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Impulsan cultura de ‘startups’ pese a situación económica de Grecia

Anemona Hartocollis / New York Times News Service

2015-07-18

Atenas, Grecia— En un callejón arbolado, dos amigos de toda la vida trabajan frente a sus teclados, dando los últimos detalles de su octava compañía startup de Internet, un servicio de recomendaciones hoteleras llamado travelmyth.com, que iniciará operaciones en noviembre y que ya genera ganancias.
Sería otra historia más de éxito en la era digital, si no fuera por la ubicación de la empresa: Grecia, un país que prácticamente es la definición de la mala administración económica, un lugar de larga resistencia a las demandas de competitividad económica y un pozo para las aspiraciones de los jóvenes.
Desafiando los problemas de la historia reciente de su país, un par de emprendedores griegos se las arreglan para prosperar, con lo que dan una luz de esperanza a la economía y a su generación a pesar de que Grecia se ceñirá a una austeridad presupuestaria más severa y hará ajustes a su sistema regulatorio.
Aunque miembros del Parlamento, sindicalistas y sus sindicatos que controlan la entrada a ciertas profesiones se quejen de que el acuerdo de rescate griego es una señal de rendición humillante de su soberanía nacional, una joven clase de emprendedores deja atrás lo que se percibe como una cultura empresarial anquilosada, protegida y retrógrada.
Los jóvenes emprendedores aseguran que tienen un espacio pequeño en el debate político e ideológico, pero están dispuestos a abrazar la realidad que viene con las políticas impuestas por los acreedores de Grecia, incluyendo el fin de una mezcla de regulaciones, proteccionismo, exenciones de impuestos y provisiones de intereses especiales que han impedido desde hace mucho tiempo la competitividad del país.
“Nuestros clientes no son empresas griegas, así que el éxito de nuestro proyecto no depende de Grecia en absoluto”, menciona Stefanos Vasdekis de 35 años, uno de los socios fundadores de Travelmyth. “Nuestra competitividad estará en un ambiente global”.
Con una tasa de desempleo juvenil que ronda el 50 por ciento, Grecia ofrece a sus jóvenes a una cruel decisión: emigrar y unirse a una fuga de cerebros hacia Europa occidental y otros puntos, o quedarse en su país y luchar contra los pronósticos para encontrar un modo de vida. Las industrias tradicionales del país afectadas por la recesión tienen poco que ofrecer, así que para varios jóvenes, el ansiado premio es obtener un puesto en el gobierno, obtenido por medio del patrocinio de partidos políticos.
Pero algunos intentan alejarse de las raíces mercantiles del país para construir negocios por su cuenta, a pesar de todos los impedimentos.
Al menos media docena de incubadoras de pequeñas y medianas empresas y espacios de trabajo compartidos –edificios donde los emprendedores pueden rentar un espacio a un costo módico y beneficiarse de la proximidad con otros– ha florecido en Atenas, acogiendo a nuevas compañías con hasta 20 empleados.
También, varias organizaciones filantrópicas han patrocinado concursos y otorgado capital inicial a jóvenes emprendedores del país. Entre ellas se encuentra la Iniciativa Helénica, organización sin fines de lucro que recibe apoyo de griegos en el extranjero.

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