John Markoff / New York Times News Service
2015-08-01
San Francisco— Una serie de cables de fibra óptica de ultra alta velocidad unirá a una serie de laboratorios universitarios y centros de supercomputadoras en una red llamada la Plataforma de Investigación del Pacífico, como parte de una beca de 5 millones de dólares y cinco años de la Fundación Nacional de Ciencia.
La red será creada para estar al día con los fuertes avances en cuanto a obtención de datos en campos como la física, la astronomía y la genética. No estará directamente conectada a Internet, pero posibilitará el tráfico de datos a velocidades de entre 10 y 100 gigabits entre 10 instalaciones de la Universidad de California y otras 10 universidades e instituciones de investigación de varios estados, decenas o cientos de miles de veces más rápido que hoy en día.
La dificultad de transferir grandes cantidades de datos científicos es que el Internet abierto está diseñado para enviar pequeñas cantidades de información, como en el caso de páginas Web, de acuerdo con Thomas A. DeFanti, especialista en visualización científica del Instituto California para las Telecomunicaciones y la Informática, o el Calit2, en la Universidad de California en San Diego. Mientras que una conexión convencional puede clasificarse como de 10 gigabits por segundo, en la práctica los científicos que tratan de transferir grandes cantidades de datos a menudo encuentran que el índice real es apenas una fracción de esa capacidad.
La nueva red también fungirá como modelo para redes computacionales futuras en la misma medida en que la NSFnet, creada en 1985 para vincular a instituciones de investigación, terminó por convertirse en parte de la estructura principal del Internet, de acuerdo con Larry Smarr, astrofísico, director del Calit2 y principal investigador para el nuevo proyecto.
NSFnet conectaba a cinco centros de supercomputadoras con módems de 56 kilobits. En las tres décadas que han transcurrido, las velocidades de las redes han aumentado de manera considerable, pero no lo suficiente para dar cabida a una futura generación de computadoras capaces de realizar un trillón de operaciones por segundo. Esta semana, el gobierno de Obama anunció que Estados Unidos está comprometido con crear lo que se conoce como la era exaescala de la supercomputación, con máquinas alrededor de 30 veces más rápidas que la computadora más veloz de hoy en día.