Nacional

'Cálmate mi amor', la nueva modalidad en secuestros

El Diario de Juárez

2018-09-24

Lejos de disminuir, los casos de violencia en la Ciudad de México contra las mujeres siguen incrementando, y lo más alarmante de todo es que cada vez son más los modus operandi a los que recurren los secuestradores con tal de cometer la agresión tanto física como verbal.
Dos casos muy similares son los que se acaban de destapar en redes sociales, pues dos mujeres escribieron sus lamentables experiencias con el fin de alertar a las mujeres con respecto a esta nueva forma de secuestro: ‘Cálmate, mi amor’.

Diana y su "novio" en Santa Fe
La joven se probaba prendas en una tienda el Centro Comercial Santa Fe, cuando salió fue interceptada por un hombre de aproximadamente 40 años, quien lucía un traje. La tomó del brazo y comenzó a platicar con ella como si la conociera; cuestionó por qué no se había comprado el pantalón que se probó. Al ver la actitud del secuestrador, Diana intentó safarse sin conseguirlo. Siguieron avanzando hacia la salida; mientras ella gritaba y pedía ayuda, todos veían cómo el intentaba calmarla con un: “Vamos afuera, estás haciendo todo un drama. Todos nos ven, qué vergüenza”.
“La gente me miraba como si estuviera loca”, escribió ella.
Un policía se acercó a preguntar si estaba todo bien; sin embargo, se dirigió a él ignorando por completo los gritos de ella.
Al llegar a la salida del estacionamiento se acercaron dos jóvenes a ellos y preguntaron si todo estaba bien. Según el relato de Diana, el secuestrador seguía en su papel: “Lo siento mucho, es mi pareja, está molesta y ya saben cómo son; es asunto de dos”.
Para fortuna de la joven, los jóvenes la defendieron nuevamente asegurando que aunque fuera su pareja no tenía ningún derecho a llevársela si no quería. Llegaron tres hombres más, entre los cinco safaron la del secuestrador, quien se alejó diciendo “Está bien, si eso es lo que deseas vete, mañana se te pasará el coraje y platicamos. Cuídate”.
Diana regresó a la plaza; sin embargo tuvo que quedarse ahí durante un largo tiempo, pues su secuestrador seguía afuera esperándola.
Yos estaba trasbordando en la línea azul del metro Taxqueña al tren ligero (ruta que recorre diariamente a su trabajo) cuando escuchó que alguien detrás de ella le dijo en voz alta: “No te enojes, mi amor, deja de hacer berrinches. Una vez que la forzó a entrar a la cabina del vagón del tren, fue una señora la que se percató que algo no estaba bien con la joven.
“Creo que ella vio que me moría de miedo, y cuando él me jaló empecé a decir que no lo conocía; que me soltara y empecé a gritar. La señora me jaló hacia ella y él se bajó dos estaciones después. Le dije al policía lo que pasó, y la señora me dijo que me dejaría en mi trabajo”, escribió la víctima en su cuenta de FB.
Lo alarmante del caso no es solo el hecho del secuestro, sino la “normalidad” con la que los demás pueden ver un acto como este, pues lejos de defender a las víctimas ignoran por completo un grito de ayuda sin pensar que de ello podría depender la vida y la seguridad de alguien.

X