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Crisis en Grecia eleva número de robos y asaltos

Anemona Hartocollis / New York Times News Service

2015-07-31

Atenas, Grecia— Una noche hace tres semanas en Kifissia, un acaudalado suburbio de Atenas, un asesor financiero retirado y su esposa decidieron ver una película al aire libre, una de las actividades más disfrutables durante el verano aquí.
Cerraron las ventanas, pusieron las alarmas, echaron llave a la casa y salieron. A la mitad de la película recibieron una llamada de la compañía de alarmas, y se apresuraron a regresar a casa para encontrar la alarma dentro de un balde de agua, las ventanas violadas y una caja fuerte donde guardaban la joyería, vacía. La velocidad y sofisticación del delito fueron impactantes, de acuerdo con el asesor financiero de la mujer, quien aún se siente vulnerable y pidió no ser identificada por nombre.
“Sabían que tenían 10 minutos antes de que llegara la Policía; guardaron todo en una funda, y se fueron”, dijo.
En prácticamente todas las reuniones en Atenas de este verano, la conversación gira hacia relatos de los robos y asaltos de todo tipo que han acompañado a la crisis de la deuda gubernamental.
Incluso antes de que la crisis condujera al cierre de los bancos y limitara la disponibilidad de efectivo, este tipo de delitos se encontraban en aumento.
Pero en las semanas previas a que se impusieran los controles al capital a finales de junio, miles de millones de euros escaparon del sistema bancario de Grecia. Los griegos temieron que sus depósitos en euros se convirtieran automáticamente a una nueva moneda si el país salía de la eurozona, para perder su valor de manera vertiginosa, o la posibilidad de sufrir un “recorte” a sus cuentas si su banco tenía problemas por el estrés de la crisis.
Mientras los ricos depositaban su dinero en Suiza, Luxemburgo o en cajas de seguridad, la clase media ha guardado no sólo efectivo, sino también oro y joyería, entre otros valores, en el tradicional colchón de la cama.
Las estadísticas sobre el crimen en Grecia que se dieron a conocer la semana pasada dejaron entrever un lado oscuro del ocultamiento de tales valores. Por todo Grecia, los crímenes más graves se encuentran a la baja o estables, pero los reportes de robos o asaltos estuvieron en ascenso durante los primeros seis meses del año, dejando entrever que los artículos ocultos se habían convertido en un peligro para los ladrones.
Los incrementos en el crimen son pequeños, y es difícil calcular qué tanto se debe a los difíciles tiempos económicos, la pobreza y el desempleo en aumento, y qué tanto son casos de oportunismo o delitos menores.
La dependencia del efectivo también inició al final del periodo, así que su impacto no se reflejará por completo en tanto no se den a conocer nuevos datos.
Pero con el número de robos en bancos, gasolineras y supermercados descendiendo mientras los registrados en hogares y establecimientos siguen al alza, de acuerdo con varios expertos, parece estar surgiendo un patrón que deja entrever que, como diría el asaltante de bancos Willie Sutton, los malos están donde está el dinero.
“Muchas personas han guardado el dinero en sus casas, así que es comprensible”, comentó un portavoz de la Policía de Atenas con la condición de no ser identificado puesto que no estaba autorizado para interpretar la información. “El delito se ha mantenido constante en general, o descendido en lugares de alto riesgo, como los bancos, y aumentado por ejemplo en las calles”.
Lo más probable es que los ladrones formen parte de grupos organizados y que no se trate de personas necesitadas, de acuerdo con Mary Mantouvalou, abogada del país.
“Cuando las personas pobres roban suelen hacerlo en el supermercado o a alguien que saben que tiene dinero”, dijo Mantouvalou. “Estamos hablando de delitos mucho más serios. En ocasiones son violentos. Están dispuestos a llegar a donde sea”.

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