Agencia Reforma
2016-07-26
Ciudad de México— Guillermo Pomarillo ha pasado su vida estudiando y destacando en todas las escuelas en las que ha estudiado, pese a las adversidades a las que se ha enfrentado como hijo de migrantes en una zona marginal de Chicago. Pero valió la pena, ahora será alumno de Stanford. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a las críticas de su dentista, el cual aseguró que este logro se debe a que pertenece a una minoría y no a su esfuerzo.
El alumno, de 18 años, fue a hacerse una limpieza dental, y ahí le contó a su dentista que estaba muy orgulloso de haber sido admitido en la Universidad de Stanford. Pero el médico, en lugar de felicitarle, le dijo que su hija había obtenido una puntuación mejor que la de él en el examen de admisión y aun así no había sido aceptada por la casa de estudios.
El odontólogo atribuyó el éxito del joven hispano de bajos recursos a lo que consideró una injusta ventaja por su origen racial.
“Cuando salí de la consulta estaba muy frustrado. Él no sabía quién era yo, no conocía mi historia y aun así decidió opinar. Estaba confundido y por eso escribí esas líneas”, contó Pomarillo a El País.
Así que decidió publicar una carta abierta en su perfil de Facebook.
“Decir que fui admitido en una escuela sólo por mis antecedentes es ridículo. Claro que su hija iba a tener un puntaje más alto que el mío. Usted es un dentista que puede pagarle la escuela para ayudarla a alcanzar ese puntaje. Usted es un dentista preparado, con un título universitario y un grado de odontología”, decía en el mensaje.
“Mis padres, dos migrantes indocumentados que sólo tienen una educación de escuela primaria, no tuvieron el dinero para pagarme escuelas privadas. Sí, puede que haya crecido en un vecindario que no tiene a muchos chicos que estudien en escuelas como Stanford. Eso no significa que las personas que vienen de donde yo vengo no tengan el potencial para tener éxito en Stanford. Merecemos ir a lugares como Stanford”.