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Recomiendan la aplicación de ciertas vacunas durante el embarazo

Jane E. Brody / New York Times News Service

2015-08-03

Nueva York— El 20 de diciembre de 1968, estaba en Minnesota para asistir a una boda con la familia y me enfermé de gripe; lo que no pasó, para sorpresa mía, fue mi periodo. Con una fiebre de 40 grados, me sentía muy enferma para comer o incluso para ir al baño por mi propia cuenta, así estuve por 10 días. Al regresar a Nueva York el domingo por la noche, el fin de semana de Año Nuevo, estaba batallando para respirar y estaba muy débil para caminar.
Mi esposo me cargó por la distancia de una cuadra hasta el consultorio de un doctor, quien pronto me diagnosticó con doble neumonía y me recetó antibióticos y medicamento para la tos. Me alivié de la neumonía, pero a ésta le siguieron otras dos infecciones respiratorias que requirieron de más tratamiento.
Tenía tres meses de embarazo, hasta que por fin pude sentirme bien. Seis meses después, di a luz a unos milagrosos y saludables gemelos. Esa vez tuve suerte.
Pero no toda mujer embarazada que contrae gripe –o cualquier otra infección que se puede prevenir con vacunas– es tan afortunada. La gripe es una de un número de infecciones, especialmente aquéllas que vienen acompañadas de fiebre, que pueden ocasionar serias complicaciones en el embarazo, incluyendo el aborto espontáneo, defectos de nacimiento, retraso en el crecimiento, parto prematuro, e incluso la muerte.
Si esto suena atemorizante, ésa es en verdad mi intención. Muchas mujeres pasan el periodo de un embarazo sin la protección que ofrecen las vacunas, mismas que pueden prevenir daños irreversibles en la mujer, o en su hijo nonato o infante antes de que el bebé tenga la edad suficiente para ser inmunizado de manera directa.
La mayoría de las mujeres hoy en día, en edad para tener hijos, son muy jóvenes para haber sido testigos de los daños asociados a estas infecciones antes de que existieran las vacunas para prevenirlos, las cuales pueden ser administradas antes o durante el embarazo. Muchas han sucumbido al temor infundado de las personas que erróneamente creen que las vacunas hacen más daño que otra cosa.
Ofrecer protección a las mujeres embarazadas es de suma importancia, según dijo Sonja Rasmussen, especialista en salud pública y editora del Reporte Semanal de Morbilidad y Mortandad. Ponerse la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola antes del embarazo, y la vacuna contra la gripe, la del tétanos, difteria y tos ferina durante el embarazo “es un beneficio del dos por uno que protege tanto a las madres como a los bebés”, dijo.
Los bebés quedan protegidos por varios meses después del nacimiento debido a los anticuerpos que se forman en las mujeres embarazadas que han sido inmunizadas. Los bebés menores de un año son lo que están más en riesgo de contraer la tos ferina. En Wisconsin, tan sólo en 2012, 367 bebés, menores de un año de nacidos contrajeron tos ferina, 60 de los cuales fueron hospitalizados y tres de ellos murieron. La vacuna contra la tos ferina se pone a los 2 meses, 4 meses y 6 meses de edad, lo cual hace que la protección de los anticuerpos en las madres sea un elemento esencial en el primer medio año de vida.
“El que un menor muera de tos ferina en esta época es en verdad un crimen”, dijo Thomas N. Saari, profesor de Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin en Madison.
Las mujeres deben ponerse la vacuna DTP durante el tercer trimestre de todo embarazo, de la semana 28 a la 36, sin importar que ya se la hayan aplicado antes, pero sólo alrededor del 14 por ciento de las mujeres lo hace, dijo Rasmussen. Todos los miembros de la familia y los que cuidan de los infantes, incluyendo a niñeras y hasta a los abuelos, también deben ponerse la vacuna DTP, según instan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Aunque las mujeres embarazadas deben evitar las vacunas hechas de virus activos, atenuados, o de otra índole, la vacuna DTP no contiene virus activos.
Las mujeres embarazadas deben, de igual manera, ponerse la vacuna contra la gripe, pero no la vacuna en formato de spray nasal, la cual contiene virus activos. Rasmussen explica que ciertos cambios ocurren en el sistema inmunológico de una mujer embarazada, el corazón y los pulmones incrementan el riesgo de que haya complicaciones, incluyendo la muerte por influenza. Los infantes menores a los 6 meses de nacidos “son muy pequeños para ser vacunados” y enfrentan un riesgo de caer gravemente enfermos, o de morir, a causa de la gripe, dijo, aun así son “60 por ciento menos propensos a contraer la gripe” si sus madres fueron inmunizadas.
La vacuna contra la gripe es segura durante cualquier trimestre del embarazo, pero sólo alrededor de la mitad de las mujeres embarazadas son inmunizadas contra la gripe”, dijo Rasmussen. “Todas las mujeres que se embarazan durante la temporada de gripe deben ponerse la vacuna. El resto de la familia debe también ponerse la vacuna”.
Las vacunas hechas con virus activos, como la vacuna triple SPR para el sarampión, las paperas y la rubeola, y la vacuna para la varicela, deben ponerse a un mes o antes de que una mujer resulte embarazada. Las mujeres que contemplan embarazarse deben asegurarse de estar inmunes contra estas infecciones por medio de un análisis de sangre y, si se encuentra una deficiencia, deben vacunarse y someterse a control natal por un mes antes de intentar concebir. Si una mujer contrae rubeola durante el embarazo, especialmente durante el primer trimestre, cuando muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas, el bebé puede desarrollar múltiples anomalías, incluyendo defectos del corazón, sordera, cataratas y dificultades en el desarrollo.
Los CDC recomiendan que las nuevas madres que no fueron inmunizadas con anterioridad se pongan la vacuna DTP y las vacunas para el sarampión, las paperas, la rubeola y la varicela tras haber dado a luz, antes de ser dadas de alta del hospital. Estas vacunas son seguras, incluso para mujeres que están amamantando.
Algunas mujeres embarazadas también deben considerar vacunarse contra la hepatitis B, una infección que puede ser transmitida a los bebés durante el parto y que luego resulta en un alto riesgo de que estos niños desarrollen enfermedades del hígado cuando alcancen la edad adulta. Los CDC recomiendan que las mujeres embarazadas sean revisadas.
Las mujeres embarazadas que planean viajar fuera del país deben hablen con sus doctores por lo menos cuatro semanas antes del viaje para hablar sobre ciertas precauciones o vacunas que lleguen a necesitar. Dependiendo de cuál sea su destino, algunas vacunas que por lo general son recomendadas deben evitarse durante el embarazo, haciendo que sea necesario sopesar los riesgos y beneficios. Hay más información disponible en el sitio Web de salud para viajeros de los CDC.

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