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Promete Taibo II un equipo lector

Reforma

2018-11-21

Ciudad de México— El escritor Paco Ignacio Taibo II perfila un Fondo de Cultura Económica (FCE) integrado por lectores que fungirán, en las redes de distribución, como libreros que realmente promuevan la lectura y no sólo manejen -y mal- una computadora para buscar títulos.

"El equipo del fondo, los 3 mil que vamos a ser, tenemos que ser lectores. La figura del librero (común) está muerta; se volvió alguien que nomás sabe manejar mal una computadora", dice en entrevista.

Con un proyecto en el Senado para reformar la Ley Federal de las Entidades Paraestatales, que le prohíbe asumir la titularidad del FCE porque no es mexicano de nacimiento, Taibo II -nacido en Gijón, España, en 1949- se dispone a encabezarlo como director o como encargado de despacho, mientras la legislación se modifica.

"Era (el FCE) un cementerio de políticos y de burócratas. No hay sensibilidad. No hay explicación de las razones por las cuales, en la parte de adelante de una librería, están libros de editoriales españolas a un precio promedio de 350 pesos. ¿Quieren espantar a los que entran a la librería o de qué se trata?".

¿Ya recorrió las librerías?
El equipo lleva recorridas cerca de 45 librerías de las 123, hablando con la gente, preguntándole: '¿Usted está feliz aquí?' Alguien te dice: 'Sí, pero tengo una demanda porque me acusan de robo hormiga'. Y hay cuatro policías en la librería. Cuatro. Cuando preguntas el porqué de los cuatro, te dicen que es un outsourcing que alguien contrató. Hablas con los policías y les preguntas: '¿Tienen derechos laborales, tienen aguinaldo?'. Y te dicen que no. Volvimos al porfirismo.

Además (los policías) están en las puertas, y en las librerías no debe haber policías en las puertas, es un contrasentido: crean una barrera.

Durante su primer día como responsable del Fondo pretende averiguar si los "mitos" del FCE tienen o no sustento, no sólo el relativo a la existencia de un comedor del director -símbolo de la separación entre directivos y empleados, según Taibo II-, sino también de una bodega de vinos franceses que albergarían sus instalaciones.

"Quizá son mitos, no quiero acusar a nadie de algo que no tengo constancia".

¿Has hecho visitas a las oficinas del fondo para verificarlo?
Sí, estuve ahí. Recorrí los pisos dándole la mano a todos los trabajadores, uno por uno, pero no me dio tiempo para ver si existe la bodega de vinos franceses. Creo que existió en algún momento. Hazme el cabrón favor.

Si se encuentran (en el FCE) errores graves los pondremos a disposición informativa del público, pero si hay casos penales, será función de la contraloría proceder, y no me voy a tocar el corazón, pero tampoco se trata de ir a cazar, a perseguir. Se trata de limpiar la casa, básicamente.

¿Cómo será la relación del FCE con el poder político?
Cuando Andrés Manuel López Obrador, futuro Presidente de México y buen camarada y amigo, me dijo que dirigiera el Fondo, pregunté: '¿Con qué grado de autonomía?', Dijo: 'Con toda'. Esto significa que no vamos a hacer política de Estado en materia ideológica y que se publicarán libros de los que me gustan mucho y de los que no me gustan también, porque no puedes normar una editorial con tus gustos y tus criterios.

Con la integración anunciada de la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura (SC) y su red de librerías Educal, así como del Programa Nacional de Lectura, el autor prevé concentrar en el FCE las labores del Estado en torno del libro, a partir de una política que comprende disminuir el costo de las ediciones, multiplicar los títulos de divulgación, promover coediciones e impulsar la literatura, "reducida hoy al mínimo".

Recibirá instituciones que adeudan pagos a los editores que les proveen, como Educal.
Es un problema grave, porque dejan de surtirte novedades y vacían tus librerías. (En Educal) no pagan porque se gastaron el dinero en otras cosas.

Decía la SC que Hacienda no liberaba los recursos
Me tiro al suelo de carcajadas. No pagan porque cometieron errores gravísimos, administrativos. Cuando veo que la propuesta de la administración saliente de Educal para sanearse es cerrar 40 librerías, digo: '¡Quiúbole¡, ¡¿que mariguana de baja calidad están fumando?!'.

El saneamiento, para la administración venidera, significa reorganización, eliminación de duplicidades, reducción de salarios "seriamente" altos, no en los medios ni en los de base, explica el autor de Días de combate.

También orientará los gastos de papel y tinta hacia las obras de mayor alcance entre la población y apostará por ediciones digitales, para aquellas de perfil más académico o especializado, expone.

"Esto significa que si tienes un libro de divulgación científica, adelante, pero si tienes un libro de ciencia más duro, hazlo en digital y regálaselo a las bibliotecas de ciencias de todas las universidades del País".

Planea tres colecciones primordiales, de precio popular. Una prevé títulos literarios de diversos géneros, así como de divulgación, mientras otra será "popularísima" y se distribuirá en comunidades suburbanas o campesinas con un costo de 3 o 5 pesos para formar lectores. Los Breviarios, en tanto, recobrarán su condición de textos breves, sin pastas duras y más baratos, detalla.

"Traemos en la cabeza hacer el primer año un regalo de un millón de libros en una colección que llamamos, entre nosotros, 'Los libros que ni tus padres ni tus maestros jamás te recomendarían', básicamente de literatura, de nuevo periodismo o de difusión histórica, todos del siglo 20".

Además de buscar alianzas con sellos para imprimir en coedición libros y abatir así costos por importación, Taibo II se acercará con las universidades para acordar ediciones.

"Y llegar a nuevos pactos en los que ellos editan el libro de texto para universidades, y nosotros distribuimos. Ya no es la época de (Daniel) Cosío Villegas, cuando había que darle libros de texto a la universidad: la España franquista no los estaba produciendo, Argentina estaba en un estado muy primario de política editorial; México era el único país hispano-parlante que podía generar una potente colección de libros de texto para universidades.

"La UNAM, por ejemplo, tiene una maravillosa colección de clásicos griegos y latinos. ¿Debe el fondo entrarle? No. Debe apoyar en la distribución de esos libros", ejemplifica.
 

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