El Universal
2016-05-20
Guadalajara— De las 650 personas rescatadas por los fiscales de Jalisco en cinco centros de rehabilitación en la Zona Metropolitana de Guadalajara, 11 fueron internados ahí por el Cártel de Jalisco Nueva Generación para que recibieran castigo.
De acuerdo con las indagatorias de la fiscalía estatal, las 11 personas que contaban con órdenes de aprehensión y se encontraban en uno de los albergues Despertar Espiritual Alcohólicos y Drogadictos de Occidente A.C., intervenidos en Tonalá, estaban vinculadas a este grupo.
Una fuente cercana a las pesquisas indicó que a pesar de que las órdenes de aprehensión son por diversos delitos, al revisar las averiguaciones previas en las que están involucradas estas personas se encontró que en todas había problemas de drogas, por lo que se presume que trabajaban como “grameros” o narcomenudistas y consumían las sustancias que debían vender, por lo que fueron llevados a un albergue para ser castigados.
Según datos de la Fiscalía, tres de las personas eran requeridas por cometer delitos contra la salud, otras tres por cometer robo calificado, el mismo número por el crimen de daño a las cosas y de dos no se especificó el motivo.
Hasta este viernes, no se encontró evidencia de que el grupo y quienes manejaban los centros estuvieran asociados ni que los espacios se utilizaran para el reclutamiento del grupo delictivo.
Además, los fiscales buscan a José Luis Sánchez Ramírez, alias “El Padrino Mayor”, presunto líder de la red que manejaba los albergues Despertar Espiritual Alcohólicos y Drogadictos de Occidente A.C.
El sujeto y sus cómplices cobraban entre 120 y 150 pesos semanales por cada uno de los internos que mantenían –entre 78 mil y 97 mil 500 pesos por los 650– en seis centros de reclusión y pedían que algunos de los familiares llevaran despensa semanalmente. Además, hay denuncias que señalan que para liberar a los internos una vez concluido el “tratamiento” exigían un moto adicional que podía ir de los 500 a los 2 mil pesos.