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Redoblan vigilancia contra mezquita tras intento de ataque en tren

Raphael Minder / New York Times News Service

2015-08-27

Algeciras, España— Antes de que abordara un tren con destino a París la semana pasada, armado con un rifle de asalto y la intención, según las autoridades, de realizar un baño de sangre, Ayub El Jazzani había pasado el capítulo final de su atribulado tiempo en España en una sórdida ciudad portuaria, viviendo en un departamento en ruinas con sus padres a una distancia corta de la mezquita local.
La mezquita llamada Taqwa se encontraba bajo vigilancia policiaca desde el primer día en que un taller mecánico se convirtió en un recinto de oración, como reconoció en una entrevista Nordi Mohamed Ahmed, vicepresidente de la asociación que administra la mezquita.
Pero aunque las autoridades apuntan a la mezquita como una parte crucial de la transformación de El Jazzani que pasó de un narcomenudista de hachís a sospechoso de radicalismo, Mohamed Ahmed señaló que no se pueden culpar a los sermones del lugar.
“Las mujeres también tenían permitido rezar aquí”, agregó, “lo que ciertamente no pasaría si esto fuera un lugar radicalizado”.
Aun así, el vínculo de El Jazzani con la mezquita, en la que su padre contribuyó con su rehabilitación y continúa como conserje, y en la que su hermano fungió como tesorero, fue aparentemente suficiente para persuadir a las autoridades españolas a colocarlo también bajo vigilancia.
Su arresto después de que fuera subyugado por pasajeros, incluyendo dos miembros estadounidenses del servicio durante sus vacaciones  y sus amigos, ha puesto aún más –para los que viven aquí, inoportuno– escrutinio en la mezquita. También resalta la intensa vigilancia de las autoridades españolas de un creciente número de amenazas potenciales, como al igual que en otros países de la Unión Europea, mientras expone lagunas en la inteligencia que se comparten entre ellos.
Los servicios de inteligencia española informaron a su contraparte francesa que El Jazzani de 25 años, que cuenta con pasaporte marroquí y tarjeta de residencia española, era una amenaza potencial en febrero de 2014, mientras salía desde Algeciras a Francia. Aunque sirvió de poco para impedir su plan de perpetrar lo que el presidente de Francia François Hollande dijo que hubiera sido “una masacre”.
Antes de esto, El Jazzani había vivido con sus padres, que emigraron de Tétouan, Marruecos, uniéndoseles primero en Madrid en 2007 y luego allá, en uno de los barrios más pobres de una ciudad industrial. En Madrid, fue arrestado como sospechoso de narcomenudeo en Lavapiés, un distrito de migrantes, y fue detenido en dos ocasiones en 2009.

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