Nacional

Gritos de angustia y silencio oficial

Misael Zavala/
El Universal

2016-02-11

Monterrey— Cuerpos irreconocibles fueron trasladados al forense del Hospital Universitario de Nuevo León. Horas antes, a pocos kilómetros, en el interior del centro penitenciario de Topo Chico se libraba una batalla campal que dejó 49 reos muertos, algunos calcinados, con disparos, masacrados.
La incertidumbre aumenta debido a que el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, no informó de inmediato sobre la gresca en el penal, ni siquiera en redes sociales, como acostumbra; tardó más de ocho horas en dar a conocer la situación.
Incluso, para algunos se trató de más de 18 horas, lapso en que los familiares fueron carcomidos por la angustia; tanto tiempo y las autoridades no informaban qué había pasado.
Claudia no aguanta más, la desesperación y la impotencia le provocan un desmayo justo frente al edificio del Poder Judicial, aledaño al penal de Topo Chico. Tres miembros de la Cruz Roja y dos de sus familiares la auxilian, le dan esperanza, pero ella presiente que su esposo ha fallecido en el enfrentamiento.
“Mi esposo, quiero verlo, ¿por qué no me dejan verlo?”, grita desesperada la mujer de unos 40 años, quien no puede llorar más de lo que ha llorado en las últimas horas.
Pero no es el único caso. La Cruz Roja atendió varios desmayos de esposas, madres e hijas de presos que esperaban afuera del centro carcelario, ubicado a unos pasos de la estación Penitenciaria del Metro elevado de Monterrey.
Después de las 18:00 horas de ayer, los familiares de los presos comenzaron a entrar a cuentagotas al penal. Las autoridades alargan el horario de visita para que se pueda constatar que los reos están vivos.
Sin embargo, persistía la zozobra entre los familiares, en su gran mayoría mujeres con hijos, porque a 37 presos —considerados de alta peligrosidad— los trasladaron al penal de Apodaca para evitar otro conflicto.

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