Patrick Healy y Michael Barbaro / New York Times News Service
2015-08-01
Nueva York— Jeb Bush pasa horas en sesiones desde Florida hasta Maine preparando respuestas políticas con miras al primer debate republicano del jueves, aunque tiene en cuenta evitar cualquier muestra de desdén para el hombre que tendrá a su lado, Donald Trump, quien disgustó al precandidato tras criticar a los migrantes mexicanos (Bush se encuentra casado con una).
Scott Walker, el gobernador de Wisconsin, elabora respuestas de un minuto y respuestas de 30 segundos en caso de que Trump u otros continúen atacándolo como un advenedizo en el tema de los estándares educativos del Núcleo Común y como un débil creador de empleos, probando líneas en debates de prueba con consejeros que interpretan a Trump y a otros candidatos.
El senador de Florida Marco Rubio, el senador de Texas Ted Cruz y Ben Carson están determinados a no permitir que el debate a transmitirse en Fox sea dominado por Trump, practicando el desvío de la conversación hacia los temas de la seguridad nacional, las reformas a propiedades y los servicios de salud –lo cual implícitamente planea poner el duda el conocimiento de Trump sobre tales temas.
Estos intensos preparativos, descritos por asesores y amigos de los principales candidatos, reflejan la preocupación que varios candidatos republicanos tienen con Trump, cuyo gusto por herir a sus rivales con una retórica provocadora lo ha transformado en la mayor fuerza impredecible en un debate presidencial en años. Trump ha ascendido con rapidez a la punta de varias encuestas, desafiando o reduciendo los amplios márgenes obtenidos por Walker en Iowa o Bush en New Hampshire, y llega al debate con mayor reconocimiento y fortuna personal que otros candidatos, que no pueden darse el lujo de salir mermados del debate.
“Nadie sabe cuántas preguntas le formularán a Donald Trump, o lo que Trump vaya a decir, así que los preparativos están alrededor del elemento Trump”, señaló Carson en una entrevista. “Lo que buscamos muchos de nosotros es la oportunidad de mandar la conversación hacia temas más significativos, en vez de hacia un solo hombre”.
La mayoría de los republicanos están cautelosos de arremeter contra Trump en este momento debido a que parece impenetrable, aunque tampoco quieren verse débiles ante sus ataques. Lo mejor que pueden esperar es a que Trump ataque a quien considere su mayor oponente; un aliado de Cruz, que tiene una fuerte presencia en Iowa, confiesa que nada le gustaría más que Trump continúe atacando el historial en Wisconsin de Walker a la espera de debilitarlo en Iowa.
“Sólo atacas al rey si puedes matarlo”, de lo contrario lo dejas en paz, porque el rey te matará”, refirió Frank Luntz, un encuestador republicano. “Así que es mejor que los candidatos tengan algo listo si desean cazar a Trump. O también podrían buscar la manera de, con sus respuestas, recordar a Trump algo que otro candidato haya dicho y que lo haya molestado”.