Agencia Reforma
2016-06-29
Ankara, Turquía— El miedo acecha a los mexicanos en Turquía, todos los días, a cualquier hora y lugar. Mucho más después del más reciente atentado, que dejó 42 muertos y un centenar de heridos en el aeropuerto de Ataturk, en Estambul.
Me da nervio saber que en cualquier momento me puede tocar a mí”, dice Elizabeth T., originaria de León y quien lleva siete años viviendo en Estambul.
“Ya es tanto que se está perdiendo sensibilidad. Parece algo común, del día a día, decir: ‘Se murieron 20, la semana pasada 40, y luego 70’”, comenta.
La misma Elizabeth se ha sentido muy cerca del peligro: uno de los atentados previos al del aeropuerto se registró en una zona que suele recorrer dos veces al día.
Asimismo, a la guanajuatense le duele que sus dos hijos, de 9 y 7 años, tengan que hacerle preguntas como: “¿por qué la gente pone bombas?”, “¿por qué se explotan?”.
La misma zozobra siente Gabriela T., también originaria de Guanajuato, quien ya no se siente segura prácticamente en ningún sitio de Estambul.
“Sentimos temor de subirnos al Metro, de qué va a pasar. Vemos la cara de todas las personas y nos preguntamos ‘¿será un terrorista o no?’”, relata.
Cuahutémoc O., de 38 años, también lamenta el efecto en el sector turístico en el que trabaja.
“Muchos rogábamos que no pasara otro (atentado) más y volvió a suceder. Lamentablemente, la gente se acostumbra a vivir así, con miedo”, señala el originario de la Ciudad de México.