insurgentes.
Pero los dos funcionarios de alto nivel señalaron que el tema, el cual no se había dado a conocer con anterioridad, ha estado incrementando silenciosamente las tensiones entre las fuerzas militares de Estados Unidos y sus aliados, de la OTAN y otros. Y probablemente las acusaciones provoquen particular revuelo en Alemania, cuyas reglas constitucionales prohíben operaciones militares de ofensiva en la mayoría de los casos y donde grupos defensores de los derechos humanos han presentado demandas colectivas alegando inclusive asistencia alemana indirecta a favor de los ataques estadounidenses con aviones a control remoto.
La toma de decisiones en torno a los ataques afganos letales se efectúa en un salón de la sede que la coalición posee en Kabul llamado Centro Combinado de Operaciones Conjuntas. Ahí, pantallas de video monitorean los operativos contra gente identificada como enemigos que la autoridad militar de Estados Unidos cataloga dentro de su autoridad, suponiéndose que se impida que los civiles sean alcanzados.
“Rodean la mesa y dicen: ‘Si ven mujeres o niños levanten la mano’, lo cual incluye a funcionarios alemanes y suecos que no se supone que estén involucrados en el contraterrorismo”, dijo uno de los altos funcionarios, quien conoce directamente la operación pero pidió no ser identificado debido a la naturaleza clasificada del proceso de ataque. “A muchos funcionarios de la OTAN les molesta mucho eso”.
El otro funcionario de alto nivel, quien pidió asimismo permanecer en el anonimato, dijo: “Esto es lo último en lo que la OTAN quería involucrarse, pero daba la impresión de que los estadounidenses parecían querer que todos entraran. Supongo que pensaron que les daba protección política”.
Si bien Alemania aún tiene un contingente de considerable magnitud en Afganistán, siempre ha acatado reglas en torno a evitar colaborar en operativos ofensivos de combate, los cuales las leyes constitucionales alemanas prohíben, salvo algunas excepciones de definición limitada.

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