Nacional

Analizan migrantes en Tijuana sus próximos pasos

The New York Times

2018-11-22

Tijuana.- Como primera medida para implementar una solución a largo plazo para los miembros de la caravana, los funcionarios de esta ciudad de plantas de exportación organizaron una feria del empleo con oficina migratoria móvil.

Se trató de una respuesta práctica al desafío de albergar y alimentar a los migrantes, esfuerzo que estaba rebasando los recursos de Tijuana. Pero resultaba claro que hacía falta mucho más.

El gobierno municipal ha manifestado que se necesitarán seis meses para que todos los migrantes que decidan pedir asilo en Estados Unidos sean llamados para su primer interrogatorio con un funcionario de asilos en la frontera. Habiendo dependido de apoyo colectivo para llegar a la frontera con California, ahora los migrantes deben navegar solos los próximos pasos.

El miércoles, los funcionarios de Tijuana se preparaban para que el tamaño de la caravana se duplicara a más de seis mil personas, conforme los migrantes que habían estado esperando en albergues rudimentarios situados a dos horas y media al oriente se trasladaban gradualmente de “aventón” hasta Tijuana.

Los recién llegados desatarán tensiones en Tijuana, donde Estados Unidos ha convertido en un show el reforzamiento de la frontera.

Para los migrantes, quienes habían esperado que su presencia de alguna manera suavizara a Trump, el mensaje fue claro:

“En cuanto llegamos aquí, nos dimos cuenta de que no iban a dejarnos cruzar”, dijo Leticia Ramírez, de 35 años, quien dijo que en Honduras trabajaba en plantaciones de plátano. Ramírez buscaba “cualquier empleo” en Tijuana.

La espera acaba de empezar y Tijuana ya siente la presión. Mientras el nuevo gobierno federal se prepara para entrar el 1º de diciembre, la ciudad casi no ha recibido ayuda y no puede instalar un nuevo albergue, dijo César Palencia Chávez, quien dirige la oficina municipal de asuntos sobre migrantes.

Y puesto que los migrantes no se quieren separar, no puede llevar a algunos a la red local de albergues de las iglesias.

“En general, Tijuana es tierra de inmigrantes”, algo a lo cual la ciudad se ha adaptado, dijo Delia Ávila Suárez, quien dirige el DIF municipal, “pero nunca habíamos visto nada así”.

Algunos se preguntan cuánto tiempo pasará antes de que se agote la paciencia de los migrantes de la caravana e intenten cruzar ilegalmente la frontera.

“Mucha gente se ha quedado aquí por seis meses, y se adapta a la vida en la comunidad, pero después cruzan”, dijo José María García Lara, el fundador del albergue Juventud 2000. “Terminan yéndose, porque estamos en la frontera”.

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