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Conductores dificultan desarrollo de vehículos autónomos: Google

Matt Richtel y Conor Dougherty / New York Times News Service

2015-09-01

Mountain View, California— Google, un líder en los esfuerzos por crear vehículos sin conductores, se ha topado con un raro problema de seguridad: los seres humanos.
El mes pasado, uno de los vehículos autónomos de Google se acercó a un paso peatonal e hizo lo se supone que debe hacer: desacelerar para permitir el cruce de un peatón y luego el “conductor de seguridad” aplicó los frenos. El peatón salió bien, pero no el auto de Google: fue chocado por detrás por un sedán conducido por un humano.
La flotilla a prueba de vehículos autónomos de Google está programada para seguir los reglamentos viales. Pero puede ser difícil manejar si te apegas a las reglas. Un carro de Google, en una prueba de 2009, no pudo cruzar en una parada de cuatro caminos porque sus sensores esperaban a que otros conductores (humanos) se detuvieran por completo para poder avanzar. Los choferes humanos siguieron moviéndose discretamente hacia enfrente, buscando tomar ventaja, paralizando al robot de Google.
No sólo es un tema para Google. Los investigadores en el incipiente campo de vehículos autónomos señalan que uno de los mayores retos que enfrentan los autos automatizados es su integración a un mundo en el que los humanos no siguen los reglamentos al pie de la letra.
“El verdadero problema es que el vehículo es demasiado seguro”, señaló Donald Norman, director del Laboratorio de Diseño en la Universidad de California en San Diego, que estudia los vehículos autónomos. “Tienen que aprender a ser agresivos en la medida adecuada, y la cantidad correcta depende de la cultura”.
Los accidentes de tráfico y las muertes relacionadas podrían desplomarse en el mundo si no hubiera conductores, como lo predicen algunos investigadores. Pero el uso masivo de vehículos autónomos aún se encuentra a varios años de distancia, y quienes realizan pruebas aún contemplan algunos riesgos hipotéticos –como los hackers– y los retos del mundo real, como lo que pasaría cuando un vehículo autónomo se descompusiera en la autopista.
Por ahora el problema más próximo a resolver es la integración de robots y humanos. Actualmente los autos de varios fabricantes cuentan con tecnologías que pueden advertir o incluso tomar el control de una situación, ya sea con controles avanzados de manejo o frenos que se aplican solos. Uber trabaja en la tecnología de los vehículos autónomos, y Google expandió sus pruebas hace dos meses en Austin, Texas.
Los carros de Google ejecutan maniobras rápidas y evasivas o se conducen con la mayor precaución, pero también saliendo del ritmo de otros vehículos en las calles.
“Siempre va a seguir las reglas, casi hasta el punto donde un conductor humano que entre al auto diga: ‘¿Por qué está haciendo esto?’”, señaló Tom Supple, un chofer de seguridad de Google durante una reciente prueba de manejo en las arterias cercanas a la sede de operaciones de Google en Silicon Valley.
Desde 2009, los vehículos de Google han participado en 16 accidentes, la mayoría abolladuras en alguna defensa, y en cada uno de los casos, sostiene Google, el humano tuvo la culpa. Esto incluye un choque por detrás el 20 de agosto, y reportado apenas ayer por Google. El vehículo de la compañía desaceleró ante un peatón y luego el empleado de Google aplicó manualmente los frenos. El carro fue golpeado por detrás, enviando al empleado a una sala de emergencias por un traumatismo cervical moderado.
El reporte de Google sobre el incidente suma otra visión: aunque el piloto de seguridad hizo lo correcto al aplicar los frenos, si el vehículo autónomo hubiera estado por su cuenta, pudo haber frenado con menos fuerza y acercarse al paso de cebra, lo que le hubiera dado al vehículo trasero más espacio para frenar. ¿Esto hubiera impedido el accidente? Google sostiene que es imposible saberlo.
Ha existido un solo caso en el que Google señala que la compañía fue responsable de un accidente. Ocurrió en agosto de 2011, cuando uno de sus vehículos se impactó con otro vehículo en movimiento. Pero, impresionantemente, el vehículo era conducido en ese momento por un empleado. Fue la culpa de otro humano.

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