Nicholas Casey / New York Times News Service
2015-09-03
Nueva York— Fue hacia las primeras horas de la tarde cuando el hombre con las piernas torcidas fue levantado del suelo y colocado en una ambulancia. Otro hombre que vendía libros limpió el vómito.
Un hombre llamado Charlie Medina estaba sentado en el mismo lugar unos días atrás, incapaz de recordar su nombre antes de caer en trance con la mandíbula abierta y las pupilas dilatadas.
También estuvieron los amantes, quienes no pudieron conseguir un cuarto. El hombre le quitó la blusa y el sostén a su pareja, besando sus pechos con marcas mientras una pequeña multitud se reunía para ver.
La gente en este tramo de la Calle 125 en Harlem del Este podrá cambiar, pero la droga sigue siendo la misma: el K2, también conocido como mariguana sintética, una mezcla potente de hierbas y químicos cuyo uso se ha generalizado entre los indigentes de la ciudad de Nueva York.
La dosis de K2 cuesta uno o dos dólares, mucho más barato que la comida. Muchas bodegas de la Calle 125 la venden. En comparación, un cigarro de mariguana cuesta alrededor de cinco dólares. Grupos de entre 80 y 100 indigentes llegan en autobuses de un refugio cercano en Randalls Island, atraídos por las clínicas de recuperación para heroinómanos del lugar, y aquí pasan el día bajo los efectos de este narcótico más barato. En ocasiones, la manzana entre las avenidas Park y Lexington parece tratarse de una calle de zombies.
“Aquí está la nación del K2”, dijo un hombre antes de alejarse confundido.
Las manzanas cercanas reflejan una historia distinta. Una tienda de Whole Foods está siendo construida en la Calle 125. Un exclusivo restaurante dirigido por el famoso chef Marcus Samuelsson sirve costosos platillos cerca. Pero este tramo es un remanente de la apariencia del Harlem antes de que arrancara el impulso urbanizador –quizá incluso una versión más oscura de esa época. También se trata de un claro ejemplo del problema de los indigentes que ha azotado al gobierno del alcalde Bill de Blasio.
La droga es vendida en una bolsa de plástico con hierbas rociadas con químicos conocidos como canabinoides, los cuales funcionan como una versión sumamente potente de la mariguana. El K2 es ilegal en el estado de Nueva York, al igual que variantes con nombres como Spice, AK-47 y Scooby Snax. Sin embargo, se realizan pocos arrestos puesto que los fabricantes frecuentemente modifican la mezcla de químicos conforme las sustancias son prohibidas.
La portavoz del Cabildo de la ciudad, Melissa Mark-Viverito, comentó la semana pasada que introducirá una ley que prohíbe las sustancias comercializadas como mariguana sintética o cualquier droga de imitación que produzca un efecto similar, con lo cual esperan impedir que los fabricantes evadan la ley. Los infractores podrían enfrentar hasta un año de cárcel y una multa de 5,000 dólares.