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Llegan a México para solicitar asilo en EU

Said Betanzos/
AFP

2016-05-27

Tijuana— Cientos de hombres, mujeres y niños migrantes de Haití y países africanos llegaron en masa a Tijuana, en la frontera de México con Estados Unidos, desbordando desde hace días las oficinas migratorias para pedir asilo político al gobierno estadounidense.
Desde el sábado pasado, la garita fronteriza de San Ysidro muestra un panorama poco usual, con una interminable fila de migrantes venidos de horizontes tan lejanos como Guinea, Angola, Congo y Haití, quienes pasan las noches y los días formados a la espera de ser atendidos por las autoridades migratorias de Estados Unidos.
“Estoy sorprendido de la cantidad de extranjeros. Llegan, pero no en un número tan grande y por lo general arriban a otros puertos fronterizos como Laredo”, dijo a la AFP el cónsul general de Estados Unidos en Tijuana, William A. Ostick.
Por lo general, la inmensa mayoría de los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos son de origen centroamericano.
Una fuente migratoria que pidió el anonimato aseguró que ya han pasado “unos 600” migrantes a territorio estadounidense para seguir el proceso de solicitud de asilo, pero aún no se explican las autoridades cómo llegaron todos a la vez.
“Yo salí solo, después me encontré a unos amigos y otras personas”, dijo Jonás Despinasse, un haitiano de 39 años que es políglota y tiene tres profesiones.
“Los problemas políticos desde el 2004 agravaron la situación económica y luego el terremoto de 2010”, contó este académico que desde el miércoles pasado espera ser atendido por un agente migratorio de Estados Unidos.
Su travesía por Centroamérica duró tres meses y le costó todos sus ahorros.
A México entró por Chiapas, donde tramitó –junto con sus amigos– un permiso temporal de 30 días.
Entre las personas que hacían fila también estaba un joven de 25 años, nacido en Guinea Bisáu, que no quiso dar su nombre por miedo a no obtener asilo político.
Él contó que en Perú, Colombia, Nicaragua y Guatemala fue víctima de policías corruptos que le pedían dinero.
“Siempre escondiendo el dinero para viajar, o pidiéndole a gente de confianza depositarle dinero en cada país al que llegaba”, contó en un precario español, tras llegar a Tijuana desde Brasil en un viaje que le costó 3 mil dólares.

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