Laurie Goodstein / New York Times News Service
2015-07-28
Nueva York— Lui Akira Francesco Matsuo contó que cierto día estaba haciendo fila para comulgar en su iglesia católica de Detroit cuando otro feligrés lo hizo a un lado a jalones: ¿No sabía que el arzobispo había exhortado a no comulgar a quienes apoyan el matrimonio entre personas del mismo sexo?
Matsuo, quien es transgénero, se retiró y nunca volvió a su parroquia. Hoy, dos años después, forma parte de un grupo grande de católicos gay y transgénero que desean reunirse en septiembre con el Papa Francisco durante su primera visita a Estados Unidos, presionándolo a manifestarse en torno a los temas de sexualidad y género que cada vez dividen más a los católicos y provocan rencor en la Iglesia.
“Quiero que extienda su mano abierta, especialmente a la comunidad transgénero”, dijo Matsuo, quien tiene 28 años y dijo haberse identificado como hombre desde su primera infancia. “Soy un católico practicante. Simplemente no cuento con ninguna parroquia a la cual pueda llamar hogar”.
La presión por parte de los católicos gay y sus familias representa un desafío único para Francisco mientras el Papa intenta formar un vínculo con una iglesia estadounidense en cambio constante. Su pontificado se ha caracterizado por su enfoque pastoral hacia quienes viven marginados –especialmente los pobres, inmigrantes y presos. Pero no está claro si a las minorías sexuales las incluye en su lista de personas necesitadas de justicia, mientras que los grupos católicos de todo tipo están exigiendo respuestas y debates.
En misiva formal dirigida a Francisco y el Vaticano, varios grupos representantes de personas homosexuales y transgénero, católicas e hispanas dijeron que la iglesia estadounidense se hallaba inmersa en una “crisis pastoral” sobre los temas gay y solicitaron reunirse con el Papa mientras éste se encontrara en Estados Unidos. Aunque ciertos conservadores norteamericanos están ansiosos por ver que Francisco aproveche en el próximo viaje su popularidad a efecto de avanzar en la lucha contra el aborto y el matrimonio del mismo sexo, los católicos homosexuales quieren que reconozca que la Iglesia los rechaza y que los reciba como miembros con el mismo acceso a los sacramentos como el bautismo y el matrimonio.
“Vemos abandonar la Iglesia a mucha gente que amamos que se va por el tipo de humillaciones y penas a las que es sujeta”, dijo Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva de DignidadUSA, quien firmó la misiva solicitando una junta con el Papa, “ya sea que le niegue el bautismo de algún niño o escuche a algún sacerdote hacer comentarios terribles durante la homilía. Todos tienen historias de dolor y exclusión, y todas esas cosas provocan mucho daño a la gente. Y eso tiene que terminar”.
Francisco ha estado manifestando mensajes encontrados acerca de su postura en relación con la homosexualidad, el género y el matrimonio entre personas del mismo sexo durante los más de dos años desde que resultó electo. No obstante algunos católicos gay y transgénero dicen agradecer a Francisco el hecho de que haya iniciado el debate en torno a lo que constituye un tabú e incluso se reúna con los considerados parias.